De corsarios a almirantes: la estrecha relación de Benidorm con la Armada

La ciudad guarda la historia de numerosos vecinos que han servido o mandado en buques comerciales o de guerra y un vínculo especial con el mar | El último acto ha sido la cesión de una hélice de la corbeta "Cazadora" que ya luce en la avenida Armada Española

La Armada dona una hélice de la corbeta “Cazadora” a Benidorm.

La Armada dona una hélice de la corbeta “Cazadora” a Benidorm. / A. Vicente

Benidorm y sus habitantes llevan el mar en su ADN. Así lo describen los expertos y así se escribe en los libros de historia. La ciudad tiene una relación muy estrecha con todo lo marítimo y, en una parte muy destacada, con la Armada y sus buques. Un vínculo que arranca hace siglos con los primeros corsarios que surcaban las olas para defender a la Corona y termina con la presencia de benidormenses en altos puestos del cuerpo de defensa naval.

Cuando se habla de la capital turística es habitual recordar que fue un pueblo de pescadores antes de que el turismo la convirtiera en una gran ciudad. Pero la historia del municipio no se forja solo con la flota pesquera que sale y llega a puerto sino con aquellos que se fueron a vivir lejos para trabajar en el mar y dirigir buques comerciales y de guerra. "Hay algo genético en los benidormenses con el mar", explica a este diario Matías Pérez Such, presidente de la Fundación Frax. Y hay más: "El amor por la Armada está grabado en el ADN" de los vecinos de la ciudad, según añade.

La relación estrecha con, entre otras, la Armada es palpable si se revisa la historia. Numerosos benidormenses han servido, trabajado o mandado en buques comerciales o de guerra, como Vicente Roig, José Pérez Llorca o el condestable Francisco Zaragoza y Such. En Benidorm hay un Monumento a los Caídos en el Mar y el único monolito homenaje al Arma Submarina en España. El responsable de la Fundación indica que de "una población que en los siglos XVIII, XIX y primera mitad del XX, osciló entre los 2.000 y poco más de 3.000 habitantes, tuvo una gran relevancia en la historia naval española".

Cientos de marinos de Benidorm destacaron en todos los ámbitos de la navegación: "En la marina velera y en la de vapor, siempre hubo gran número de capitanes y oficiales de aquí, respetados y admirados en el mundo entero. Destacaron extraordinariamente como prácticos de los más importantes puertos del mundo. Y marinos de Benidorm tuvieron la predominancia absoluta en el mayor arte de pesca, la almadraba. En todas las almadrabas del mediterráneo, hasta sus compuertas atlánticas, hubo un capitán benidormense".

Aunque el vínculo es más antiguo. Pérez Such explica que vecinos de Benidorm también destacaron como armadores y capitanes de naves corsarias al servicio del Rey de España. Sí, hubo corsarios que salieron de la ciudad que, junto con Ibiza, fueron los dos pueblos de "los más fieros corsarios" que surcaron los mares de la Península y el Mediterráneo. Entre ellos, el más conocido fue Juan Bautista Pérez, alias "El hijo del Trueno", que ejerció durante más de treinta años el oficio de corso con la patente que firmaba el Rey. Fue en el siglo XVIII y XIX y, posteriormente, "pasaron a ser miembros de la Armada", indica el responsable de la Frax.

La impronta del intrépido corsario Juan Bautista Pérez quedó en la ciudad: "Regaló las campanas de la Iglesia de San Jaime procedentes de los cañones fundidos de un buque inglés capturado por este temible capitán en 1817", apunta Pérez Such. Hay "mil historias de naufragios, tempestades, guerras, piratas… en las que un marino de Benidorm siempre oteaba el horizonte buscando un buque de guerra español, un buque de nuestra Armada que le diera protección frente a tales calamidades", afirma.

El momento del acto en el que se ha descubierto la placa.

El momento del acto en el que se ha descubierto la placa. / A. Vicente

Una avenida y un recuerdo

Benidorm tiene una relación estrecha con la Armada de siempre. Además, una de sus principales avenidas, la del paseo de Poniente, recibe el nombre de Armada Española: "En los años 80 se llamaba Marina Española pero el pleno modificó el nombre a Armada para que quedase claro que se refería a este cuerpo naval y no a los marinos mercantes".

En ese paseo es donde este jueves se ha rendido de nuevo homenaje a la Armada y a su vínculo con la ciudad. En la rotonda del cruce con Xixo se ha instalado una hélice de la corbeta "Cazadora" (F-35), el quinto buque de la clase "Descubierta" que junto a otros cinco formaban la 21ª Escuadrilla de Escoltas de la Armada. Fue construida por la empresa nacional Bazán en los astilleros de Ferrol y botada el 17 de octubre de 1978, siendo la madrina doña Amparo Illana de Suárez, esposa del entonces presidente del gobierno Adolfo Suárez.

Ayuntamiento y este cuerpo naval estrechan así aún más los lazos históricos entre ambas instituciones con la cesión de esa hélice a la ciudad. El acto ha contado con la presencia de representantes de la Armada, como el almirante Enrique Torres, director del Instituto de Historia y Cultura Naval de la Armada, quien junto al alcalde, Toni Pérez, han descubierto esta hélice y una placa conmemorativa. También han acudido miembros de la corporación municipal así como de los cuerpos y fuerzas de seguridad, asociaciones y vecinos.

Tras este acto, el salón de actos del Ayuntamiento ha acogido la primera sesión de las Jornadas de la Mar 2024, que organizan conjuntamente el consistorio benidormense y la Fundación Frax de la Comunitat Valenciana, el Museo Naval y la Fundación Museo Naval. Torres y el capitán de navío Juan Escrigas Rodríguez, director del Museo Naval de Madrid, han pronunciado la conferencia titulada ‘Las dotaciones de la escuadra de Cervera tras el combate de Santiago de Cuba’.

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