Cuando el 22 de septiembre de 1972 la voz de Victoria de los Ángeles cantó en el Teatro Principal de Alicante Sono unite a tormentarmi de Scarlatti, acompañada al piano por Miguel Zanetti, se abrió una de las páginas culturales más importantes de la ciudad. Nacía la Sociedad de Conciertos y con ella el sueño de colocar Alicante en el eje de la música culta. El próximo martes se cumple medio siglo de ese recital, dedicado al pianista Gonzalo Soriano que falleció antes de ofrecer ese concierto inaugural, celebrado tan solo cinco meses después de que Rafael Beltrán Dupuy, secretario de la entidad y uno de sus fundadores, leyera el acta de constitución de esta sociedad.

Margarita Berenguer asumió la presidencia y mantuvo el cargo hasta su fallecimiento en 2004, y la sustituyó Pilar Poveda que aún continúa. Junto a ellas nombres como Andrés de León, Fanny Gamir, Fernando Gallego o Vicente Espadas, que tuvieron la valentía de pensar que Alicante podía ser parada para los grandes nombres de la clásica, en formato solista o de cámara.

Y su entusiasmo fue contagioso. Óscar Esplá había aceptado ser presidente de honor perpetuo y meses antes del primer concierto ya había más socios que butacas en el Principal. A los 45 socios fundadores y 21 protectores se unieron más de 1.000. Una cifra que en 1976 alcanzó los 1.520 socios titulares y 843 en lista de espera, que en años posteriores llegó a ser de más de 1.200. Y en primera fila estaba el pintor Xavier Soler que empezó a dibujar las portadas de los programas de mano desde el primer concierto, ya que dibujaba en la parte de atrás del librito mientras escuchaba en el patio de butacas. Una colección de obras de pequeñas piezas que se han convertido en un auténtico tesoro para la entidad.

«En aquel momento la oferta musical en Alicante era totalmente inexistente», asegura Alfonso Ramón-Borja Berenguer, que creció imbuido por notas musicales gracias a sus padres y que ahora es presidente de la recién creada Fundación Sociedad de Conciertos. «Había sociedades de conciertos pero en grandes ciudades, aunque hoy como referencia están la de Bilbao y la de Alicante, las demás han desaparecido».

Son cerca del millar de conciertos los que se han organizado a lo largo de este medio siglo. Andrés Segovia pisó el escenario del Principal con su guitarra en diciembre de 1972, y además lo hizo sin cobrar, igual que Victoria de los Ángeles, para apoyar este proyecto. Fue tal la respuesta de los socios ante la llegada del músico, que hubo que reubicar a un centenar de espectadores en el propio escenario, alrededor del artista. Tan satisfecho quedó que aún volvería otra vez.

También abrieron el telón Arthur Rubinstein, Montserrat Caballé, Nikita Magaloff, el Cuarteto Smetana, Elizabeth Schawarzkoff, Alicia de la Rocha, el Cuarteto Guarneri, Narciso Yepes, Gyorgy Sandor, Yehudi Menuhim, Jean Pierre Rampal o más recientemente, Maria Joao Pires, Christian Zaharias, Renaud Capuçon, el Cuarteto Stradivari, Andras Schiff o Joshua Bell.

La calidad como único objetivo se convirtió -y sigue así- en su hoja de ruta. Y por ello, la Sociedad de Conciertos empezó a sonar, nunca mejor dicho, en aquellos países a los que regresaban sus protagonistas. Actuar en Alicante se convirtió en una suerte de premio para los intérpretes y en un lujo para los espectadores, además de en un escaparate internacional para la ciudad, difícilmente conseguido con otras iniciativas.

Pero traer a las grandes figuras de la música no era suficiente. En 1985 se creó el Premio de Interpretación Sociedad de Conciertos de Alicante para potenciar a los jóvenes talentos, con el apoyo de la CAM y el Conservatorio Superior de Música Óscar Esplá, y en 1992 se alcanzó un acuerdo con el Principal para coordinar actuaciones de la Orquesta de València en la ciudad. Una presencia que se mantuvo hasta la apertura del ADDA.

Reconocimientos ha tenido en este medio siglo de andadura. Entre ellos, la Medalla de Oro a las Bellas Artes de la Real Academia de San Carlos en 2006; la Medalla de Oro del Conservatorio Óscar Esplá de Alicante en 1990; tres premios Importantes de INFORMACIÓN, en 1985, 1992 y 2012, y el XX Premio Maisonnave de la Universidad de Alicante, en 2021.

Anécdotas al son de la música 

Hubo que sacar de comisaría a una soprano internacional, de la que no dan el nombre; unos músicos rusos perdieron toda la documentación; en el golpe de Estado de 1981, un coche de Gobierno Civil tuvo que trasladar a los músicos que habían actuado en Alicante a Madrid. En otra ocasión, una pianista se marchó del escenario porque los móviles no paraban de sonar, aunque después la convencieron para continuar, y la soprano Jessye Norman amenazó también con irse si no había silencio absoluto. 

Anécdotas muchas, porque una de las características de la Sociedad de Conciertos es el agasajo y el cuidado a sus invitados. Cuenta Ramón-Borja que un famoso barítono preguntó al pianista Julius Drake por su concierto en Alicante. «Ahí hay que ir», respondió el famoso músico. «Eso resume de alguna manera el calor de la audiencia de Alicante hacia los intérpretes, la excelente acústica del Principal y la vocación de atención y agrado y cariño para los músicos que nos visitan. Algunos ya son amigos».

En otra ocasión, Rafael Beltrán asistió a un concierto del pianista Andras Schiff en Salzburgo. «Rafael le dijo en la calle que su Schumann era el mejor y él dijo que no, que lo mejor son las gambas de Alicante».

Mirando al futuro

Para la primera programación de la Sociedad de Conciertos se consiguió reunir un millón de pesetas, 100.000 procedentes de una subvención del Ministerio de Información y Turismo. Desde entonces han sido los socios los que han respondido con sus cuotas y ahora también con el nuevo sistema de mecenazgo desde que se creó la Fundación Sociedad de Conciertos el año pasado.

Su deseo de llegar a más público ha llevado a organizar conciertos dedicados a colectivos, «que están teniendo bastante acogida», y su labor de formar a los jóvenes ha impulsado la concesión de becas para menores de 25 años para acceder a los conciertos «y que les estimule para buscar un alto nivel de cultura musical». También se han adaptado a los nuevos tiempos con nueva web y redes sociales.

La Sociedad de Conciertos «es un ejemplo a seguir y a complementar», afirma Alfonso Ramón-Borja. «Estamos dispuestos a pelear para que se mantenga».

TESTIMONIOS

Varvara Nepomnyashchaya (pianista): "Alicante es muy especial para mí es un lugar muy cercano y exigente"

Dezsö Ránki (pianista): "Otras ciudades del mundo tienen sociedades de conciertos, pero no he conocido otras con una devoción que se aproxime a la de los miembros de la de Alicante"

Cuarteto Belcea (formación de cuerda): "No es fácil hacer llegar la música clásica, es una labor difícil que se hace solo con pasión»

Elisabeth Leonskaja (pianista): "Esta entidad realiza una gran labor musical, embelleciendo la vida de su público"