Un mes sin soluciones

La realidad es testaruda y empieza a manifestarse con fiereza. Al Eldense le está costando encontrar soluciones efectivas al problema que tiene en defensa. El deportivo ha encajado una docena de goles en los últimos cinco partidos, 16 en lo que va de campaña. Nadie en la categoría ha recogido más balones de su red que el de Fernando Estévez, que lo hace de promedio al menos dos veces cada semana, una losa muy pesada para un equipo recién llegado al fútbol profesional, con el séptimo límite salarial más bajo y pocas piezas en el eje de la zaga. 

El tercer gol firmado por el Oviedo el pasado domingo en la ciudad zapatera resume la enorme dimensión de una carencia que es condenatoria en la antesala de la élite. Los asturianos marcaron en el Nuevo Pepico Amat más goles (3) de los que habían logrado materializar en las siete primeras jornadas (2). De todos, el que cerró la cuenta fue el más grave. 

Timor y Youness, fuera de posición, tratan de despejar una pelota y no aciertan a hacerlo ninguno de los dos. Se entorpecen y dan vía libre al hombre con balón mientras Dumic intenta tapar el agujero sin la cobertura de los laterales, proyectados en ataque. La velocidad del bosnio no le da para reaccionar tan rápido y Borja Bastón sentencia a los 25 minutos. Todos los goles, o su inmensa mayoría, están precedidos de un fallo, de un déficit de atención, de una mala decisión que los posibilita.

Más materia gris que músculo

Cuando son excepcionales, se pueden sobrellevar, cuando se tornan costumbre, matan. El Eldense necesita poner freno a la sangría en su área. Estévez, que ha tratado de desviar el foco de esa parcela para quitarle presión a sus defensores, al final se ha rendido a la evidencia y ha reconocido públicamente que lograr el objetivo, la permanencia, «será muy difícil». En las circunstancias actuales, seguro que sí. El preparador granadino no encuentra complemento para Dario Dumic con Carlos Hernández de baja. El otro central que tiene en la plantilla, Iñigo Piña, el único específico, no ha mostrado la solidez que requiere una tarea tan perentoria.

Eso ha obligado al técnico del ascenso a probar otras combinaciones sacrificando a futbolistas como Timor, Youness o Pedro Capó. En la segunda mitad, para sostener al Oviedo, el Eldense retrasó al marroquí para armar una línea con cinco zagueros, un a fórmula que deja sin efecto el 4-4-2 con el que Estévez juega al fútbol desde que aterrizó en el todavía club de Pascual Pérez.

El dueño del Eldense se va y vende el club

La construcción del equipo, en un tiempo récord, se hizo en verano en base a esa idea, de ahí la abundancia de centrocampistas de perfiles similares. Detrás, la manta se queda corta por el centro en una convocatoria que el domingo incluyó a tres porteros. Zubiaurre y Aceves aguardaban en el banco por si Vallejo sufría algún percance.

El Eldense tiene solo dos caminos, o recupera el nivel de tremenda eficacia ofensiva con el que arrancó el curso firmando un coeficiente de acierto propio de los clubes que ganan títulos en Europa y ligas de Primera División o da con el modo de aumentar su solidez defensiva, bien por acumulación, bien por mecanismos de estrategia. Si no explora con éxito uno de los dos, tendrá que fichar de urgencia... y acertar.