ANÁLISIS

Bragarnik, ¿ahora qué?

*Lucas Boyé se va al Granada y el Elche pierde a sus tres delanteros de forma consecutiva en las últimas tres semanas 

*El club ilicitano dispone de dinero y está obligado a reforzar el ataque antes de que el viernes finalice el plazo de fichajes

Chistian Bragarnik, propietario del Elche

Chistian Bragarnik, propietario del Elche / ANTONIO AMORÓS

J. A. Galvañ

J. A. Galvañ

 ¿Y ahora qué? Esas es la gran pregunta que se hacen los aficionados del Elche CF después de confirmarse -aunque todavía no es oficial- el traspaso de Lucas Boyé, el jugador franquicia de la plantilla, al Granada. El único que tiene la respuesta es el propietario del club ilicitano, Christian Bragarnik

El delantero argentino ha acudido este lunes por la mañana al estadio Martínez Valero, pero ya no entrenó. Recogió sus pertenencias personales y, a continuación, viajó hasta tierras de la Alhambra para pasar el reconocimiento médico. 

El club ilicitano ha visto como en tres semanas, prácticamente de forma consecutiva a uno por semana, ha ido perdiendo a sus tres principales delanteros. Ezquiel Ponce se marchó al AEK de Atenas y Pere Milla al Espanyol

DELANTERA

De la posición mejor cubierta a quedarse bajo mínimos

El ataque era la posición que mejor tenía cubierta el Elche durante la pretemporada. Aunque el run run de la posible de Boyé siembre había estado planeando y amenazando en el ambiente. El futbolista argentino llegó al comienzo de la competición y las propuestas que había recibido el club ilicitano eran insuficientes. La esperanzas de su continuidad fueron creciendo. La postura era clara. Si no llegaba una gran oferta, no se marcharía. 

Sin embargo, el castillo se ha ido desmoronando. Primero Ponce. Luego Pere Milla. Todo hacía indicar que Lucas Boyé no. Pero la amenaza comenzó a tener visos de realidad a finales de la semana cuando comenzaron los rumores de un posible traspaso al Granada. 

Ahora se ha hecho realidad y el panorama en el ataque del Elche es desalentador. Solo queda un delantero y es el que estaba llamado a ser el cuarto. El canterano Mourad, que había sido repescado tras su cesión el curso pasado al Burgos, en la que fue su primera y única experiencia en Segunda División. 

ECONOMÍA SOLVENTE

Hay dinero en la caja para realizar el esfuerzo necesario

Las cifras del traspaso de Boyé no se han hecho públicas. Giran entorno a los ocho millones de fijo y dos en variables en el caso del 100% de sus derechos- mientras que Onda Cero Elche señalaba que podrían ser siete millones de euros de fijo por el 70% del trapaso, más dos en variables y una cláusula de venta o recompra obligatoria, en cualquier momento, si llega una oferta de diez millones de euros. 

A esas cantidades hay que sumar unos 3,5 millones de la venta de Ponce al AEK de Atenas y los 2 más 500.000 euros, en caso de conseguir el ascenso, de Pere Milla al Espanyol. Sin olvidar los 500.000 euros del traspaso de Omar Mascarell al Mallorca

El club ilicitano podría obtener más de 15 millones en concepto de salidas. Un dinero que permite ampliar el límite salarial y, sobre todo, disponer de efectivo en la caja para realizar el esfuerzo necesario para recomponer un ataque que ha quedado bajo mínimos. 

Es el momento de demostrar de si Bragarnik, de verdad, quiere apostar fuerte por el ascenso y por retorno a Primera División. En caso contrario, el inversor argentino dejaría claro que su único fin en la entidad franjiverde es el de lucrarse y de ganar dinero a costa de perder los activos más importantes de la plantilla. Algo que nunca le perdonaría una afición que, después del disgusto del descenso, a respondido y ha superado la cifra de 18.000 abonados

Lucas Boyé, el pasado sábado, en el que fue su último partido con el Elche

Lucas Boyé, el pasado sábado, en el que fue su último partido con el Elche / ÁXEL ÁLVAREZ

PROBLEMA DE TIEMPO

Cuatro días para realizar numerosas operaciones

El mayor problema que va a tener el propietario del Elche y la comisión deportiva es el tiempo. Este próximo viernes 1 de septiembre finaliza el plazo del mercado de fichajes de verano y, en apenas cuatro días, tienen que fichar a dos o tres delanteros de garantías, que puedan marcar diferencias en Segunda División, como era el caso de los futbolistas que se han marchado. 

Y no va a ser fácil. No es lo mismo buscar y encontrar tus deseos a principio de verano que, ahora, contrarreloj y con la mayoría de jugadores que pueden ser interesantes con destino. 

Toca rascarse el bolsillo -dinero hay- y tratar de encontrar las piezas deseadas para darle al entrenador, Sebastián Beccacece, las piezas necesarias para completar un equipo que pueda y deba luchar por el ascenso. 

Parecía que este año, por fin, se iba a llegar al final del mercado sin grandes sobresaltos. Pero el ADN del propietario del Elche no entiende de otra cosa, por lo menos así lo ha demostrado desde que llegó a la entidad, como es mantener el corazón de los aficionados en un puño hasta el último minuto del último día del mercado. 

ARMA DE DOBLE FILO

La afición está en alerta y con las garras preparadas

Todo lo que no sea traer dos o tres delanteros de garantías en esta recta final del plazo de fichajes significaría una gran decepción para una afición que está en alerta y con las garras preparadas para atacar a Bragarnik, en caso de no cumplir sus deseos. 

Los seguidores franjiverdes han demostrado que son fieles y que saben dar la talla, sobre todo en los momentos difíciles, como ocurrió en la nefasta temporada pasada. La paciencia tiene un límite y, cuando los hinchas del conjunto ilicitano la ven sobrepasada, también son capaces de responder con fuerza y provocar movimientos drásticos. 

Está claro que estamos en la época de las sociedades anónimas deportivas, que los máximos accionistas son los que dominan los clubes. Pero con los sentimientos tampoco se juegan. Y si Bragarnik no termina de reforzar la plantilla en estos cuatro días que quedan, podría empezar a cavarse su propia tumba en el Elche