Segunda División | Elche - Eldense

Beccacece y Estévez: solo puede sonreír uno

Los entrenadores de Elche y Eldense se juegan el objetivo de la temporada en el derbi tras haber sido cuestionados a lo largo de la temporada

Beccacece necesita la victoria de forma casi obligada y a Estévez le podría valer con el empate 

Estévez y Beccacece se saludan antes de empezar el derbi de la primera vuelta.

Estévez y Beccacece se saludan antes de empezar el derbi de la primera vuelta. / Matías Segarra

David Marín

David Marín

El protocolo y las buenas maneras dictan ese instante en el que los dos entrenadores se saludan antes de comenzar un partido de fútbol, deseándose suerte para lo que está por venir a continuación, pese a que la realidad sea que sus respectivas escuadras vayan a pelear por el triunfo. Un deseo que, en el caso del derbi entre Elche y Eldense de este domingo, será más protocolario que nunca para sus respectivos técnicos, Sebastián Beccacece y Fernando Estévez.

En la penúltima jornada de Segunda División, ni Beccacece ni Estévez están para regalar buenos deseos a su oponente. Ambos necesitan los tres puntos, aunque quizás uno satisfaga al azulgrana, mucho más que al franjiverde, al que un empate solo le valdría en caso de una nueva concatenación de resultados favorables en otros partidos para seguir vivo en la pelea por el «play-off» de ascenso. Para la permanencia, sumar un punto en el Martínez Valero y tener una última bala en el Nuevo Pepico Amat podría sacar al menos una media sonrisa al médico andaluz.

Sea como fuera, al final del derbi solo sonreirá uno de los dos. Ambos han seguido caminos, en cierto modo, similares a lo largo de la temporada, con vaivenes en forma de resultados tanto positivos como negativos, con un momento en el que parecía que el objetivo estaba en la palma de su mano y luego se alejó y con el respaldo de sus jefes principales, pese a haber tenido encontronazos sonoros con otros empleados del club.

Caminos similares

Christian Bragarnik y Pascual Pérez han sido los principales baluartes de Beccacece y Estévez en Elche y Eldense. El empresario argentino ha defendido su apuesta personal en los principales momentos de flaqueza, sobre todo a principio de temporada, y no ha movido ficha en esta mala racha final, que ha sacado al equipo de la zona de ascenso y le ha colocado en una posición en la que no depende de sí mismo a dos jornadas de la conclusión para al menos disputar el «play-off».

Sebastián Beccacece sonríe durante un entrenamiento junto a Pedro Bigas

Sebastián Beccacece sonríe durante un entrenamiento junto a Pedro Bigas / Áxel Álvarez

Beccacece ha tenido roces por el camino, con prensa y trabajadores, principalmente. Hace unas semanas salieron de su staff teóricamente más cercano el entrenador de porteros, Miguel Escalona, y el jefe de los servicios médicos, César Quesada, por desavenencias con el entrenador. Su relación con la afición es bipolar, hay quien le defiende hasta las últimas consecuencias y quien nunca le ha tragado. En el punto medio se ubica el seguidor neutral, que se ilusionó cuando el equipo jugaba bien y obtenía resultados y se mosquea en caso contrario. La famosa mayoría silenciosa a la que casi nadie hace caso.

Estévez también lo ha pasado mal y, en su caso, ha estado mucho más cerca de dejar el cargo que su homólogo franjiverde, aunque Beccacece llegó a plantear su dimisión en caso de no vencer al Andorra en la primera vuelta, algo que estuvo a minutos de suceder.

Fernando Estévez sostiene dos balones durante el entrenamiento de este jueves

Fernando Estévez sostiene dos balones durante el entrenamiento de este jueves / CD Eldense

En plena vorágine de malos resultados, Estévez tuvo casi los dos pies fuera del Eldense. De hecho, la dirección deportiva le encontró sustituto. Un empate en Alcorcón y la mediación de Pascual Pérez, que decidió ejercer su voto de autoridad para respaldar al entrenador que había conseguido el histórico ascenso a Segunda hicieron el resto. Quedó entonces patente la falta de sintonía entre Estévez y el encargado de la parcela deportiva, Manu Guill, que ya se arrastraba desde la misma formación de la plantilla, en la que hubo divergencias entre las dos partes.

Beccacece y Estévez se saludarán antes de empezar el derbi, cuando el argentino busque al andaluz al salir del tunel de vestuarios, esbozarán una sonrisa nerviosa, sabiendo lo que se juegan, y se desearán suerte, por puro protocolo. Ambos necesitan ganar. Uno para dejar a su equipo en la categoría de plata y el otro precisamente para todo lo contrario.

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