Referentes gitanos en el campus

Universitarios gitanos de todo el país reclaman en un congreso en el CEU de Elche la necesidad de acabar con casos de racismo a la hora de contratar y que el sistema educativo sea más inclusivo

Universitarios gitanos durante el congreso que recientemente organizó el CEU de Elche en la ciudad

Universitarios gitanos durante el congreso que recientemente organizó el CEU de Elche en la ciudad / Matias Segarra

J. R. Esquinas

J. R. Esquinas

«Si enseñas y no hay educación es un eslabón perdido». Román Antonio Moreno estudió Relaciones Laborales en la Universidad de Jaén y trabaja como mediador intercultural en un proyecto para que los niños gitanos de los barrios de La Tafalera de Elda completen con éxito su etapa formativa. 

Él, también gitano, tiene claro que debe hacerse hincapié en que las familias se impliquen, que se incluyan en parte de la comunidad educativa. Este joven fue uno de los más de cien graduados y estudiantes gitanos de todo el país que recientemente participaron en el primer congreso que organizó el CEU de Elche «y pionero a nivel nacional» para abordar los retos a los que las instituciones se tienen que enfrentar para mejorar la inclusión de esta minoría étnica en los estudios superiores. 

Participantes en el congreso que organizó el CEU para visibilizar que hay jóvenes gitanos que estudian en la universidad

Participantes en el congreso que organizó el CEU para visibilizar que hay jóvenes gitanos que estudian en la universidad / Matias Segarra

Educación

El encuentro era necesario porque las cifras hablan por sí solas, y es que menos de un 2% de los jóvenes gitanos llegan a la universidad y menos del 40% acaba la educación obligatoria, según fundaciones como Secretariado Gitano. Si bien, todos coinciden casi al unísono en que el sistema educativo necesita más recursos para facilitar la integración, y todavía queda un trabajo colectivo para romper estigmas y estereotipos porque sí, también hay médicos, ingenieros y trabajadores sociales gitanos, y precisamente para demostrarlo estos graduados se desplazaron a la ciudad para visibilizarse y tratar de inspirar a nuevas generaciones. 

Isaac Motos preside la Asociación Gitana Ilicitana de Carrús y fue sido impulsor, junto a la universidad, de este congreso. Resalta que la brecha que sigue existiendo para que la comunidad acceda a los estudios es un problema «complejo y multifactorial que no se puede explicar ni en dos ni en cinco horas», ataja. 

«La responsabilidad de la educación de todos los españoles es de las instituciones, y este congreso no tiene que ser un hecho aislado»

Isaac Motos

— Asociación Gitana Ilicitana

Si bien, sostiene que la responsabilidad «de la educación de todos los españoles» es de las instituciones. Desde su centro hay ya una veintena de trabajadores que se encargan de buscar profesores de apoyo para niños gitanos que lo necesiten, hablar con las familias «y cuidarles en el plano emocional y vital». 

Consolidar

Espera que esta iniciativa que ha acogido la ciudad se repita en otros lugares «y que no sea un hecho aislado». Precisamente el centro San Pablo de Elche está comprometido con esta inserción y facilitan medios para que los jóvenes de esta etnia puedan sacarse una carrera, y trasladan que en estos ocho años una veintena de estudiantes gitanos se han graduado y que hay cinco nuevas matriculaciones para el próximo curso. 

«El proceso educativo empieza en las etapas infantiles, si no acompañas en todo el proceso es mucho más fácil que se abandone porque la escuela no está preparada para la diversidad», narra Tamara Clavería, responsable de la asociación de mujeres gitanas de Euskadi. 

«Hay jóvenes que han estudiado peluquería y estética y no los han contratado por racismo»

Tamara Clavería

— Asociación mujeres gitanas de Euskadi

Explica que tratan de buscar la igualdad entre mujeres y hombres de la comunidad así como mejorar la escolarización en Primaria y Secundaria. Aboga por incorporar a la familia al sistema porque «si tú recibes un rechazo y después vas a llevar a tus criaturas entiendes que el espacio no es seguro».

Empleabilidad

Por otro lado sostienen que hay que garantizar la empleabilidad ya que han tenido casos, al menos en el País Vasco, de jóvenes gitanos que se han formado en peluquería y estética «con un compromiso de contratación porque eran certificados profesionales y no contrataron a nadie porque hay muchísimo racismo».

«La brecha existe. Ves que muchos alumnos vienen de centros que son prácticamente centros gueto, no ven el mismo contenido que otros y cuando pasan al instituto el fracaso escolar es mucho más común», añade por su parte Inés Fernández, educadora de la asociación gitana ilicitana.

«Por ser gitanos no se pueden cerrar puertas, agradezco que me hayan ayudado a formarme para entrar al grado medio»

Josefa Cortés

— Estudiante

Josefa Cortés ha sido alumna de esta entidad de Carrús y resalta que gracias a ellos, que la han acompañado en todo momento, ha podido desenvolverse con trámites y prepararse pruebas de acceso a un grado de FP medio de ayuda a la dependencia, que está actualmente cursando. Su misión es ayudar en la inserción social de la comunidad porque dice bien alto que «por ser gitanos no se pueden cerrar puertas». 

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