Exposición de bonsáis en Elche: un arte milenario, y cotizado, que requiere mucho mimo

Si le preguntas a un amante de los bonsáis qué hace falta para tener uno, seguramente te dirá que lo cuides y le dediques tiempo para que dure tanto que incluso tenga que ir pasando de generación en generación porque no haya vida suficiente para darle mimos.

Francisco Agulló Torres ya ha perdido la cuenta de los ejemplares que tiene por casa aunque, así por encima, calcula que su colección particular rondar el millar entre bonsáis y prebonsáis (los que están en proceso), e incluso tiene un ejemplar con casi dos siglos de historia.

Ahora a sus 78 años tiene ciertas dudas sobre qué va a pasar con todos estos árboles y arbustos en miniatura que ha moldeado a lo largo de cuarenta años. Teme que ni sus hijas ni nietas tienen visos de querer seguir estas técnicas de cultivo y él, reconoce, ya le cuesta mover los grandes bonsáis, que pueden llegar a medir cerca de un metro.

Exposición

Para dar a conocer este gran, y pequeño mundo a la vez, sobre la técnica milenaria que unos apuntan que se originó en China y otros en Japón, el Elx Club Bonsái ha abierto una exposición en la sala La Nau de l'Escorxador con más de un centenar de ejemplares que podrán visitarse hasta este domingo a las 13 horas. Hoy, sábado, estará abierto el espacio hasta las 20 horas. En En la muestra hay árboles ornamentales de los propios socios de la ciudad y una pequeña representación del club de Alicante y Novelda.

Pasión

Agulló, presidente del club ilicitano desde hace dos décadas, reconoce que le vino de casualidad esta pasión cuando vio un reportaje por televisión. Entonces esta disciplina estaba vista como algo muy exótico que se ha ido normalizando, y lo cierto es que hay grandes entendidos en la materia como Jaume Canals, que incluso tiene premios tras haber competido en varios puntos de Europa.

Este ilicitano ha conseguido, tras años de perfeccionamiento, abrirse camino y dedicarse por entero a este mundo, incluso ofrece formaciones a nuevos apasionados que quieren explorar las técnicas del bonsái por mera afición, o más allá.

En el marco de la iniciativa del club este sábado tenía previsto realizar una composición de árboles sobre una roca tratando de imitar un típico paisaje oriental, explica a INFORMACIÓN, lo que revela que las ideas en este arte no cesan.

España, a la cabeza

Canals sostiene que España podría ser el mejor país, por detrás de Japón, en calidad de planta. En su caso ofrece unos bonsáis "artesanos" con resultado refinado, y es difícil encontrar dos que sean similares. Con el que más cariño guarda es un olmo desde hace más de cuarenta años.

A pesar de que estas técnicas están muy implementadas, sigue habiendo parte de la población que desconoce cómo se logra un bonsái, y los especialistas aclaran que no es una planta genéticamente empequeñecida, sino que se mantiene pequeña siguiendo unos pasos que pasan por podar el tronco, las hojas y las raíces cada cierto tiempo, según la especie.

Se trata de un trabajo tan delicado que las creaciones están muy cotizadas. Los precios son muy variables y pueden oscilar entre los 60 y los 1.000 euros, dependiendo del tamaño y la antigüedad, aunque también hay casos particulares en los que se han llegado a subastar ejemplares únicos en el mundo, y milenarios, por más de dos millones de dólares.

Aclaran, al hilo, que "si la plantas en la tierra se hace enorme". Y es que una de las claves es saber en qué maceta se va a plantar y con qué sustratos especiales para que el crecimiento esté controlado.

Por otro lado, las posibilidades son múltiples ya que se puede conseguir un bonsái de prácticamente cualquier árbol u arbusto a partir de los esquejes, aunque el tratamiento varía según las condiciones que necesite cada uno.