Ecologistas cargan contra la parálisis de la Generalitat para restaurar las dunas de La Marina

Colectivos ecologistas y vecinos de La Marina alertan de que la Generalitat tiene paralizados los trabajos de restauración de las dunas y que tampoco se han plantado los cientos de pinos que constan en el proyecto de 2019.

Transición Ecológica adjudicó este plan por 1,3 millones, financiado con fondos europeos, para regenerar el ecosistema dunar que comprende Guardamar, Santa Pola y La Marina. El Consell consideraba que este enclave, declarado como Lugar de Importancia Comunitaria, era el más afectado a nivel autonómico por especies exóticas y por el declive de su vegetación, con más de 11.000 pinos enfermos, según el pliego.

Si bien, en la actualidad no se han completado los propósitos iniciales, a pesar de que el departamento autonómico se marcaba tres años y tres meses para ejecutar esta recuperación medioambiental a lo largo de 539 hectáreas y 12,6 kilómetros de litoral.

Los residentes de la pedanía ilicitana lamentan que la falta de actividad es evidente en la pinada ya que siguen semienterrados algunos plásticos que se extendieron al principio por los cordones dunares para poner coto a más de una veintena de especies de plantas invasoras como la uña de león "Carpobrotus edulis" o la pita "Agave americana".

Una de las patas del proyecto era poner a raya estos ejemplares exóticos pero advierten que no hay control ya que algunos de los plásticos, en estado de abandono, llevan más de un año sin moverse de sitio.

Control

En ese sentido, especialistas en flora sostienen que una falta de control puede ocasionar el efecto contrario, y es que los plásticos capten humedad y sustrato arenoso para que vuelva a arraigar sobre ellos estas especies que compiten con la flora autóctona.

Adolfo Quiles, de Margalló Elche le pide también a la administración "más cuidado" para no dejar más tiempo del debido estos restos. Matiza que el problema de estas suculentas es que tienen una floración "espectacular" y los insectos acuden a ellas para polinizar, lo que facilita que se multipliquen a gran velocidad.

El verano pasado los residentes ya alertaron de la situación e incluso ecologistas sostuvieron que la adjudicataria (Foresa) había abandonado el proyecto porque la administración no estaba al corriente de los pagos.

Desde la propia conselleria reconocieron entonces que había que regularizar una dotación y que en semanas se retomarían los trabajos. Tiempo después los plásticos se retiraron parcialmente de la franja al mar y quedaron otros que los propios vecinos quitaron por sus medios antes de que se enterrasen en la arena.

Desde la asociación de Amigos de los Humedales del Sur de Alicante (AHSA), que desde el inicio han aplaudido el proyecto e incluso lo calificaron como "impecable" ven preocupante que no se está continuando en ningún sector como mínimo desde el pasado invierno, apunta Sergio Arroyo, presidente del grupo conservacionista.

Isa Valentín, presidenta de la asociación Pinomar, tilda de "chapuza" las actuaciones con este plan por todo lo anteriormente expuesto. Al hilo, reitera que tampoco se ha desarrollado la repoblación de pinos y arbustos que se contemplaba en sustitución de ejemplares muertos o enfermos. En este sentido, expone que la sensación de abandono y dejadez es "alarmante".

Sin repoblar

Integrantes del colectivo vecinal sostienen, además, que la empresa debía plantar 3.800 ejemplares de pino carrasco en formato de alveolo forestal (contenedores de planta de pequeño tamaño) porque aseguran que están contemplados en los planos a lo largo de casi cincuenta hectáreas delimitadas por el ámbito de actuación de 50 metros a los lados de los viales asfaltados que comunican con las playas. Sostienen que la idea era repoblar un entorno para que también favoreciera el sombraje.

En otro orden de cosas, vecinos critican que tampoco se acometió correctamente en 2019 la instalación de captadores pasivos de arena, es decir, las estructuras que evitan que avancen las dunas. Explican que no deberían haberse colocado en verano, como avisaba el pliego, para que no acabasen destrozados como se encuentran en la actualidad.