Noche de encuentros en el Misteri y sobresalto al final de la representación en Elche

Padre e hijo, Javier y Juan Piñol, coinciden por vez primera asumiendo los papeles de San Juan y la María. Un ángel del Araceli se muestra intranquilo durante la representación, lo que obliga a acelerar el ascenso de la Coronación y a bajar el Araceli para que el pequeño lo abandone y el aparato aéreo suba sin él en la última escena

La Coronación con tres cantores al desmayarse uno de los ángeles

M. Alarcón

El segundo de los ensayos generales del Misteri d’Elx evidenciaba anoche que hay una gran variedad de voces, y muy buenas, para asumir los distintos papeles de cierta relevancia, tanto por parte de la Escolanía como de la Capella. La segunda jornada no estuvo exenta de momentos de muchos nervios, inquietud y tensión por lo acontecido justo casi al acabar la representación.

Javier Piñol, San Juan, canta a su hijo, Javier Piñol, representando a María, anoche en el cadafal del Misteri d’Elx, en la primera parte del ensayo general.  | ANTONIO AMORÓS

Javier Piñol, San Juan, canta a su hijo, Javier Piñol, representando a María, anoche en el cadafal del Misteri d’Elx, en la primera parte del ensayo general. | ANTONIO AMORÓS / J.M.GRAU

Tanto los protagonistas como los secundarios rozaron prácticamente la perfección en la interpretación vocal, en el manierismo sobre el Andador y el Cadafal o en su declamación desde las alturas. Fue un éxito conjunto, tanto de los que están bajo los focos como los que deben estar ocultos arriba en el Cielo y abajo en el Cadafal.

Un momento del ternari, uno de los más bellos cantos del Misteri d’Elx. | ANTONIO AMORÓS

Un momento del ternari, uno de los más bellos cantos del Misteri d’Elx. | ANTONIO AMORÓS / J.M.GRAU

Fue un gusto asistir de noche a un Misteri que, con susto final incluido, es mucho más íntimo en comparación con los días grandes. Son, por supuesto, escenificaciones muy distintas, iguales, pero bastante diferentes.

El ángel baja de la Magrana para anunciar la muerte de la Virgen. | ANTONIO AMORÓS

El ángel baja de la Magrana para anunciar la muerte de la Virgen. | ANTONIO AMORÓS / J.M.GRAU

Acuden a estas citas nocturnas muchas veces turistas o amigos de ilicitanos que están de paso y que por primera vez quieren admirar lo que acontece en la basílica de Santa María hasta cerca de la una de la madrugada.

Deleite para los oídos

El caso es que este sábado de nuevo había un estreno que quedaba en familia: un padre y su hijo coincidían por primera vez en dos papeles fundamentales. El niño Juan Piñol tomaba, por un día, el relevo de David Agulló como María Mayor. Y su padre Javier Piñol, en el papel de San Juan, que no podía faltar y todo un deleite para los oídos, le daba la réplica en la primera parte del Misteri. Otro de los momentos para recordar en la gran familia de La Festa

Pablo Samaniego, que dejó un gran sabor de boca el viernes, volvía a repetir en el papel del Ángel, mientras que en el Araceli y la Coronación dos pequeños se estrenaban para gozo de sus familiares.

La curiosa escena con solo un niño cantor en la parte inferior de la Coronación

La curiosa escena con solo un niño cantor en la parte inferior de la Coronación / ANTONIO AMOROS

Inquietud en el templo

En la parte final del ensayo general, uno de los niños, en la interpretación de uno de los ángeles, que formaba parte del Araceli, se mostró algo más intranquilo durante su descenso hacia el Cadafal. El pequeño, que en ningún momento dejó de cantar aunque se movió mucho en el aparato aéreo, a juicio de parte del público, el cual también señalaba que estaba más blanco de lo normal, tras finalizar el descenso fue invitado de algún modo a bajar del aparato, en vista de la reacción del parte de los espectadores y según fuentes del Misteri, pero el escolano, al que se le ofreció agua, se sintió con fuerzas para seguir con la representación.

Así las cosas, el aparato aéreo del que formaba parte volvió a subir, pero segundos antes de que se llevara a cabo la Coronación, el momento más esperado, el escolano volvió a mostrarse intranquilo, por lo que se decidió subir el aparato de la Coronación rápidamente tras cumplir su papel y, seguidamente, bajar el Araceli porque era, a priori, el paso más rápido para que el niño abandonara el aparato antes de que pudiera darse un posible desmayo, algo que no ocurrió.

Así las cosas, el Araceli (que normalmente sigue en su ascenso a la Coronación, es decir, nunca baja en esta secuencia) volvió a los cielos sin él, con solo tres de los cuatro ocupantes que es habitual. Era el momento final del Misteri y una circunstancia que fue muy comentada por el público por lo insólito de lo que estaban viendo y que también se vivió con mucha tensión en el seno de la familia del Misteri y entre parte del equipo de gobierno.