La música que hace cantera

El Conservatorio afronta un nuevo curso con las 450 plazas completas y 30 niños en lista de espera para iniciarse en enseñanzas elementales - Uno de cada cinco alumnos elige piano a pesar de que hay formación en 19 disciplinas

Una clase en la que se da formación elemental en el Conservatorio de Elche

Una clase en la que se da formación elemental en el Conservatorio de Elche / ANTONIO AMOROS

J. R. Esquinas

J. R. Esquinas

Si hiciéramos una lista con las cosas que unen más al ser humano seguramente la música lideraría el top 3. No entiende de fronteras ni ideologías, es capaz de enseñar valores y cada vez son más los que ven en ella una oportunidad incluso de futuro desde bien pequeños. La muestra la tenemos en que desde este pasado miércoles es continuo el ir y venir de niños y adolescentes por el Conservatorio ilicitano.

El espacio educativo ha arrancado un nuevo curso y se han cumplido todas las expectativas: las 450 plazas están completas hay una treintena de menores en lista de espera para iniciar las formaciones elementales. Luego hay una tendencia que se repite, y es que uno de cada cinco solicitantes quiere formarse en piano a pesar de que pueden elegir entre 16 disciplinas para empezar a formarse.

Alumnos y profesores en algunas de las clases de formación elemental en la primera semana de curso, ayer.  | ANTONIO AMORÓS

Alumnos y profesores en algunas de las clases de formación elemental en la primera semana de curso, ayer. | ANTONIO AMORÓS / J.R.ESQUINAS

La guitarra, el violín y la viola son algunos de los instrumentos más demandados mientras que para otras modalidades como la tuba siempre suele haber puestos libres, explica José Galiano, director. Esta situación hace que no todos consigan alcanzar su primera opción de entrada «y hay familias que optan por coger lo que hay» para que el menor se introduzca en el mundo musical a través de otras especialidades donde hay huecos.

Las instalaciones han recuperado las 40 plazas que se perdieron el pasado curso por las restricciones de distancia que se marcaron por el coronavirus, por lo que ya se ha vuelto a la completa normalidad. Eso sí, las instalaciones siguen siendo insuficientes y para que haya podido implantarse el grado profesional de guitarra eléctrica y bajo eléctrico el colegio público Baix Vinalopó ha tenido que ceder espacios, donde van destinados 45 alumnos de estas modalidades y otras, e incluso el Ayuntamiento ha dotado con un conserje para regular las entradas y salidas.

La música que hace cantera

La música que hace cantera / J.R.ESQUINAS

En cuanto a esta última oferta formativa, se han ocupado nueve puestos de los 12 que había previstos y sobre todo está costando encontrar personas con estudios previos que quieran perfeccionar el bajo eléctrico. Por el momento no hay diseñado en el plan de estudios que estos instrumentos se aprendan en los grados elementales, aunque hay un borrador para incorporarlo al plan de estudios más adelante.

Edades

Quienes cursan enseñanzas elementales tienen entre 8 y 12 años mientras que los niveles profesionales están previstos para cursarse de los 12 a los 18. Aunque se puede acceder después, la administración prioriza estas franjas de edad porque cuadran con la entrada al instituto y el final de bachiller para que los estudiantes barajen si siguen la carrera en los conservatorios superiores o ir a la universidad, entre otras opciones. Desde el centro señalan que más de la mitad de los que completan los seis cursos optan por la primera vía.

Reseñan desde la directiva que cada vez se conoce más en la ciudad el proyecto pedagógico difundiéndolo, por ejemplo, con jornadas de puertas abiertas antes de adjudicarse las vacantes para que los interesados conozcan el plantel de instrumentos.

Indican desde el centro que el 80% del alumnado es local y el resto procede de municipios vecinos como Aspe o Crevillent, mientras que se estima que dos de cada diez alumnos proceden de países latinoamericanos, de América Central y países andinos.

En cuanto a la plantilla en este espacio gestionado por la Generalitat, alcanza los 55 profesores, tres más que el pasado curso y ocho más que hace dos.