Arenales reivindica más palmeras

Superado el derribo del antiguo hotel de Arenales, este enclave turístico de Elche tiene en agenda muchísimas reivindicaciones. A las más repetidas, como mejorar la dotación de servicios, aparcamientos y limpieza, sobre todo en verano, se unen ahora nuevas, como ser capaces de atraer más comercios, sobre todo tiendas de comestibles, que se generen rampas mecánicas para salvar las imponentes cuestas de algunas calles, e incluso recuperar las palmeras que, en la época de Mercedes Alonso como alcaldesa, se plantaron, pero que al final terminaron por secarse.

Al frente de buena parte de estas reivindicaciones, no ahora, sino desde hace prácticamente ocho años, se encuentra Alejandro García Raduán, quien desde entonces no cesa en «bombardear» al Ayuntamiento con peticiones y reivindicaciones por escrito (y por las redes sociales) para que Arenales del Sol tenga lo que se merece.

Peticiones

En los últimos días, García Raduán ha venido lanzando una batería de peticiones, muchas de ellas nuevas, otras de recordatorio para que no caigan en el olvido, entre las que se encuentra la de volver a plantar palmeras en la playa.

«Solicito que se pudieran incorporar palmeras en nuestra playa, ofreciendo un precioso paisaje a nuestras playas, pero aprendiendo de errores que se cometieron anteriormente con el tipo de palmera. Hay que colocar especies que aguanten el tipo de climatología húmedo del mar», comenta, al tiempo que muestra la petición por Registro ante el Ayuntamiento de Elche.

Arena

También se erige en la voz de otros muchos vecinos que vienen pidiendo que haya más arena en la playa, ya que en algunos tramos apenas llega a tres metros «y durante los temporales existe riesgo de que el mar llegue a viviendas»; y que los lavapiés se instalen ya de obra en las entradas a la playa para comodidad y, sobre todo, para que los temporales no los destrocen en parte, como suele ocurrir un par de veces o tres al año.

Escaleras mecánicas

García Raduán, quien ya fue pedáneo en el primer mandato del anterior equipo de gobierno, y que ahora quiere volver a serlo en la convocatoria de alcaldes pedáneos que se espera para los próximos meses y mediante votación popular, no considera descabellada la idea de que, para facilitar el acceso a personas mayores, personas con discapacidad o simplemente facilitar la bajada desde la avenida Costa Blanca a la avenida San Bartolomé de Tirajana, se instalen, como ocurre en otras localidades, unas escaleras mecánicas, ascensores o algún tipo de mecanismo parecido.

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«También solicito que se estudie la posible construcción de una rotonda entre las calles Albacete y San Bartolomé de Tirajana como consecuencia de las altas velocidades que los vehículos alcanzan en esa calle, donde hay muchos residenciales y existe riesgo real de atropello. O, en su defecto, buscar alternativas para la prevención y seguridad de los vecinos y vecinas», agrega.

Pero sus peticiones no solo van dirigidas al equipo de gobierno, sino también a los propios vecinos de Arenales, sobre todo a aquellos que no recogen las deposiciones de sus perros, como ocurre, por ejemplo, en la esquina de las calles Salamanca con Segovia.

Cajeros automáticos

Cajeros automáticos, reforestación de la zona dunar en la pasarela número 5 tras el incendio ocurrido hace años o la activación de un verdadero servicio wifi son otras demandas. Desde la Asociación de Vecinos de Arenales del Sol se insiste también en dotar de servicios adecuados a esta zona.

En paralelo, están a la espera de que concluyan, de cara al verano, las obras del nuevo centro social, que acogerá el consultorio, el retén de la Policía Local, posiblemente Correos y la Oficina de Turismo, además de contar con una sala polivalente y otras dependencias.

Asimismo, otra de las preocupaciones de la asociación vecinal es qué va a pasar con la obra en la avenida de Salamanca: se iba a construir un aparcamiento de autocaravanas, algo que se dio a conocer en agosto de 2021, pero un año después las obras se tuvieron que paralizar. Así las cosas, desde hace año y medio los vecinos no saben si asistirán a otra experiencia similar a lo ya vivido con el hotel de Arenales.