El suelo industrial en Elche

Vista aérea de Elche Parque Empresarial

Vista aérea de Elche Parque Empresarial / Información

Tomás Martínez Boix

Tomás Martínez Boix

Comencemos por aclarar que el urbanismo español no diferenció áreas de la ciudad mediante la asignación de usos. Tanto el Ensanche de Barcelona como la Ciudad Lineal de Madrid (principios del urbanismo español) consideraron aceptable la convivencia, en el interior de las manzanas ordenadas, de las industrias y de los usos residenciales. También nuestra ciudad creció mediante un tejido ortogonal, con una tipología de vivienda de baja altura posibilitando una gran extensión por el llano, en la que se yuxtaponían viviendas e industrias; coexistencia que perduró hasta la segunda mitad del siglo XX.

La Ley del Suelo del 54 motivó la necesidad de establecer una ordenación zonificada en la que se asignaba a cada área de la ciudad una función y una intensidad de uso. Comenzó por tanto a segregarse el uso industrial, siendo desterrado a los «polígonos» situados en el extrarradio. Pero aunque la ley se publicó en los años cincuenta habría que esperar para ver la creación de los polígonos industriales en Elche. El primero, emplazado en Altabix (con una ubicación bastante desafortunada), se situó en la salida de Alicante, frente a la Ciudad Deportiva. En la actualidad, integrado en el casco urbano, sufre un proceso de tercerización acentuado, dedicándose a comercio y ocio. Hay que señalar que el gran desarrollo poligonal llegó a finales de los setenta cuando se aprobó el Polígono Industrial de Carrús, con una superficie considerable.

La rápida evolución de las capacidades productivas en la segunda mitad del siglo XX y las exigencias de inmediatez que marcaban los empresarios para poder adaptarse a los nuevos procesos surcaron de tensiones el curso del planeamiento urbano. Debemos remarcar que desde finales de este siglo pasado, los espacios requeridos por el mundo empresarial se han transformado; de manera que hoy la diferencia entre lo industrial, lo comercial y lo terciario ha desaparecido en gran parte. Los viejos polígonos industriales han evolucionado en un intento de mejorar su imagen, transformándose en parques empresariales y espacios productivos de alta calidad. A veces incluso se incorporan planes paisajísticos para conseguir escenarios de alto valor ambiental. Y es dentro de esta nueva dinámica donde aparece el Parque Empresarial de Torrellano con un magnífico Plan Parcial. Tras una primera fase exitosa se ha procedido a realizar una segunda fase actualmente en ejecución. Este polígono es hoy es el gran referente del mundo empresarial ilicitano.

Elche es una gran ciudad con un componente industrial muy potente y con grandes necesidades de suelo productivo. De hecho el Plan General vigente, ya obsoleto, tiene una carencia fundamental de dicho suelo industrial, de tal manera que nuevos polígonos han tenido que ser tramitados como modificaciones del PG. También hay que decir que en la planificación se ha producido una mala adaptación a nuevos tiempos. Algunas industrias no han encontrado el suelo que necesitaban y se han trasladado a municipios colindantes con oferta inmediata de suelo, o a otros más alejados pero con gran disponibilidad de suelo industrial. Un polígono hecho para la ampliación de una gran industria ilicitana lleva más de ocho años de tramitación y aún no ha concluido su peregrinaje. ¡Y eso que contaba con una declaración de urgencia! Y es que la actuación de una burocracia anclada en una Administración decimonónica se adapta fatal a los tiempos de la inteligencia artificial. Suponer que una ampliación industrial puede acomodarse a los lentos tiempos de la burocracia urbanística es inventar una realidad paralela. ¡Es necesario acelerar los procesos de tramitación de los suelos destinados a la producción!

Si para el urbanismo más antiguo era difícil adaptar los tejidos productivos a los tiempos exigidos por la estructura industrial y comercial; para el urbanismo moderno, con realidades configuradas básicamente por la incertidumbre y la inestabilidad, la posibilidad de prever cuál va a ser el futuro de las necesidades de la infraestructura productiva resulta francamente de una incierta concepción. A pesar de todo, y de la pérdida de peso de la industria en la estructura económica del país, resulta importante luchar por buscar nuevos parques empresariales. A su vez estos nuevos parques deben ser competitivos reduciendo costes en el suelo y produciendo energía barata, para intentar reindustrializar nuestro territorio.

Por último, diremos que las ciudades compiten hoy para situarse en un mundo cada vez más globalizado, por lo que es importante observar lo que sucede en las ciudades de nuestro entorno. Hay que reseñar que grandes ciudades de nuestro territorio están preparando ampliaciones de suelo para situar nuevas actividades económicas. Hace falta, pues, crear suelo productivo para que las empresas puedan ampliarse e incluso que otras se asienten en nuestra ciudad. Y ese suelo productivo es preciso que cuente con características de alta calidad urbanística, arquitectónica y paisajística para atraer la creatividad y la innovación. Porque es necesario tener en cuenta que la carencia de suelo productivo imposibilita tanto el crecimiento como el asentamiento de nuevas inversiones. No hay que olvidar que la oferta de trabajo es el factor que determina el crecimiento de las ciudades.