Más protección para Santa María por los desprendimientos

El análisis técnico evidencia que los desprendimientos del miércoles procedían de elementos ornamentales del remate de la hornacina de la Virgen. El proyecto básico de la primera fase de la restauración se demorará un par de meses al incluirse el estudio de algunas fisuras detectadas en la basílica

Así ha sido la actuación en la fachada principal de la Basílica de Santa María tras el desprendimiento de cascotes

Áxel Álvarez

María Pomares

María Pomares

A este paso, lo complicado va a ser llegar a encontrar una parte de la basílica de Santa María sin red o malla de protección. Incluso la Puerta Mayor del templo, obra del escultor Nicolás de Bussy y finalizada en 1682, que era de los pocos espacios libres de recubrimientos, luce desde este jueves por la tarde una tela protectora. Todo después de que el miércoles la caída de algunos cascotes obligara a acordonar ese espacio para evitar daños mayores y pusiera de manifiesto, por enésima vez, la necesidad de acometer con carácter urgente la rehabilitación de este espacio en el que, además, se representa el Misteri d'Elx, declarado Patrimonio de la Humanidad por la Unesco.

Ornamentos

Desde hace ya demasiado tiempo, las precipitaciones, el viento o el cambio de temperaturas sin más ha venido provocando desprendimientos en algunas partes de la basílica. Ahora, en esta ocasión, el viento y las lluvias de los últimos días afectaron a la Puerta Mayor, una zona donde, hasta la fecha, según admitía Francisco Rodríguez Trives, arquitecto técnico designado por la comisión técnica de la basílica de Santa María, no se habían registrado episodios de este tipo. En parte también por los trabajos de restauración en la también denominada Porta Major, dirigidos por Antonio Serrano Bru en los años noventa del siglo pasado. Unas labores que se centraron en los elementos arquitectónicos, pero en los que no se abordaron los elementos escultóricos y ornamentales, más allá de las imágenes de San Pedro y San Pablo, de las que se hicieron nuevas réplicas. Y es precisamente en los ornamentos donde se ha originado el problema en estos momentos.

Análisis con grúa

De hecho, el análisis de este jueves -para el que se necesitó la ayuda de una grúa con la que poder inspeccionar la zona- reveló que los desprendimientos procedían del remate de la hornacina en la que se representa la Asunción y Coronación de la Virgen con la Santísima Trinidad. En concreto, de la parte superior de la cartela en la que puede leerse: «El Ilmo. Sr. D. Antonio Sánchez del Castellar, obispo de Orihuela, concede 40 días de indulgencia a quien rezare: Ave María. 1682».

Por eso mismo, los técnicos recogieron los restos que se habían podido caer y se habían quedado allí acumulados y sanearon ese área para evitar más caídas de ripios a la vía pública. En cualquier caso, y como medida de seguridad adicional, se colocó una protección. Ahora bien, diferente a la red que cubre los tramos más afectados del templo, y que se caracteriza por unos filamentos más rígidos, porque está más enfocada a la cornisa. En el remate de la hornacina de la Virgen se ha optado por una malla más tupida y más fina porque el objetivo es que contenga la posible caída de restos del remate, que son más pequeños que los que pueden proceder de las cornisas, como indicó Rodríguez Trives.

La actuación desarrollada en esa área de la Puerta Mayor.

La actuación desarrollada en esa área de la Puerta Mayor. / Áxel Álvarez

Actuación integral

Daños, sea como fuere, que, de nuevo, evidencian la necesidad de acometer una actuación integral y de calado en el templo, aunque desde el principio los técnicos siempre han hecho una llamada a la calma, ya que se suele tratar de pequeños cubrimientos de cornisa o, como en este caso, de los elementos ornamentales o escultóricos.

Financiación

Una actuación que, hoy por hoy, tiene su principal escollo en la búsqueda de fuentes de financiación. Sobre todo porque los pasos que se deben dar prácticamente se tienen claros. Más después de que la comisión técnica de la basílica de Santa María cifrara hace casi dos años y medio en un plan director en 6,9 millones de euros la inversión total que necesita el inmueble, dentro de una intervención que se podría prolongar a lo largo de una década y que tiene como fin último frenar el deterioro de Santa María. Un plan director que no tenía otro objetivo que dar una radiografía al detalle del estado en el que se encontraba el templo y poder establecer las prioridades.

Los restos de un doble escudo picado como testigo de la historia

Coronando la segunda hornacina de la Puerta Mayor, justo en la que se encuentra la imagen de San José con el báculo florecido que le caracteriza y Jesús en brazos, se pueden apreciar los restos de lo que en su día fue un doble escudo que pertenecía al Ducado de Arcos y el Marquesado de Elche, según consta en la web de Santa María, aunque no se distinguen sus armas. Un ornamento deteriorado aunque, en este caso, no por el paso del tiempo. Se encuentra así porque, durante el Motín de Esquilache de 1766, un movimiento que en Elche se dirigió contra el régimen feudal, se picó este remate. Con la restauración de la Puerta Mayor dirigida por Antonio Serrano Bru en los años 90, se planteó eliminar ese doble escudo, aunque, al final, se optó por dejarlo porque era un modo de conservar la historia de Elche. El primer análisis de este jueves apunta a que en esa zona no hay daños reseñables por ahora.

El doble escudo picado en el siglo XVIII.

El doble escudo picado en el siglo XVIII. / Áxel Álvarez

Convenio

Fue en el marco de ese plan director en el que en agosto del año pasado, Ayuntamiento de Elche e Iglesia firmaban un convenio de colaboración por valor de 90.000 euros para que se diseñara la primera fase de una actuación que se estimó que sobrepasaría los 3,5 millones de euros en los que cifraba el plan director las intervenciones más urgentes. El propósito de esta primera fase era intervenir en cubiertas, fachadas, humedades y áreas internas del edificio. Se buscaba de forma especial poner freno a situaciones como la de este miércoles.

Así las cosas, poco después, en septiembre, se firmaba un contrato con el despacho Almagra Arquitectura i Patrimoni, de València, especializado en patrimonio, para desarrollar el proyecto básico de ejecución para la primera fase de rehabilitación del templo, un documento que, en principio, debía estar listo en el plazo de ocho meses, por lo que se cumpliría en cuestión de semanas.

Los restos que se sanearon de la zona afectada.

Los restos que se sanearon de la zona afectada. / Áxel Álvarez

Sin embargo, finalmente, se ha optado por ampliar el proyecto inicial, de manera que a la fachada, cubiertas, humedades y áreas interiores se suma como prioridad también la intervención sobre algunas de las fisuras que se han localizado, lo que podría implicar que el documento se retrase un par de meses más. En cualquier caso, el coste no se moverá: se ha establecido en cerca de 3,7 millones de euros, pese a esa ampliación del proyecto.

Vías de financiación

Una cifra que se mantiene pese a esa modificación, pero para la que sigue siendo necesario acceder a vías de financiación para poder costear los trabajos, que es en lo que, desde el primer momento, incluso cuando se presentó el plan director hace algo más de dos años se puso el acento. Hasta la fecha, se ha tratado de desprendimientos de poco tamaño, pero que han obligado a ir recubriendo diversas partes del templo con redes y mallas, con el matiz que ahora también está en la misma situación la Puerta Mayor de Santa María, y el Misteri d’Elx, Patrimonio de la Humanidad, a la vuelta de la esquina.