El uso de cañones antigranizo está sacudiendo a la población de Villena. El debate ha surgido desde que algunos agricultores han comenzado a utilizar este tipo de dispositivos para evitar la formación de tormentas de granizo que dañen sus cultivos.

El cañón antigranizo y al fondo la ciudad de Villena. J.C.P.G.

En los episodios de lluvias más recientes los cañonazos granífugos se han dejado sentir en el casco urbano, lo que ha generado quejas por el ruido y división de opiniones ante el temor de que evite la lluvia suscitando, incluso, consultas a la Guardia Civil y protestas al Ayuntamiento.

Los dos cañones objeto de la polémica se están empleando cada vez que llega un frente nuboso con posibles formaciones de granizo. Se activan media hora antes siguiendo la evolución de las tormentas a través del radares meteorológicos y se encuentran ubicados a un par de kilómetros del casco urbano. Uno de ellos en el paraje rural La Fuentecilla y el otro en el Hondo de Carboneras. En ambos casos se han instalado en fincas de hortalizas -que son cosechas muy sensibles al pedrisco- y se activan de manera remota, a través de radiocomunicación, hasta que pasa la tormenta.

El cañón emite unas ondas de choque hacia las nubes que se se desplazan a la velocidad del sonido. J.C.P.G.

La controversia ha surgido por los disparos de gas acetileno y aire que se realizan cada seis segundos y emiten unas ondas de choque que se se desplazan a la velocidad del sonido. El ruido se escucha en el caso urbano y genera molestias. Los defensores del mecanismo aseguran que evita que el pedrisco cristalice llegando a cubrir un diámetro de protección de un kilómetro alrededor del cañón. De este modo las precipitaciones solo son en forma de agua o, en todo caso, de granizo blando.

En cualquier caso hay científicos que cuestionan su efectividad y ecologistas que aseguran que los cañones granífugos desplazan las nubes a otras zonas evitando la lluvia. Sin embargo, en septiembre los cañones han estado funcionando y los acumulados de lluvia en Villena han superado los 40 litros por metro cuadrado en apenas unas horas. Lo único cierto es que el uso de este tipo de dispositivos está considerado por la normativa laboral como una actividad de alto riesgo por accidente de trabajo.

El concejal de Urbanismo de Villena, el socialista Javier Martínez, ha indicado al respecto que el Ayuntamiento no tiene autorizado en el término municipal ningún cañón antigranizo ni tampoco hay ninguna denuncia registrada. "Es un tema que está generando revuelo en las redes sociales", ha puntualizado mientras el edil de Medio Ambiente, el verde Francisco Iniesta, asegura que "la responsabilidad sobre este tipo de dispositivos corresponde plenamente a la Confederación Hidrográfica del Júcar”.

El cañón tiene una cámara de combustión con una salida cónica de seis metros. Juani Ruz

El Ayuntamiento se limita a notificar su existencia al Organismo de Cuenca, realizar informes acústicos sobre el ruido que emiten y comprobar si tienen licencia urbanística para instalarse en el término rural. Este diario ha tratado de recabar información al respecto en la Conselleria de Agricultura, Desarrollo Rural, Emergencia Climática y Transición Ecológica pero, de momento, no se ha recibido ninguna respuesta.

Durante el pasado mes de junio los servicios técnicos municipales de Villena enviaron sus informes sobre los cañones antigranizo a la CHJ. Pero no se ha trasladado ningún requerimiento al Consistorio villenense por lo que el equipo de gobierno de PSOE-Los Verdes de Villena entiende que cumplen con la normativa vigente. En caso contrario la Confederación del Júcar habría sancionado a sus dueños obligándoles, además, a desmontar las instalaciones de manera inmediata.

Los agricultores consultados en Villena no se oponen al empleo de estos sistemas para salvar sus cosechas. Para ellos, tanto si funciona como si no, el único problema es el ruido. Pero también señalan que en la provincia de Alicante los episodios de lluvias acompañadas de granizo son escasos y se producen muy de tarde en tarde.

¿Qué opinan los expertos?

La comunidad científica consultada por este diario no tiene apenas conocimiento del funcionamiento y utilidad real de estos artilugios. Para el ecólogo y biólogo Fernando Maestre, una autoridad en materia de cambio climático y actual profesor investigador de la UA, "no hay evidencia científica de que estos cañones sean realmente efectivos. En cualquier caso -puntualiza- todo lo que intente modificar las condiciones climáticas del ciclo hidrológico puede ser contraproducente y, por tanto, no deseable".

Por su parte Lluís Francés, el Hombre del Tiempo Comarcal de Alicante, califica este sistema de "caro y poco útil" y recuerda que en el año 2000, tal y como consta en el BOE en una orden emitida el 3 de agosto, este tipo de instalaciones llegó a estar subvencionada por el Gobierno de Aznar en beneficio de los "agricultores agrupados para la defensa antigranizo".