El próximo destino de Quique Hernández después de sellar su salida amistosa del Intercity debería ser el Hércules. Sin embargo, en la actual coyuntura, tras el anuncio de la querella de la Fiscalía por un posible delito de alzamiento de bienes contra el club y su fundación derivado, supuestamente, del pase de Abde al Fútbol Club Barcelona el pasado 31 de agosto, el sentido común demanda paciencia a las dos partes, sobre todo porque los intereses de ambas convergen en el mismo punto, el regreso del que fuera presidente blanquiazul al organigrama de la SAD propiedad de la familia Ortiz.

Quique Hernández no quiere precipitar su vuelta ni tampoco darla por hecha, así que está dispuesto a esperar el tiempo que sea necesario porque, a día de hoy, su prioridad es escuchar lo que esté pensando proponerle el Hércules. A su favor juega que no siente urgencia por encontrar un nuevo destino después del par de años intensos como máximo responsable deportivo del Intercity cerrados con sendos éxitos competitivos: dos ascensos.

Además, Hernández, defensor de los códigos internos que anteponen el respeto a la tarea ajena, considera que primero debe finalizar su periplo profesional Carmelo del Pozo, cuyo contrato expira el 30 de junio, para rubricar cualquier posible acuerdo laboral. Que su anterior club, el Intercity, y su sucesor en el cargo, Juanfran Torres, manejaran la entrada del exfutbolista del Atlético de Madrid en la SAD que preside Salvador Martí como si él ya no formara parte del organigrama desagradó al técnico de Anna, que habría deseado que todos aguardaran a que su vínculo contractual hubiera quedado resuelto antes de actuar.

La experiencia de Quique Hernández confeccionando plantillas le dota de una tranquilidad relativa. Si finalmente fuera él el elegido para recoger el testigo de Carmelo del Pozo, el principal problema para armar un equipo con aspiraciones reales de ascenso directo el año que viene no sería el tiempo ni la presumible premura con la que le tocaría moverse en el mercado. Hernández cree que hay margen suficiente para construir un bloque competitivo en la cuarta categoría que pelee desde el inicio de curso por acabar líder evitando con ello el mal trago de la promoción.

Carmelo del Pozo cierra el curso antes de salir del club

A pesar de la evidente sensación de parálisis institucional que proyecta desde fuera el Hércules, Carmelo del Pozo continúa cerrando flecos de la temporada recién acabada, la que finalizó el 21 de mayo con la decepción de caer eliminados en la primera eliminatoria de la promoción de ascenso a Primera RFEF, siendo el blanquiazul el único club de los que optaban a lo mismo en el grupo 5 que no confirmó el objetivo en la provincia de Alicante. El todavía responsable técnico, que dispone de contrato con el conjunto blanquiazul hasta el 30 de junio, sigue acudiendo a las oficinas del Rico Pérez a diario para completar su tarea como cabeza más visible de la parcela que ha dirigido desde que llegó a la entidad blanquiazul en verano de 2020. El técnico segoviano está terminando de elaborar todos los informes con los datos recabados durante el último ejercicio relativos a futbolistas que pudieran resultar interesantes para campañas venideras derivados de la labor de «scout» aparejadas a su cargo. 

Del Pozo, como cualquier trabajador asalariado, tiene derecho a elegir qué 15 días de vacaciones desea y es probable que haga uso de ellos en las dos últimas semanas previas a que expire su vínculo laboral con el Hércules. Hasta que eso no suceda, el club dispone de tiempo para avanzar en la reconstrucción del proyecto blanquiazul, uno que la propiedad está decidida a dotar de savia herculana en la parcela deportiva.

Su segundo en el Intercity, Paco Peña, sigue negociando con el conjunto en el que se ha estrenado en los despachos como profesional. El que fuera capitán del Hércules está dispuesto a continuar con su tarea después de haber sido parte activa del ingreso del otro club de la capital en Primera RFEF. Si la renovación no prospera, podría repetir como secretario técnico de Hernández, dado que ambos cumplen con la máxima impuesta por la propiedad de nutrir los puestos puramente deportivos con savia herculana.

A ellos dos se puede sumar otro colaborador con el que ambos ya han coincidido en sus anteriores etapas como blanquiazules. Para Quique Hernández no sería un problema, sino todo lo contrario. Lo importante para el valenciano es que la apuesta por el nuevo proyecto esté a la altura de lo que, entre otros, exige el alcalde de Alicante, Luis Barcala, que reclama un equipo a la altura de la historia y la masa social del club.