Espanyol B 2-1 Hércules

El Hércules ensucia su gran primera parte en siete minutos

Los blanquiazules se duermen tras el descanso y facilitan la remontada del Espanyol después de que Ketu adelantara a su equipo en el arranque

El bajón en la intensidad defensiva tras el descanso propicia la tercera derrota alicantina en Barcelona esta temporada, la primera sobre hierba

Colomina lamenta el fallo que pudo significar el empate a dos del Hércules frente al Espanyol B en Barcelona.

Colomina lamenta el fallo que pudo significar el empate a dos del Hércules frente al Espanyol B en Barcelona. / LOF

Pedro Rojas

Pedro Rojas

Lo cantan al revés, pero es mentira. Al lugar en el que has sido infeliz lo mejor es que no vuelvas ni gratis. Tres visitas a Barcelona ciudad y tres bofetones a mano abierta como bienvenida. Todos bien ganados, merecidos, propinados con fiereza por no estar a la altura, por pavonearte, por creer que con 45 minutos basta, por relajarte justo donde más te duele: la defensa. El Hércules cede el liderato en solitario por tercera vez este curso, pero lo que de veras fastidia, es que ahora lo hace sobre césped natural a pesar de haberse puesto por delante en el marcador frente a un rival engañoso que, con una plantilla bastante apreciable, llegaba al estreno de la segunda vuelta hundido en el descenso.

Tal vez por eso los hombres de Torrecilla creyeron que el partido, con 0-1, ya estaba resuelto. Lo pensaron porque fue justo lo que sucedió en el primer encuentro de esta liga. Allí también fue el camerunés quien desniveló el marcador. Pero este Espanyol no era aquel, ni había seis mil personas gritando para evitar la abulia natural del que se siente con el derecho a que le den un respiro.

Mala creencia esa. Muy humana, sí, puede que hasta comprensible, pero en el fútbol de ahora, también en el de esparto, dormirse fabrica pesadillas de las peores, de esas es las que caes y caes y solo te despiertas cuando crees sentir el cemento, cuando ya no hay vuelta atrás. Sigues con vida, sí, pero el rato de angustia te arruina el desayuno... y la jornada.

Samu Vázquez intenta librarse de dos defensores durante el Espanyol B - Hércules de la jornada 18.

Samu Vázquez intenta librarse de dos defensores durante el Espanyol B - Hércules de la jornada 18. / LOF

El Hércules ensució una gran primera parte en la que le robó la pelota al filial perico, le cerró todas las salidas. Le ahogó tanto y tan seguido que, un envío de Candelas mitad despeje mitad centro, provocó el error que dio pie al 0-1. Mendes acudió a la presión y Catalá se deshizo de la pelota sin mirar para evitar el robo. En vez de darle el balón a un compañero, asistió a Kalvin Ketu, que voló hacia el área, se quedó solo delante de Fortuño y, con una picada sutil, adelantó a los blanquiazules a los 10 minutos.

Caras distintas

El bloque que se vació en el Camp d’Esports para acabar con la infalibilidad del Lleida en su estadio desde abril habría rematado la faena anoche en la Ciudad Condal. Pero aunque vestían igual y los nombres de las camisetas eran idénticos, la sensación de fortaleza era diferente, menos ostensible, más cogida con alfileres. Fantasearon con una tregua y la firmaron, pero no contaron con la otra parte, la españolista, que deshizo su dibujo original, intercambió piezas y consiguió, gracias al influjo de su entrenador, recobrar la fe, el impulso y la presencia ofensiva de la que había carecido en la primera parte, cuando enfrente había tenido al líder de la competición... que se extravió por el túnel de vestuarios.

Nico Espinosa, que volvió tras dos meses fuera del equipo, trata de regatear a su marcador en la segunda parte.

Nico Espinosa, que volvió tras dos meses fuera del equipo, trata de regatear a su marcador en la segunda parte. / LOF

Manolo González quebró su defensa de tres centrales, agilizó el mediocampo y dio entrada a Omar Sadik e Hinojo, fundamentales en la reacción junto a Kenneth. Tres cambios que ahogaron la iniciativa herculana y provocaron desórdenes letales, el primero, después de un saque de falta lateral bien ensayado que el delantero marroquí cabeceó sin oposición en el área pequeña, llegando desde atrás, libre de marca, con De la Nava mirando hipnotizado la parábola del cuero en vez de al jugador que le tocaba tapar.

Concesiones

Diez minutos jugados mal, sin peso, sin relevancia de los centrocampistas, sin hacer daño, y de nuevo tablas. El preparador extremeño creyó que el golpe despertaría sus jugadores. Se equivocó. En vez de eso, siguieron corriendo al trote detrás de la pelota, guardando distancia, sin anticipación.

Así llegó la acción que alimentó el 2-1. Todos atrás, hundidos, y un saque de esquina sencillo llegó a los pies de Sadik, de espaldas a la portería. Josema le buscó con la mirada hasta que salió a cerrarle con las dos manos atrás, inestable, blando. El magrebí maniobró rápido, se dio la vuelta sin tener que zafarse de nadie y antes de completar el giro armó la pierna. Su latigazo se coló, raso, por el palo al que no podía llegar Carlos Abad.

Miguel Marí (d) y Javi Moreno (i) conversan a la finalización del partido en Sant Adrià de Besós, en Barcelona.

Miguel Marí (d) y Javi Moreno (i) conversan a la finalización del partido en Sant Adrià de Besós, en Barcelona. / LOF

Se consumó la remontada en siete minutos, y aún tardó Torrecilla en realizar su primera rotación. Once después de encajar el segundo tanto, saltaron al césped de una tacada Miguel Marí, Alvarito y Coscia. Al primero no se le vio, puede que se marchara del partido sin tocar el balón, demasiado pronto para encajar en una maquinaria engrasada llevando tantos meses sin competir. Los otros dos contribuyeron a regenerar el ataque, a dar profundidad, a ensanchar el breve espacio en el que había enjaulado la estrategia de Manolo González al colíder. 

El primer disparo blanquiazul después del tempranero 0-1 llegó a los 63 minutos. Después se sucedieron en cascada. En la última acción, Colomina tuvo la oportunidad de empatar. Cazó un envío de Candelas a dos metros del guardameta, pero quiso asegurar y en esa décima de duda antes de meter el empeine volaron los tres puntos. Maldita felicidad... efímera.

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ESPANYOL B: Fortuño, Pau Casadesús, Gorjón (Omar Sadik, min. 46), Alejandro Pérez, Roger Martínez (Jurado, 77’), Antonio Roca (Carvalho, 71’), ‘Gori’ (Kenneth, 71’), Javi Hernández, Catalá, Ian Forns (Hinojo, 46’) y Bauza. 

HÉRCULES: Carlos Abad, Nolan, Candelas, Josema, Roger Colomina, Artiles (Miguel Marí, 69’), ‘Samu’ Vázquez (Javi Moreno, 90’), Mendes, Carlos Mangada (Coscia, 69’), Ketu (Nico Espinosa, 79’), De la Nava (Alvarito, min. 69’).

GOLES: 0-1, Min. 10: Kalvin Ketu; 1-1, Min. 51: Omar Sadik; 2-1, Min. 57: Omar Sadik.  

ÁRBITRO: Manuel Ramírez Marco (Zaragoza). T. Amarillas: para Roger Martínez, del Espanyol B, y a Candelas, Samu Vázquez y Nico Espinosa, del Hércules. 

ESTADIO: Ciutat Esportiva Dani Jarque, en Barcelona. Medio millar de aficionados presentes en la grada, 50 de ellos herculanos.