México ya lo ha sufrido y se acerca a España: la cúpula de calor que aterroriza a la población

La intensa ola de calor que está afectando al Atlántico podría reflejarse también en el Mediterráneo

Esteban Joaquín Mojica

Esteban Joaquín Mojica

En vastas áreas de México el calor puede ser muy intenso. Pero no todo el país es igual. En la Ciudad de México, por ejemplo, el récord histórico es de 33,8°C, alcanzado en 1998. 34 grados, para una ciudad situada a 2.200 metros sobre el nivel del mar, es bastante.

Justo la semana pasada, los termómetros rozaron ese récord, mientras que en el norte del país superaron los 40 grados, y tanto el Caribe como Centroamérica sufrían una ola de calor particularmente fuerte. En resumen: no era una ola de calor común. Era una cúpula de calor, y eso es lo alarmante.

¿Qué es una cúpula de calor?

¿Cúpula? ¿Qué significa eso? Una cúpula es un fenómeno que ocurre "cuando las altas presiones atmosféricas comprimen el aire caliente hacia abajo, impidiendo que ascienda" y confinándolo en una zona específica. En lenguaje informal, podríamos describirlo como una "trampa de calor".

O, como lo describió el meteorólogo mexicano Alberto Hernández Unzón, "una olla a presión". La metáfora es precisa: una condición atmosférica que retiene una masa de aire muy caliente, promoviendo una estabilidad casi agobiante. El sol, calentando un aire ya cálido, hace que las temperaturas se disparen.

¿Por qué ocurre la cúpula de calor?

En principio, parece que estos fenómenos están asociados a cambios repentinos en las temperaturas del océano. Es un efecto dominó: el agua calienta el aire, el aire se adentra en la tierra y, al llegar, queda atrapado por el sistema de altas presiones encajado entre dos mares en calentamiento.

Es decir, la presión de un lado se suma a la presión del otro, y encima de todo, una fuerte columna de aire empujando hacia abajo: una olla a presión.

La ola de calor llega este lunes a su "pico" con máximas que podrían superar 44 grados en Andalucía

La ola de calor llega a su "pico" con máximas que podrían superar 44 grados en Andalucía / rafa alcaide

¿Es realmente un problema?

Eso es lo que ocurrió en México, Centroamérica y la cuenca del Caribe la semana pasada y, desde luego, no es la primera vez que sucede. Estas cúpulas, aunque inusuales, son parte del funcionamiento (relativamente) normal de la atmósfera y sus circulaciones. Lo preocupante no es eso.

Lo preocupante es que, como apuntan los científicos, estos fenómenos atmosféricos han incrementado su frecuencia, duración e intensidad en las últimas décadas. Tiene sentido: si está relacionado con la temperatura superficial del mar, el aumento de las temperaturas debería hacer que se vuelvan más frecuentes.

Lógico y problemático, desde luego. Estamos hablando de millones de personas expuestas a temperaturas para las que no están preparadas.

¿Cómo afecta todo esto a España?

Es, en esencia, un proceso similar (aunque a mayor escala) a lo que hemos denominado en estos años como "horno ibérico": un conjunto de condiciones meteorológicas que estabilizan una masa de aire caliente sobre un lugar específico justo cuando hace más calor.

La interrogante ahora es cuál será el efecto de la intensa ola de calor que están experimentando las aguas que nos circundan en todo esto. Mientras que el Atlántico está registrando temperaturas nunca antes vistas en la era moderna, el Mediterráneo está experimentando una serie de temperaturas elevadas realmente récord. Con una circulación atmosférica completamente alterada e imprevisible, agregar más variables desconocidas nunca es una señal positiva.