DERECHO ANIMAL

Sin medios no hay leyes de protección animal

Sin medios no hay leyes de protección animal

Sin medios no hay leyes de protección animal / INFORMACIÓN

Raúl Mérida

Raúl Mérida

En los últimos años hemos visto como han sido aprobadas multitud de leyes. Eso, si son necesarias, están bien hechas y se han elaborado desde la ciencia y no desde la creencia, puede ser bueno. Sin embargo, el problema principal es que, a menudo, no llegan a darse la mayoría de circunstancias anteriores.

No obstante, existe también otro problema añadido que, con frecuencia suele acompañar a las leyes y es que no se destinan medios para su cumplimiento. Esto es un problema y no menor. Un buen ejemplo lo constituyen las distintas leyes de bienestar animal.

Si se exige que los ayuntamientos tengan un servicio de recogida de animales abandonados con asistencia veterinaria durante las 24 horas, hay que dotarles de medios para que puedan hacerlo. Una obligación como esa, conlleva la creación de un albergue en la zona o, al menos, un concierto o contrato con alguno existente para poder depositar los animales recogidos en el mismo. El mantenimiento de dicho centro tiene un altísimo coste, tanto en cuanto a personal como a medios. También es necesario contar con profesionales cualificados que puedan encargarse de la recogida de animales y que, además, hagan turnos para poder cubrir dicho servicio. Y, por último, ha de existir algún convenio con hospitales veterinarios de la zona para que atiendan a aquellos animales heridos o enfermos que lo necesiten. Todo eso, evidentemente, no es gratis. Al revés, tiene un altísimo coste.

Además, el ayuntamiento para controlar dicho servicio debe contar con personal funcionario de gestión que tutele la prestación de dicho servicio, personal que además debe recibir una completa formación al respecto.

Todo lo anterior, para ayuntamientos grandes es complejo y costoso, pero para ayuntamientos pequeños, prácticamente, imposible.

Por eso, si cuando se aprueba una ley no se ponen medios, la ley se queda en papel mojado y, aunque luce mucho como propaganda publicitaria, no tiene efecto alguno positivo en lo que pretende garantizar, en este caso, la protección y el bienestar de los animales.