La concejal sin prisas

María, el día que fue desahuciada.

María, el día que fue desahuciada. / PILAR CORTÉS

L. Gil López

L. Gil López

María y Moisés fueron desahuciados hace casi tres semanas de su casa en el barrio alicantino de Carolinas Bajas. Ella es una jubilada de 71 años y su hijo tiene una discapacidad psíquica. Cobra 750 euros al mes y pagaba 300 euros de alquiler a un fondo buitre, que hace triste honor a su nombre y se muestra implacable y no ha renovado el contrato de arrendamiento a la mujer. No hay paz para los vulnerables.

Los días pasan y María y Moisés siguen sin casa, viviendo con unos familiares mientras esperan un nuevo hogar, ya que todavía no tienen una vivienda asignada. ¿Por qué este retraso? ¿Qué es lo que falta? La mujer se encuentra a la espera del decreto de emergencia habitacional que tiene que rubricar la Concejalía de Acción Social, según explican desde Alcaldía. Pues sí, una firmita de nada que tiene que realizar la concejal de «Inacción Social», Julia Llopis.

La edil, en el centro de la polémica todo el mandato, ha conseguido poner de acuerdo a veintiséis asociaciones vecinales de Alicante, que le reprochan su nefasta gestión de las políticas sociales. La penúltima denuncia: que no agiliza la renovación de los certificados de vulnerabilidad, para que las personas necesitadas de comida puedan recogerla en el Banco de Alimentos. Las entidades vecinales apuntan al alcalde «como máximo responsable de toda esta dejadez» por permitir que Llopis siga al frente.

La concejala no está preocupada por que le vayan a quitar el asiento, a falta de tres meses de las elecciones municipales Luis Barcala no va a mover ficha; de hecho nunca ha estado en sus planes, su defensa de Llopis es férrea. Pero el reloj sigue marcando las horas y María y Moisés siguen sin tener casa, y la concejala continúa sin echar una firma.