Se me cae la casa encima

Imagen de archivo de una discoteca.

Imagen de archivo de una discoteca.

Mariola Sabuco

Mariola Sabuco

Me siento mal, indignada. Un patán ha expulsado de una discoteca de Alicante a un grupo de mujeres de entre 55 y 84 años, por su edad. Yo estoy en ese rango. Por lo visto, hoy en día, nuestras arrugas, nuestras canas y nuestro cuerpo reconfigurado por la menopausia no es digno de disfrutar de la música de los años 80 en una discoteca. A nuestra generación de mujeres que usó las becas para formarse cuando las familias solo veían necesario que lo hicieran los hombres, que aprendimos a conducir lo antes posible para ser más libres y vivimos intensamente la década de La Movida madrileña, precisamente en los años 80, creciendo entre conciertos y discotecas; ahora, nos echan por nuestra edad. No importa que no nos perdiéramos un concierto de Nacha Pop o Los Secretos, no importa si acudimos a todos los que en España dieron los Rolling Stones o Bruce Springsteen. Es inaceptable. Mi generación de mujeres ha trabajado para ser independiente, ha construido puentes donde no los había para las siguientes y nos hemos ganado lo que cantaba Aretha Franklin: "Respect" (Respeto). Somos cardiólogas, ingenieras, economistas, químicas, periodistas, capitanas de aviación, madres, solteras, divorciadas, viudas... Rompimos barreras, viajamos, tuvimos sexo antes del matrimonio, estudiamos idiomas y, sobre todo, trabajamos; mucho. Nos costó, mucho. Crecimos sin modelos válidos para nosotras, cada una a su manera y lo hemos intentado hacer lo mejor posible, para todos. No me reconozco en el espejo cada mañana cuando me pongo la crema hidratante, pero me sigo sintiendo indomable y creo tener derecho a ser y divertirme como yo quiera, sin dramas ni escándalos, como nos gusta a las mujeres, que nunca quedamos para pegarnos en una discoteca o en un partido de fútbol. Lo creía a los 20 y lo defiendo ahora camino de los 60. Respétennos porque somos una generación de mujeres inconformista y muy numerosa, que hemos vivido siempre fuera de casa. Hasta el último minuto estamos dispuestas a darlo todo, no somos de quedarnos en el salón mirando la tele, porque la casa se nos cae encima. Por favor, acéptenlo de una vez por todas.