«Sostenibilidad», dicen
Barcala intentó ayer dar imagen de hombre de Estado, de esos políticos que defienden el interés general por encima del partidista. De los que ya no quedan. Como para que pasara por alto que, para aprobar las cuentas de este año tras el fracaso de 2023, ha tenido que pactar con los ultras de Vox medidas como dejar sin contenido la futura Zona de Bajas Emisiones de Alicante -pese a que ante Europa se defendió lo contrario para conseguir más de 15 millones de euros de fondos para obras de transformación (más o menos) urbana- o impulsar una oficina antiokupa y otra que la izquierda considera que es «antiaborto».
Exhibió ese talante durante todo el pleno extraordinario de presupuestos (cierto es que fue breve, aunque intenso). Lo hizo al intentar apagar los choques verbales, básicamente entre representantes de la izquierda y de Vox por la violencia de género, y también cuando tomó la palabra, en la recta final de la sesión, para asegurar que las enmiendas que no han si do aprobadas pueden tener una segunda oportunidad (puede que no estuvieran «bien planteadas», dijo, «pero no tienen que ser desechadas», añadió). Además aseguró que las cuentas diseñadas por el gobierno del PP, y necesariamente avaladas por Vox para ser aprobadas, son «lo mejor» que su gobierno ha podido realizar, pero a su vez admitiendo que «seguro» que no se tratan de la única «alternativa».
El trabajo sucio, el de meterse en el barro, se lo dejó al concejal de Hacienda, el popular Toni Gallego, quien recurrió a clásicos como culpar al Gobierno de Sánchez, en este caso por limitar los ingresos del Ayuntamiento y criticar al Botànic (ya extinto) por «castigar a la ciudad» con falta de inversiones. También hubo alusiones «nuevas», a Javier Bardem u Óscar Puente.
Lo que no cambió en el pleno de presupuestos es que Compromís mantuvo el foco puesto en Vox, mientras que el PSOE de Barceló intenta fijarlo en el PP de Barcala, aunque con diferente fortuna. Y es que el portavoz de la coalición valencianista, Rafa Mas, lideró el discurso de la izquierda municipal con una primera intervención que giraba en torno a la palabra del alcalde. «¿Qué podemos esperar de usted?», repitió Mas en numerosas ocasiones para hablar de cuestiones pendientes como la Carrera Profesional, el PGOU o la conexión ciclista a la zona de playas.
También, como el resto de la izquierda, cargó contra el modelo de Zona de Bajas Emisiones que Barcala defiende ahora tras el pacto presupuestario de Vox, que va a dejar la ciudad sin medidas para mejorar la calidad del aire y reducir la contaminación acústica. Pese a eso, desde el gobierno de Barcala aseguraron que Alicante es «más verde», «más saludable»... Una apuesta por la «sostenibilidad», dicen. Y tan panchos se quedaron.
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