Opinión | Hola, soy Dios

Maquiavelismo del siglo XXI

Maquiavelismo del siglo XXI

Maquiavelismo del siglo XXI

Al señor Sánchez, se le puede acusar de muchas cosas, singularmente, de no ser un adicto a la verdad.

- Así es, JC.

- Ha sido definido de múltiples maneras, entre las que predominan diagnósticos psiquiátricos y de una manera más festiva, por el admirado don Arturo Pérez Reverte, como personaje fascinante, pistolero, asesino, tipo que no repara en nada, capaz de venderte a su madre creyendo que te está vendiendo a la tuya.

- Cierto. Los españoles son un poco reacios a admitir según qué méritos en sus dirigentes y en este caso singularmente, porque el sujeto analizado no concita especiales simpatías, ni entre sus propios votantes, y mucho menos, entre exdirigentes de su propio partido, que en público y en privado le atizan con poca piedad.

- Pero habrá que reconocerle cierto mérito, cuando lleva tantos años en candelero, en la cúspide del Gobierno, luchando contra viento y marea, aliándose con el mismísimo diablo si hace falta.

- Recuerdo, Pa, la convocatoria de las últimas elecciones generales, 24 horas después de un revolcón electoral para el PSOE en las elecciones autonómicas y municipales. En aquel momento nadie entendió la premura ni la necesidad de esa convocatoria, pero el tiempo ha demostrado el acierto del personaje.

- Sí. Él debió imaginar que el PP y Vox se afanarían en montar gobiernos de coalición en las diferentes autonomías, y eso le daba la singular oportunidad de gestar un enemigo común, llamado derechosfera, que es como nombrar la bicha entre sus seguidores y a muchos españoles moderados que asocian al franquismo cualquier movimiento a la derecha del PP.

- Aquello fue el inicio de la estrategia polarizadora de Sánchez, la única que le puede mantener en el poder: construyamos un muro, dividamos el país en dos: los buenos y los malos, los míos y los ajenos, los progresistas y los reaccionarios. Y usted está conmigo o contra mí.

- Esa es la misma estrategia que siguen todos los populistas desde que el mundo es mundo, no hay que mirar más que a Trump por la derecha, a Putin o a Maduro. Tan viejo como la rueda.

- Pues ahora ha surgido un nuevo conflicto, justo cuando llegan las elecciones europeas: se trata del enfrentamiento entre el Gobierno español y el argentino, singularmente, habríamos de decir entre Milei y Pedro Sánchez

- Con toda seguridad, este rifirrafe ha sido orquestado desde la Moncloa: el ejecutor por antonomasia, llamado Oscar Puente, provocó al león de la Patagonia insinuando su utilización de sustancias indefinidas. El león incontinente rugió de inmediato y se desencadenó una espiral de acusaciones, medias verdades, insultos y apelaciones al patriotismo. Justo lo que le conviene al señor Sánchez en vísperas de las elecciones europeas, que no tienen buen aspecto a priori.

─- Sí Pa, hay que reconocerle al tal Pedro Sánchez una habilidad más que notable para manejar sentimientos y afectividades. Un talento especial para lo emocional, ese gesto de cordero degollado que conmueve a sus seguidores, que le ven como el abanderado de su lucha contra la opresión del mundo por los poderosos. Si no, fíjate en el último episodio diplomático con Israel, con miembros de su gobierno repitiendo eslóganes del grupo terrorista Hamas.

─- Eso es incuestionable, JC. Algo tiene el agua cuando la bendicen. Qué lástima que esa habilidad no se manifieste en mejorar la vida a los españoles y se traduzca en una mayor apego a la verdad y a la racionalidad.