La Diputación de Alicante: 200 años cosiendo el territorio de la provincia

A diferencia de diputaciones de otras provincias de España, en las que únicamente tiene peso la capital, la Diputación de Alicante, que este 2022 celebra su segundo centenario, cumple a la perfección con un difícil equilibrio. Y ahí coinciden todos los expertos. La institución provincial vertebra y da sentido a un territorio en el que la convivencia no parece, a priori, sencilla, ya que cuenta con muchas localidades, la mayoría de ellas, capitales de comarca, con gran cantidad de población, a la vez que tiene un número considerable de pequeños municipios sin recursos económicos ni humanos para dar respuesta a las necesidades de sus habitantes. En medio de este ecosistema tan particular se sitúa una Diputación que es capaz de atender correctamente todas las sensibilidades de la provincia sin perder su esencia propia y logrando que la ciudadanía se sienta muy identificada con ella.

En este análisis confluyen el actual presidente, Carlos Mazón (Partido Popular), uno de sus exdirigentes en el periodo democrático, Antonio Mira-Perceval (PSPV-PSOE) y cuatro expertos de las universidades de Alicante y Miguel Hernández de Elche que han sido consultados por INFORMACIÓN para conocer su visión sobre la institución que celebra su bicentenario: Manuel Alcaraz, Victoria Rodríguez, Juan José Díez y José Antonio Pérez Juan. El primero en resaltar su necesario papel en la actualidad es su presidente. «La principal administración que cuida la provincia es la Diputación, y esta es la gran responsabilidad que tenemos cualquiera que estemos en ella: trabajar para una institución que tiene 200 años y obrar en consecuencia a ello», afirma Mazón.

Infraestructuras

El dirigente popular reivindica que, gracias a la institución, se han conseguido poner en marcha grandes infraestructuras para la provincia, en terrenos como el sanitario (los hospitales de Sant Joan d’Alacant y Orihuela) o el cultural (el ADDA de Alicante). Mazón enfatiza en su discurso que, «cuando llega el momento de hacer inversiones estratégicas, la Diputación debe estar ahí, en los momentos en los que esa inversión no llega por parte de las administraciones superiores». 

Antonio Mira-Perceval fue el quinto presidente de la Diputación en el periodo democrático, ocupando el sillón de mando en el periodo entre 1991 y 1995. El socialista considera que, ante la actual planta municipal de la provincia, con 141 municipios en total, y 115 de ellos por debajo de los 20.000 habitantes, la existencia de la Diputación es incuestionable. «Es necesario un segundo nivel de administración local y, para mí, el debate sobre la existencia de la Diputación está cerrado», afirma con rotundidad al respecto.

Mazón y Mira-Perceval defienden a la Diputación frente al poder de Valencia

Para Mira-Perceval, el apoyo que se ofrece desde el Palacio Provincial a los ayuntamientos para que puedan prestar servicios a sus ciudadanos es «vital». En este sentido, apunta que, aunque los esfuerzos vayan dirigidos a los municipios más pequeños, no hay que perder de vista el trabajo que se realiza en las localidades de mayor tamaño. Como ejemplo de ello, destaca la labor que hace Suma Gestión Tributaria, una de las entidades ligadas a la Diputación que colabora con los ayuntamientos más grandes.

Entre los más críticos con el papel que desempeña la institución se sitúa Manuel Alcaraz. Eso sí, el profesor de Derecho Constitucional de la UA elogia la labor que se hace en ámbitos como la cultura o la sanidad: «Donde muestra una vitalidad importante es en el terreno cultural, con la creación de museos, teatros, auditorios... También ha tenido un papel histórico importante en materia sanitaria, aunque esas funciones se han integrado actualmente en el sistema más amplio de la comunidad autónoma».

Otros ejemplos

Lo que ocurre en otros territorios, con autonomías con una sola provincia, como son los casos de Madrid o La Rioja, por ejemplo, en los que no hay diputaciones, sirve de base para que Alcaraz afirme que «se puede vivir perfectamente sin estas instituciones». En cuanto al concepto de vertebración, sostiene que «hay que renovar su relato». El profesor de la UA considera que «cualquier intento que se ha hecho para crear un alma de la provincia ha fracasado».

La postura de Alcaraz choca frontalmente con la de los otros expertos universitarios que han sido consultados, quienes se muestran firmemente convencidos de los beneficios que aporta la existencia de la Diputación. Este es el caso de la profesora de Ciencia Política de la UMH Victoria Rodríguez: «El auxilio que ofrece a los municipios en materia técnica, económica, financiera y de infraestructuras es lo que la hace útil y legítima».

Una de las singularidades de la Diputación para Rodríguez es que cuenta con una identificación por parte de la ciudadanía que no se da en otras provincias españolas: «Los alicantinos la sienten como una institución mucho más cercana que la Generalitat, la ven como un referente». La profesora de la institución académica ilicitana, que lleva tres meses realizando un estudio político de la provincia de Alicante, añade que está «renaciendo una corriente de alicantinismo» que se sustenta en torno al Palacio Provincial. 

En una línea similar se pronuncia el catedrático de Derecho Administrativo de la UA Juan José Díez, que afirma que «la Diputación contribuye a mejorar la razón de ser de la provincia». Sobre el recurrente debate que se viene reproduciendo desde el pasado siglo en torno a si las instituciones provinciales siguen teniendo sentido, Díez señala que, «mientras para los alicantinos la Diputación siga siendo un referente, su vigencia será plena».

Presidentes y diputados

El catedrático de la UA cree que todos los presidentes y diputados que han ido pasando por el Palacio Provincial han contribuido, de una u otra forma, a fortalecer el territorio alicantino. «La principal función de la Diputación es sostener y apoyar la articulación de la provincia. Resuelve los problemas que se plantean en unos municipios que son muy diversos, con tamaños grandes, medianos y pequeños. Es posible que la ciudadanía piense que hay demasiadas administraciones públicas, pero alguien tiene que articular la provincia», concluye.

También desde la UMH, José Antonio Pérez Juan coincide a la hora de señalar que la gran singularidad de la Diputación es su habilidad para convivir con dos tipos de municipios bien diferenciados, unos con un gran número de población y, otros, la mayoría, que no cuentan con autonomía para cubrir las necesidades de sus vecinos. «Eso no ocurre en otras provincias de España, en las que, más allá de la capital, apenas hay localidades relevantes», apostilla.

El catedrático de Historia del Derecho cree que la institución celebra sus 200 años «con muy buena salud», gracias a que «su gestión es óptima y presenta superávit» en sus cuentas anuales. «Nuestro mapa municipal la convierte en muy necesaria, en imprescindible. Si no existiera, habría que inventarla para cubrir las necesidades básicas», comparte Pérez Juan como reflexión final.