Entomología

Un tipo de piojo invierte los órganos sexuales: las hembras tienen penes y los machos vaginas

Hembra y macho se mantienen firmemente juntos durante la cópula, que puede durar hasta 70 horas seguidas

Piojo de la corteza (Neotrogla sp.) que habita en cuevas en Brasil.

Piojo de la corteza (Neotrogla sp.) que habita en cuevas en Brasil. / Créditos: Lienhard & Ferreira, Swiss Journal of Zoology, 2015.

Pablo Javier Piacente

Los piojos de corteza o Neotrogla, que habitan en cuevas, han intercambiado las estructuras genitales típicas: las hembras presentan partes sobresalientes en forma de penes y los machos poseen una cavidad en forma de vagina. En un insólito sistema de reproducción, las hembras de esta variedad de cochinilla brasileña penetran las vaginas masculinas para "aspirar" el esperma con sus penes: durante la cópula, el “pene” femenino se hincha e incrementa notablemente su tamaño.

Un equipo internacional de investigadores compuesto por científicos de la Universidad de Hokkaido y la Universidad de Keio, ambas en Japón, la Universidad Federal de Lavras, en Brasil, y el Museo de Historia Natural de Ginebra, en Suiza, ha descubierto el extraño mecanismo que utiliza una especie de piojo para reproducirse: se trata de una cochinilla brasileña que habita en cuevas, también conocida como piojo de corteza o Neotrogla, que ha sufrido una inversión de roles sexuales. 

70 horas de “amor”

Durante el proceso de apareamiento, la hembra extiende una estructura similar a un pene, llamada ginosoma, cuando se acerca a una posible pareja masculina. En el momento de la cópula, la hembra inserta el ginosoma en una abertura parecida a una vagina, ubicada en el cuerpo del macho. A través de este peculiar sistema, las hembras logran capturar el esperma de su pareja e iniciar la reproducción.

Pero las sorpresas no terminan allí: una vez que el ginosoma o “pene femenino” está asegurado, la hembra efectúa una acción de sujeción que mantiene a los dos insectos firmemente unidos durante la cópula, que puede durar hasta 70 horas. Según un artículo publicado en Phys.org, a lo largo del apareamiento el ginosoma se hincha a un tamaño mucho mayor del habitual, para extraer el semen del macho. 

Al mismo tiempo, el semen recolectado se dirige a un tipo de “tanque de almacenamiento” en el cuerpo de la hembra. Al llenarse, activa una válvula que conduce el semen a un segundo recipiente, donde continúa el proceso reproductivo. Basados en estudios previos y a través de una tecnología denominada escáner micro-CT, los investigadores obtuvieron imágenes únicas del apareamiento, y además identificaron dos grupos de músculos involucrados en el control del ginosoma: juntos, los músculos permiten a la hembra desplegar su “pene”, copular y luego retraerlo.

Ginosoma de hembra de piojo de la corteza, el “pene” femenino.

Ginosoma de hembra de piojo de la corteza, el “pene” femenino. / Créditos: Kazunori Yoshizawa/Universidad de Hokkaido/Science Alert.

Mucho más que reproducción

En el nuevo estudio, publicado recientemente en la revista Royal Society Open Science, los científicos también descubrieron que la anatomía de los piojos de la corteza sugiere que la cópula sirve para algo más que la reproducción: también proporciona nutrición a la hembra, debido a que el alimento escasea en las cuevas de Brasil donde viven estos insectos. Los piojos de la corteza sobreviven principalmente consumiendo excrementos de murciélago, pero al incorporar nutrientes presentes en el semen la hembra obtendría la energía necesaria para producir descendencia.

Este tipo de esquema sexual no ha sido apreciado hasta hoy en otras especies. Según un artículo publicado en Science Alert, aunque las hembras de hiena y elefante también tienen partes sobresalientes en forma de genitales alargados, conocidos como pseudopenes, al mismo tiempo los machos de ambas especies también disponen de penes y no desarrollan estructuras similares a vaginas. Además, la cópula y el proceso reproductivo son completamente diferentes con respecto a las prácticas desarrolladas por el piojo de la corteza. 

Al disponer de dos órganos o “tanques” de almacenamiento de esperma, las hembras de Neotrogla pueden acopiar el doble de esperma. Este almacenamiento adicional estaría precisamente relacionados con la doble función del proceso: la reproducción y la nutrición. Como el esperma viene empaquetado dentro de espermatóforos llenos de nutrientes, los investigadores sostienen que el desarrollo del pene femenino fue promovido a través de un mecanismo de evolución y selección natural, para recibir de esta forma más nutrición seminal.

Referencia

Acquisition of novel muscles enabled protruding and retracting mechanisms of female penis in sex-role reversed cave insects. Zixin Cheng et al. Royal Society Open Science (2023). DOI:https://doi.org/10.1098/rsos.220471