La Escuela de Adultos de Orihuela se asfixia por falta de espacio y financiación

La Escuela de Adultos de Orihuela, con 1.150 alumnos, de los que 812 corresponden a la extensión en Orihuela y el resto a las de Callosa de Segura y Almoradí, es uno de los diez únicos centros de formación de personas adultas de toda la Comunidad Valenciana que supera los mil matriculados.

La Asociación de Alumnos Vega Baja ha emitido un grito de auxilio enviando una carta al Ayuntamiento en la que advierte de que está en "grave peligro de cierre". Este centro público y gratuito funciona gracias a la colaboración entre la administración autonómica y local. La Conselleria de Educación dota al centro de recursos humanos y un presupuesto anual, mientras que el Ayuntamiento ha venido cubriendo los gastos de funcionamiento que se derivan de no tener instalaciones, una situación anómala en la Comunidad Valenciana, donde las escuelas de adultos con menor número de alumnos suelen disponer de un espacio propio.

Así, ha pasado de una dotación inicial de 500 metros cuadrados, cuando estuvo ubicada en el Palmeral a una de 150 metros cuadrados en la antigua casa del conserje del IES Tháder. Tras las obras de ampliación del instituto, la escuela de adultos solo dispone de dos despachos con una superficie total de menos de 40 metros cuadrados -sin acceso independiente desde la calle-, claramente insuficientes para custodiar toda la documentación escolar que guarda un centro educativo con 35 años de historia, atender a 812 matriculados y 15 profesores e informar al público.

Al no tener una sede, competencia que le corresponde al Ayuntamiento, se usan las aulas del Tháder por las tardes. Por ello, el consistorio pagó una cantidad de dinero al instituto hasta el año 2020. Sin embargo, la intervención municipal ha considerado que los pagos no son conformes a la ley, por lo que en la actualidad es la Escuela de Adultos la que está pagando por la permanencia en el instituto.

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En este sentido, apuntan que entre los gastos que ha dejado de asumir la administración oriolana está la electricidad, al considerar que no les corresponde al estar ubicados en un instituto de secundaria. No obstante, el consumo eléctrico de las escuelas de adultos es competencia municipal según la Orden de 18 de mayo 1995 de la Conselleria.

Condiciones mínimas

Estas condiciones, denuncian desde el consejo escolar, no cumplen los requisitos mínimos establecidos en la normativa, que regula que este tipo de centros debería contar con un mínimo de cuatro aulas propias de 40 metros cuadrados cada una, así como de un aula polivalente, otra de tecnología e informática, laboratorio y biblioteca. Si bien se usan algunos de los espacios del IES Tháder, solo es posible cuando están libres y nunca en horario de mañana.

En cuanto a los despachos, la ley establece que debe contar con "espacios suficientes para despachos de dirección, actividades de coordinación, orientación y acción tutorial, reunión y secretaría".

Por todo ello, solicitan a la administración que se busque "una ubicación digna" que garantice tanto el cumplimiento de la normativa vigente como la continuidad de un centro con más de 800 alumnos y que solo en Educación Secundaria permite que anualmente un centenar de oriolanos pueda acceder a estudios de FP o Bachillerato. Alumnado que procede del fracaso escolar, la inmigración o de la antigua EGB y que, sin este recurso, difícilmente podría seguir estudiando.

Un recurso socioeducativo

El curso pasado cien personas obtuvieron su graduado en ESO en esta escuela. Además de impartir todos los niveles de la ESO de adultos y organizar las pruebas libres de Secundaria, ofrece una gran variedad de programas: alfabetización, español para extranjeros, valenciano, inglés, cursos de acceso a la universidad para mayores de 25 años y a ciclos formativos, competencias clave y fotografía.

En la carta que han enviado al Ayuntamiento instan a la Concejalía de Educación a que dentro de sus competencias inicie conversaciones con todos los agentes implicados para que Orihuela pueda seguir contando con este recurso socioeducativo. En suma, piden que después de 35 años "nuestras autoridades educativas, tanto Conselleria como Concejalía, resuelvan un problema que pone en peligro la continuidad de este centro educativo", finalizan.