Orihuela cambia la calificación del Palacio Sorzano de Tejada para que deje de ser municipal

El pleno del Ayuntamiento de Orihuela, que se celebra este jueves, debatirá el inicio del expediente para cambiar la calificación jurídica del Palacio Sorzano de Tejada de bien demanial-servicio público a patrimonial, una propuesta del concejal de Patrimonio, José Aix, que saldrá adelante con los votos a favor de PSOE, Ciudadanos y Vox, la abstención de Cambiemos y la oposición del PP a lo que es el paso previo a realizar la permuta de este inmueble por el Molino de la Ciudad.

En el informe se justifica la necesidad de esta modificación -de demanial a patrimonial- para iniciar el procedimiento administrativo de permuta para que el Molino de la Ciudad pase a ser de titularidad municipal a fin de dotarlo de contenido y destinarlo a uso y disfrute del pueblo y la ciudadanía.

La diferencia radica en que los bienes demaniales son propiedad de las administraciones públicas sujetos a un servicio público, mientras que los bienes patrimoniales son también propiedad pública pero pueden ser adquiridos, gravados y transmitidos.

Una vez que el pleno valide el acuerdo, se expondrá al público el expediente por un plazo de 30 días en el tablón de edictos del Ayuntamiento y en el Boletín Oficial de la Provincia de Alicante, de forma que si no se presentan reclamaciones, cambiará la calificación jurídica del Palacio Sorzano de Tejada, del que el Consistorio es propietario de un 72,19% del edificio (las plantas primera, segunda, tercera y cuarta), y la Fundación Pedrera lo es de un 27,81%, en base a un convenio de cesión firmado por ambas partes en 2010, que aún está vigente.

El mismo informe indica que la fundación quiere recuperar la totalidad del inmueble, de 1.602 metros cuadrados y valorado en casi 3,5 millones de euros, para convertirlo en un espacio museístico dotado con importantes fondos artístico-culturales de repercusión a escala autonómica y nacional, algo que el Ayuntamiento considera que es de interés general para el municipio, ya que atraerá visitantes a la ciudad generando beneficios turísticos, culturales y socioeconómicos.

A cambio, como ya adelantó este periódico, el Molino de la Ciudad -catalogado como elemento protegible en el PGOU de Orihuela-, del que también es propietario la Fundación Pedrera, pasaría a ser municipal, en base a un decreto firmado por Aix en septiembre del año pasado.

Permuta

Según el decreto, el emblemático edificio que data del siglo XVIII y que actualmente alberga un museo asciende a casi 1,2 millones de euros, solo la parte que es municipal. El mismo decreto cuantifica en casi 900.000 euros el antiguo molino harinero, de 3.300 metros cuadrados (incluyendo varias edificaciones, un salto de agua, terrenos y caminos accesorios), a lo que la fundación añadiría 300.000 euros más para igualar el valor de 1,2 millones de la parte municipal del palacio.

Este símbolo de la ciudad fue incluido en 2020 en la Lista Roja del Patrimonio de la Asociación Hispania Nostra por su "estado de ruina y riesgo de derrumbe". En su interior apenas queda algo en pie, ya que todo el mobiliario fue saqueado.

En los últimos años se han producido varios intentos por parte de la corporación para adquirir este elemento industrial del siglo XX, con azudes y puente de sillería del XVIII, que después se transformó en fábrica de la luz, seña que todavía se distingue en la fachada. De hecho, a principios de este año se realizaron trabajos en el soto del molino para convertirlo en espacio de educación ambiental. 

Según fuentes consultadas, su puesta a punto necesitaría una inversión de 3 millones de euros, mientras que el palacio requeriría unos arreglos, sobre todo en la tercera planta, que no superarían los 500.000 euros.

Reversión

Hay que recordar que el acuerdo que firmaron en 2010 el Ayuntamiento y la fundación incluía que la corporación debía asumir las obras de rehabilitación, a ejecutar en el plazo máximo de cinco años, asumir los gastos del mantenimiento y mantener su uso como museo durante 30 años.

Las obras de adecuación no se llegaron a acometer, por lo que en 2017, la fundación solicitó obtener de nuevo la propiedad del palacio. Ante la negativa del Ayuntamiento, a finales de 2020 acudió a los juzgados para lograr la reversión, alegando que se incumplían las obras de rehabilitación para la puesta en funcionamiento y regulación de una iniciativa cultural en la ciudad. Sin embargo, se desestimó el recurso y está sin resolverse judicialmente la reversión.