El Botànic liquidó el contrato de los técnicos del Plan Vega Renhace antes de expirar y del cambio de gobierno

Cerrado a cal y canto y sin trabajadores. Así se encontró el nuevo Consell, que dirige el popular Carlos Mazón, la sede del Plan Vega Renhace en Orihuela, el Palacio del Marqués de Rafal. El Botànic liquidó el encargo de gestión a la empresa pública Tragsatec (Tecnologías y Servicios Agrarios, SA) para el servicio de asistencia técnica de soporte a la implementación y seguimiento del Plan Vega Renhace cuatro meses antes de que expirara el contrato y tras los resultados de las elecciones autonómicas del 28 de mayo, que suponían un cambio de gobierno. El anterior Consell finiquitó el contrato el 30 de junio, pese a que tenía vigor hasta el 13 de noviembre, y dos semanas antes de que fuera investido presidente, y tres de que tomara posesión, Carlos Mazón, tras el acuerdo con Vox. Así consta en la documentación a la que ha tenido acceso INFORMACIÓN.

De este modo, el actual Consell se encontró ya con la extinción del encargo de gestión técnica del Plan Vega Renhace que puso en marcha el expresidente de la Generalitat, Ximo Puig, tras la DANA que asoló la comarca en septiembre de 2019 para su recuperación y para realizar inversiones e infraestructuras que permitan a la comarca ser más resiliente ante episodios extremos del agua, como inundaciones o sequías.

La oficina del Plan Vega Renhace se instaló en el Palacio del Marqués de Rafal, tras adquirirlo el Consell por 2,4 millones, y el consejo asesor de dicho plan se nombró en 2021. Una oficina que dirigía Antonio Alonso y en la que estaban adscritos tres trabajadores, técnicos, a través de la encomienda de gestión a Tragsatec, que fueron despedidos tras liquidarse el contrato con la empresa pública el 30 de junio. 

El encargo a la empresa pública, para la implantación y seguimiento del plan, se realizó el 13 de mayo de 2022, con un plazo de ejecución de 18 meses que expiraba el 13 de noviembre de 2023. A la vez, se aprobaba un importe de 234.864,68 euros para ese encargo, que se distribuía en 104.465,32 euros para la anualidad 2022 y de 130.399,36 para la de 2023, esta última sin ejecutarse al completo, puesto que el entonces ejecutivo autonómico decidió finiquitar el contrato antes de su finalización.

Así, se ejecutaron 171.109,06 euros de los 234.864,68 previstos en el contrato. El sobrante, al liquidarse el contrato cuatro meses antes de que expirara, fue de 63.755,62 euros, dinero que nunca pasó a las arcas de Tragsatec y se quedó en la Generalitat. 

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Funciones

Las funciones que tenía que realizar la empresa pública, por un lado, eran la de soporte técnico, informativo y divulgativo transversal de análisis del seguimiento y evaluación de la implementación del Plan Vega Renhace por parte de dos empleados: un periodista y un experto en redes sociales con licenciatura en Geografía.

Por otro lado, también se encargaba Tragsatec del soporte técnico especializado para el seguimiento y evaluación de las actuaciones del plan, que llevaba a cabo un licenciado en Geografía. Los tres puestos fueron amortizados tras finiquitarse el encargo de gestión. 

Fue el 30 de junio de este año cuando la entonces delegada del Consell, la socialista Antonia Moreno, firmaba junto al representante de Tragsatec, el acta de finalización y de liquidación del encargo a la empresa «de mutuo acuerdo», se señala.

Consta en el acta que, a la vista de las actuaciones realizadas de apoyo a la implementación y seguimiento del Vega Renhace, y examinados los registros diarios y el resto de la documentación del encargo a Tragsatec, «se informa que las tareas a realizar y los objetivos de este encargo, en conformidad con la memoria, están ejecutados a fecha 30 de junio de 2023 y el objeto está cumplido». No obstante, de no haber habido un cambio de inquilinos en el Palau de la Generalitat este encargo se hubiera mantenido hasta la finalización del contrato. 

El 18 de julio, el responsable del Plan Vega Renhace, Antonio Alonso, dejó al nuevo Consell las llaves del Palacio Marqués de Rafal, sede oficial de la presidencia de la Generalitat en la Vega Baja y donde únicamente trabajaban los técnicos del plan con él, y le informó de que el edificio carecía de los contratos de seguridad y de limpieza.

El nuevo ejecutivo de Carlos Mazón decidió mantener el inmueble cerrado, como publicó este diario, debido a su estado de semirruina y a la falta de licencia de actividad de esta casa señorial, que únicamente tiene autorización como vivienda residencial. El palacio ya se lo había encontrado cerrado tras liquidar el Botànic la encomienda de gestión que incluía a los trabajadores adscritos a ese plan que fue bandera de Ximo Puig en la comarca.

El Consell usará el Palacio Marqués de Rafal de Orihuela como Casa del Agua y de promoción del limón tras rehabilitarlo

Rehabilitación

El Consell llevará a cabo una rehabilitación integral de este palacio por el mal estado que presenta, antes de reabrirlo. Mazón, en una visita reciente a Orihuela, anunció que será la sede de la Casa del Agua y de la Casa del Limón. En el primer caso, será la sede institucional, de visita y operativa dentro de la estrategia de la Mesa del Agua que se está gestando. Un organismo en el que se invita a participar a los actores políticos, universidades y agentes sociales y económicos de la Comunidad con el objetivo de proyectar las necesidades que se precisan en cuanto a este recurso. 

Así se encuentra el Palacio del Marqués de Rafal de Orihuela.

También se promocionará allí el cítrico más cultivado de la comarca, el limón. El noble palacio de 2.000 metros cuadrados tendrá que esperar aún bastante tiempo para reabrir, puesto que su reforma para solventar su deficiencia se estima bastante costosa.