La última propuesta de reurbanización de la fachada marítima de Torrevieja cuesta 45 millones y descarta soterrar el tráfico

Ni soterramiento total, ni parcial. El alcalde de Torrevieja, Eduardo Dolón, y la vicealcaldesa Rosario Martínez Chazarra han presentado este viernes la última propuesta de remodelación del espacio portuario junto a la nueva zona de ocio que se construye dentro del recinto del puerto de Torrevieja y han anunciado una especie de periodo de "participación pública" en un plazo de 15 días, aunque sin carácter oficial ni vinculante, para que los ciudadanos puedan aportar su visión sobre esta nueva versión del proyecto, que afecta a 135.000 metros cuadrados de superficie de la fachada marítima de Torrevieja en el mismo centro del casco urbano.

Esta última alternativa requiere de una financiación municipal de 45 millones de euros, sin contar los 20 millones que necesita la rehabilitación el recinto y el entorno de las Eras de la Sal. El nuevo plazo para el inicio de las obras - y ya van unos cuantos en los últimos tres años- lo ha fijado ahora el alcalde para el último trimestre de este año.

Quince días

La información disponible sobre los trabajos de elaboración del proyecto se encontrará en un enlace en la web municipal desde el próximo lunes. Dolón ha aclarado que tras ese plazo y la incorporación de cambios, la propuesta será la definitiva y se pedirá concesión del espacio público, competencia de la Generalitat.

La actuación busca, en esencia, la integración definitiva puerto-ciudad, con una zona comercial incluida que construye desde finales de 2022 un promotor privado por concesión de la Generalitat, y la solución a la movilidad en una de las áreas más congestionadas de tráfico de vehículos y paso peatonal en verano.

Antes de avanzar en rueda de prensa la nueva versión del proyecto -la cuarta desde que se adjudicó su redacción en marzo de 2023- Dolón se reunió ayer con las asociaciones empresariales locales para anticipársela. Y ha hecho lo propio en junta de portavoces este viernes.

Según la nueva propuesta, todo el tráfico entre los aledaños de la zona portuaria de Torrevieja discurrirá en superficie. El grueso de los vehículos que accedan a este ámbito lo harán por la calle Ramón Gallud, y solo tendrán dos opciones: Entrar al nuevo aparcamiento subterráneo de la zona de ocio del Paseo del Mar por la calle María Parodi o salir por la calle Rambla Juan Mateo.

Peatonal

El resto del espacio público, desde el actual paseo del Maestro Velero próximo al antiguo acequión salinero hasta el paseo de Juan Aparicio, será peatonal. Coincidiendo con lo que el municipio pretende que sea su Zona de Bajas Emisiones, solo podrán acceder vehículos habilitados de residentes, y aquellos con destino a la lonja, emergencias y taxi por un vial restringido desde la avenida de Gregorio Marañón hacia el paseo Vista Alegre, que aumenta su anchura peatonal de 23 a 37 metros hasta la plaza de Waldo Calero.

En el entorno de la plaza Waldo Calero el alcalde ha mencionado la configuración de una "gran plaza". El único tramo subterráneo del proyecto es la entrada al aparcamiento del paseo Vista Alegre.

Aparcamientos disuasorios

Dolón ha avanzado en este sentido una idea en la que insisten los grupos de la oposición desde hace muchos años: la construcción de aparcamientos disuasorios. Para ello ha mencionado tres propuestas. El que ya funciona de manera informal para este uso en un descampado junto al Colegio Acequión -que no da abasto en verano-, y los aparcamientos del parque Antonio Soria y del hospital con una conexión al centro en transporte urbano. Dolón ha señalado que en el resto del centro del casco urbano, las calles aledañas a Ramón Gallud, se pondrá en marcha la zona azul que reclaman, asegura, la asociaciones de comerciantes y hosteleros.

Problemas técnicos

Como avanzó INFORMACIÓN el soterramiento total del tráfico ha sido descartado según afirma el alcalde por su alto coste económico -alrededor de 165 millones de euros- y porque presenta muchas dudas técnicas, en especial para su paso por el paseo Vista Alegre, ya que exigía desplazar el actual aparcamiento subterráneo bajo este popular paseo y su posible afección a las edificaciones en primera línea.

El soterramiento parcial, que descartaba soterrar el tráfico en el Vista Alegre si bien programaba viales subterráneos parciales en la calle María Parodi y Ramón y Cajal, también presenta problemas técnicos de impacto en edificios aledaños a la zona donde confluyen las calles Pedro Lorca, María Parodi y plaza de Castelar según explicó Dolón, y además su coste total sería de 65 millones de euros.

Hippies separados en tres islas

Entre otros detalles de esta propuesta, la que más visos tiene de ser la escogida por el Ayuntamiento y la que más se acerca al proyecto final, están dibujados sobre el mapa las áreas en las que se distribuirán los puestos de artesanía de Los Hippies.

Aparecen en tres islas separadas. Una de ellas a la entrada del acceso a la nueva zona de ocio, entre el Muelle Mínguez y la Aduana, otro frente a la actual plaza de Waldo Calero y uno, bastante más reducido, en el arranque del dique de Levante y el monumento del Hombre del Mar. "Con superficies que responden a la demanda actual", según se recoge en el proyecto sin precisar el número de puestos que supone esa "demanda".

También ha anticipado Dolón que, en un principio se pretende mantener la actual hilera de ficus de gran porte y palmeras que separa el paseo del vial que se quiere peatonalizar y caracteriza al paseo de La Libertad, además de incorporar más zona verde en la misma área.

Muelle del Turbio

Otra de las incorporaciones importantes a esta alternativa es que contempla la recuperación en su integridad de la estructura del muelle del Turbio o muelle Mínguez, origen portuario y comercial de Torrevieja. Una solución en la que aparece rodeado de lámina de agua como en su estado original -lleva más de medio siglo cubierto por un aparcamiento-.

Los museos no serán flotantes -del todo-

Otro de los cambios presentados atañe al Submarino Delfín y a las embarcaciones que configuran la oferta cultural de los llamados museos flotantes. Se sacarán de su actual emplazamiento en el muelle Pesquero y quedarán varados en tierra con una recreación de envolvente en agua. El alcalde no ha explicado el motivo de su cambio, pero a simple vista se aprecia que hay poco hueco en la bahía para ubicar el submarino y las embarcaciones que conforman este espacio museográfico.

Si no se opta por esta alternativa -y la inicial de llevarlo a las Eras de la Sal ha sido descartado por el gobierno local- los pesqueros de cerco, que tienen en ese muelle pesquero reservado la distribución de usos del puerto que realizó la Generalitat no podrán atracar.

La lámina que utilizan ocasionalmente ahora aunque fue su espacio histórico de trabajo, estará junto al nuevo paseo marítimo de la zona de ocio y los locales de ocio de la zona comercial que se construye. También emplean un tramo de muelle en la lonja donde los barcos están ahora atracados en tercera, cuarta y quinta fila.

Obras en marcha

Mientras se da el visto bueno al proyecto definitivo en la misma zona se desarrollará la obra del cajón de pluviales de la calle Rambla Juan Mateo, la obra de remodelación del dique de Levante (8,5 millones y que puede estar adjudicada en dos semanas) y la construcción de la rotonda de acceso provisional al aparcamiento de la zona de ocio, en licitación por medio millón de euros.