Alcoy inicia las obras para cumplir la sentencia sobre La Rosaleda tras casi 17 años

Las obras para restaurar la zona verde tienen un coste de más de 4 millones de euros, que saldrán de las arcas municipales, y su duración estimada es de diez meses

El Ayuntamiento de Alcoy ha iniciado los trabajos para cumplir, después de casi 17 años, la sentencia del Tribunal Supremo que obliga a restituir la zona verde que había hasta 2001 en la plaza de la Constitución, conocida popularmente como La Rosaleda, y que fue arrasada para construir un parking. El Consistorio cumple así con el requerimiento dictado por el Tribunal Superior de Justicia (TSJ) de la Comunidad Valenciana, que daba de plazo a la administración municipal hasta el próximo 4 de julio para iniciar estos trabajos, so pena de enfrentarse a sanciones por ello. Arranca así, al fin, lo que parece el cierre de un controvertido episodio que se alarga ya más de dos décadas.

A primera hora de este martes, operarios municipales han vallado todo el perímetro de la plaza, impidiendo el paso de peatones por ella. Fuentes municipales han explicado, no obstante, que el controvertido parking subterráneo se mantendrá abierto hasta el 1 de marzo, y ya después cerrará por un periodo de ocho meses. También estará abierto durante el mes de febrero el quiosco existente en la plaza, pero justo al inicio de marzo se acaba la concesión vigente, por lo que se aprovechará el periodo de obras para sacar una nueva licitación y que el establecimiento vuelva a abrir cuando terminen los trabajos. El plazo de ejecución es de diez meses.

La actuación se adjudicó el pasado otoño por 4.372.809,13 euros, que saldrán íntegramente de las arcas municipales. Hay que recordar que el origen del proceso se remonta a hace ya 23 años, cuando el Ayuntamiento, gobernado entonces por el PP desde hacía apenas unos meses, acordó la construcción de un aparcamiento subterráneo en esta plaza, unas obras que de manera inevitable conllevaron la destrucción del parque existente en ese momento. La Colla Ecologista La Carrasca denunció los hechos, y en 2005 el TSJ le dio la razón. Este fallo fue recurrido por el Ayuntamiento, pero en mayo de 2007 el Supremo ordenó definitivamente la reposición de la zona verde afectada.

Detalle de una de las esquinas de la plaza, donde hay una zona de juegos infantiles.

Detalle de una de las esquinas de la plaza, donde hay una zona de juegos infantiles. / Juani Ruz

La intervención requiere de la reforma del edificio del parking y su cobertura de superficie vegetal en las condiciones recogidas en el fallo, con una capa de tierra de un mínimo de 80 centímetros y arbolado. Desde la polémica obra declarada ilegal por el Supremo, La Rosaleda es lo que coloquialmente se denomina una "plaza dura", con la salvedad de la presencia de varias jardineras y un pequeño espacio donde hay arbustos y algunos árboles, pero que no tiene nada que ver con lo que era hasta 2001.

La concejal de Urbanismo, Vanessa Moltó, señala que con esta obra "resolveremos una ilegalidad" provocada por "quien gobernaba en ese momento, el PP". La edil critica que "esta actuación nos costará a todos los alcoyanos más de 4 millones de euros que saldrán de las arcas municipales", pero al menos se logrará "devolver a la legalidad urbanística un proyecto que no reunía los requisitos que debería". La escultura de San Jorge que hay ahora mismo en la plaza se mantendrá en este espacio, aunque reubicándola en la parte inferior, más próxima a la Alameda. Además, se aprovechará el periodo de obras para rehabilitarla, una intervención que se encuentra ahora mismo en licitación.

El arreglo de la zona verde de La Rosaleda empezó a encarrilarse a finales de 2020, cuando ya hacía 13 años del fallo del Supremo ordenando su restitución. Ese mismo año se redactó el proyecto, que salió a licitación en los últimos días de 2022. Sin embargo, el concurso quedó desierto, debido entre otras cosas a que la inflación habia hecho que los precios quedaran desfasados. Por ello, hubo prácticamente que duplicar el importe. Ahora sí, al fin, parece que esta dilatada historia afronta su último capítulo.