España lleva años exportando talento a otros países de Europa. Generaciones de jóvenes muy bien preparados han tenido que coger las maletas y buscar trabajo a miles de kilómetros de sus casas. Entre ellos, médicos y profesionales de la Enfermería que, ante la falta de estabilidad laboral y no conseguir contratos que vayan más allá de cubrir bajas o trabajar apenas medio año, buscaron oportunidades en hospitales y clínicas en el extranjero. Desde la lejanía muestran su rechazo a aquellos que argumentan que en España no hay médicos suficientes para atender la situación grave creada por la pandemia. Los había, pero tuvieron que emigrar para buscar un trabajo digno y estable.

En la provincia de Alicante, solo el último año, un centenar de médicos solicitaron el certificado de idoneidad para poder ir al extranjero; otros 47 lo han hecho ya en 2020, según los datos aportados por el Colegio de Médicos de Alicante. Una cifra que no disminuye desde la crisis económica.

Pero ¿qué lleva a estos profesionales a dejar su ciudad y su país para irse al extranjero? Personalmente todos apuntan a que quieren vivir la experiencia y aprender o perfeccionar un idioma. Pero laboralmente hay mucho más. La mayoría de ellos se ha cansado de encadenar contratos que apenas duran un mes o, incluso, una semana; otros, el tiempo más largo que han podido trabajar ha sido para cubrir una baja de maternidad o paternidad o apenas medio año. Incluso, en puestos por debajo de su calificación y con condiciones laborales pésimas, como así afirman alguno de ellos a este diario. Los profesionales tienen claro también que «no es un problema de formación». Es decir, en España hay médicos y enfermeros y enfermeras que cuentan con profesionalidad y están muy preparados y «mil veces superior a otros países», por ello son tan demandados en el resto de Europa.

Con todo, ¿hay falta de médicos y enfermeros en España? «Es hasta obsceno que ahora se diga que no hay médicos en España», apuntó a este diario Tamara Giner, una joven enfermera de 33 años de Calp que lleva 7 años trabajando en Alemania a donde emigró porque no conseguía una situación estable aquí y decidió coger las maletas y probar suerte en otro lado ya que sentía que en España no tenía nada que hacer.

«Cuanto terminé la carrera era masivo el cierre de bolsas y no encontraba trabajo» así que, mientras otros decidieron seguir formándose y ampliar sus currículum ella aceptó una oferta de trabajo en Alemania a pesar de no conocer el idioma. «Yo no podía permitirme estar sin trabajar o cotizar» por su situación personal y, tras seis meses esperando una llamada para ofrecerle un puesto de trabajo en España después de más de 250 copias de su currículum entregadas en mano amplió sus miras a Europa y acabó emigrando. «Las condiciones laborales me han hecho quedarme y ahora mismo tengo miedo de volver a España», añade.

Porque ella no confía en «el sistema que ya nos ha dado tantas patadas» y asegura que «se está jugando con nosotros». Y pone de ejemplo el hospital de IFEMA de Madrid que se abrió en la pandemia: «ofrecieron contratos indefinidos que en dos meses fueron definidos y acabaron en la calle».

Condiciones dignas

Precisamente, esa falta de estabilidad laboral y de contratos que permitan tener seguridad es lo que movió a muchos a irse. A Janira Colomina, enfermera de 26 años natural de Alcoy que desde hace tres vive y trabaja en Noruega. La joven se presentó al examen de espacialidad de Enfermería con otras 15.000 personas para solo 900 plazas. No lo consiguió y mandó currículum a todos los sitios sin que la llamaran de ninguno así que viajó a Noruega donde trabaja en una residencia de la tercera edad. Cuando se le pregunta qué diferencias tiene el trabajo allí con un mismo puesto en España, lo tiene claro: «son las condiciones más que el sueldo en sí». Es decir, a un buen sueldo se suma, por ejemplo, la diferencia que hay en la ratio entre enfermero/paciente: «en España hay 5 enfermeros por cada 1.000 habitantes; en Noruega son 17». Pero además, «aquí tenemos 9 enfermos a cargo de tres personas» algo impensable en España: «me ofrecieron trabajar yo sola de noche para atender a 175 pacientes con dos auxiliares. Fue a comprobar cómo se trabajaba y era imposible».

Nazaret Navarro es otro ejemplo. Tiene 31 años y lleva un año y medio trabajando de médico en Reino Unido. Natural de Cuenca, hizo su residencia como médico de familia en San Juan. Para ella en España no faltan profesionales sino que han tenido que buscarse oportunidades en otros países. De su trabajo en Inglaterra destaca la diferencia de cómo funcionan los Centros de Salud allí respecto a España: «los médicos atienden a los pacientes y no tienen que lidiar con la parte administrativa». Así destaca «la calidad y estabilidad laboral» con un horario y «sin hacer guardias».

Sin vuelta por ahora

Para Nazaret Navarro, mejorar la situación pasaría por «ofrecer mejores contratos a las gentes y que no fueran solo de sustituciones» que duran muy poco tiempo. Como otros, afirma que «mucha gente volvería si las condiciones fueran mejores y no volvieras al caos».

Los médicos y enfermeros que están en el extranjero sí querrían volver a España pero aseguran que en la situación actual es imposible. «La gente quiere volver. Yo lo haría incluso por menos sueldo pero si me garantizaran trabajo estable», explicó Janira Colomina. «Es durísimo estar aquí en Alemania, no digo que no, pero las condiciones laborales me han hecho quedarme», indicó Tamara Giner quien añadió que «fuera parece que estemos de lujo pero solo estamos trabajando como toca por ley».

Con todo, parece que los profesionales opinan que el problema de la falta de médicos no es una cuestión de números sino de que puedan trabajar en condiciones dignas y con contratos estables sin encadenar uno temporal tras otro. Quizá así decidan hacer las maletas de nuevo, esta vez de vuelta.

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Perfil Jóvenes muy preparados, precarios y con menos de 35 años

El perfil de los médicos que han emigrado en los últimos años responde a jóvenes menores de 35 años que hacen las maletas para marcharse a trabajar a otro país, fundamentalmente a Reino Unido, Francia, Irlanda, Italia y Portugal, aunque se reparten por toda Europa. En cuanto a los países no europeos, están a la cabeza Emiratos Árabes, Canadá y EE UU. Las especialidades en las que hay una mayor fuga de profesionales son Medicina de Familia, Anestesiología y Pediatría. Para trabajar en el extranjero necesitan un certificado de idoneidad que les otorga el Colegio de Médicos. Las causas son la precariedad de los contratos que se ofrecen a los médicos que acaban de terminar la residencia, en los elevados sueldos que se pagan en otros países europeos y en las condiciones de trabajo que se dan en determinadas especialidades en la Comunidad Valenciana, lo que hace que los sanitarios decidan buscar una oportunidad en otro país.