Agua más cara en Alicante para arrancar 2023. La subida sin control del precio de la electricidad, la apuesta del Gobierno por incentivar el consumo de agua desalada en la franja Mediterránea por la reducción de los aportes del Tajo-Segura y la incapacidad de la empresa estatal Acuamed -gestora de los recursos hídricos en España- para negociar tarifas asequibles en el mercado han puesto contra las cuerdas a muchos municipios de la provincia y, entre ellos, Alicante que tras años con la tarifa congelada se va a ser obligado a subir el recibo a partir de enero. La empresa mixta Aguas de Alicante, participada en un 50% por el Ayuntamiento de Alicante y en un 50% por Aguas de Alicante se ha encontrado, cuando se enfila la recta final del año, con un déficit de 4,5 millones de euros generado por la mala gestión de Acuamed. Se la circunstancia de que mientras se negocian tarifas asequibles y justas para la agricultura, el agua para consumo humano no entra en el debate.

Los números son los que son y para afrontarlos, los 200.000 clientes de Aguas de Alicante (183.000 domicilios particulares) verán incrementado su recibo en 2023, una vez se apruebe la propuesta de al empresa suministradora, que ya conocen el Ayuntamiento y los consejeros, representantes de todos los partidos políticos. La subida, según ha podido saber este periódico de fuentes bien informadas, irá en función del consumo. El 81% de los alicantinos deberán afrontar un incremento de 1,2 euros al mes, sobre los 3,6 euros al trimestre calculado un consumo de 30 m³ de agua al trimestre. Un subida que evitará que el Ayuntamiento y la empresa entren en números rojos por un problema que, paradójicamente, llega desde Madrid y no se ha generado en Alicante.

Todo se ha disparado porque en febrero el déficit generado por Acuamed era de 1,6 millones de euros -hoy se ha triplicado- y desde Alicante se negoció el fraccionamiento del pago pero Patrimonio del Estado lo rechazó. La subida de recibo del agua (incluido el canon de saneamiento, alcantarillado, contadores e iva) será menor en los clientes que menos consumen (12 m³ trimestre), que deberán afrontar un incremento de 0,77 euros al mes. El aumento lo notarán más los alicantinos que más consumen (60 m³ de media), un 3% de los vecinos, que piscinas, jardines… que afrontarán 3,21 euros más al mes.

El descontrol de los precios de la energía eléctrica ha provocado ya un agujero económico en muchos de los municipios obligados a utilizar agua desalada para el abastecimiento de los ciudadanos. Fuentes del sector advierten de que el coste del agua desalada, que está ya por encima del 1,2 euros a pie de planta -a partir de ahí hay que transportarla- se ha duplicado en los últimos doce meses. Coste que deber se trasladado al recibo que pagan los ciudadanos. Hasta hace un año se pagaba a 0,35 euros/m³.

Hasta ahora, la Mancomunidad de Canales del Taibilla que abastece a 35 ayuntamientos de la provincia, entre ellos Alicante y Elche, la está cobrando hasta ahora a 0,69 euros/m3 -precio al que hay que añadir después el transporte y otros costes- pero se trata de una tarifa que sale de mezclar el agua desalada con la del trasvase del Tajo, la del propio río y los acuíferos. En los últimos años la contribución de las desaladoras Alicante I y II en Agua Amarga va en aumento, debido a la disminución del envío del agua del Tajo, por lo que los costes subirán aún más en 2023.

Los municipios acusan a Acuamed de comprar la electricidad a precio de oro. Esto, unido a la reducción de los trasvases y el incremento de la utilización de agua desalada, forma un cóctel letal para los ayuntamientos, que son los que tienen que asumir la subidas y trasladarlas después a sus vecinos, a no ser que engorden su deuda.

El aumento sin control del precio de la energía eléctrica en España -el coste del megavatio/hora ha llegado a superar este año los días los 300 euros- amenaza, por lo tanto, con poner contra las cuerdas la economía de todos los municipios del arco mediterráneo español y, en concreto, a los de la provincia de Alicante cuyo abastecimiento se sustenta ya, en gran medida, en el agua desalada debido a los recortes en el trasvase Tajo-Segura. 

La desalación permite una garantía de suministro hídrico pero muy caro, como lo demuestra el que el coste de la producción de un metro cúbico de agua desalada se ha duplicado en los últimos doce meses, al alcanzar 1,2 euros/m3 actuales.

El pasado mes de la Macomunidad de Canales del Taibilla distribuyó un total de 18 hm3, un 2,3% superior al mismo mes del año pasado. En lo que respecta a los recursos empleados en el mes fue la siguiente: 6,5 hm3 del trasvase Tajo-Segira (36,21%); 7,4 hm3 de la desalación (41,05%); 4 hm3 procedentes del río Taibilla (22,41%), y 0,1 hm3 procedentes de otros recursos (0,33%).