El castillo de San Fernando: BIC con pintadas, restos de botellón y matorrales

El Ayuntamiento abre, sin previo aviso, la pasarela volada de acceso a la fortaleza de San Fernando, donde nada más entrar son visibles grafitis, el foso abandonado y la falta de conservación

Una pintada en el Castillo de San Fernando, con el de Santa Bárbara al fondo

Una pintada en el Castillo de San Fernando, con el de Santa Bárbara al fondo / Jose Navarro

L. Gil López

L. Gil López

Pasen y vean... un BIC con pintadas, restos de botellón y matorrales. El Ayuntamiento de Alicante ha abierto por fin al público, aunque sin previo aviso, la pasarela volada del castillo de San Fernando.  

Las obras de este segundo acceso a la fortaleza finalizaron el pasado noviembre y desde entonces la verja permanecía con el candado echado. Hasta hace unas semanas. Desde entonces, vecinos y turistas pueden entrar a la atalaya por dos puertas: la de los Leones, en la Ronda del Castillo, con una empinada cuesta que se resiste a muchos ciudadanos, y la de la rotonda del Monte Tossal, accesible y que cuenta con una pasarela de una longitud de unos 64 metros que lleva hasta el foso.

El foso lleno de matorrales

El foso lleno de matorrales / Jose Navarro

El problema que se encuentra quien visita el castillo es que la puesta en valor que el Ayuntamiento impulsó a principios de este mandato choca con la cruda realidad. Nada más terminar de andar por la pasarela accesible, que va por fuera del castillo y sirve como espectacular mirador, nos encontramos con una pintada en el muro de la fortaleza.

Y para llegar al foso, la obra acaba de forma abrupta, de manera que hay que salvar un escalón que resulta complicado para las personas con movilidad reducida o para quienes lleven un carro de bebé.

De todas formas, mejor no pasear por el foso, ese que en una de las fases de la puesta en valor del castillo incluía «albergar un centro de interpretación de usos polivalentes y un espacio escénico para acoger actuaciones musicales y representaciones artísticas», según anunció en su día el bipartito de PP y Ciudadanos.

Pintadas en uno de los bancos del Castillo de San Fernando

Pintadas en uno de los bancos del Castillo de San Fernando / Jose Navarro

Los restos de botellón, papeles, bolsas de basura o cristales se entremezclan con las matas y malezas. Pero los matorrales no solo están en el foso, también en el mirador, así como en las escaleras y en la zona de la troneras, aunque se limpiaron recientemente. Son 28 cañoneras, donde se ubicaban antiguamente las piezas de artillería y que han salido a la luz con las obras de recuperación arquitectónica del baluarte.

En el paseo por la atalaya, nuevos y modernos bancos han sido «estrenados» por los vándalos, los amigos de lo ajeno, que los han llenado de pintadas, al igual que otras paredes. 

Todo ello ensombrece un BIC  desde el que se contempla la ciudad, incluyendo su homólogo, el castillo de Santa Bárbara y que tradicionalmente se ha llevado todos los parabienes. 

Un escalón complica bajar al foso

Un escalón complica bajar al foso / Jose Navarro

«Las vistas desde arriba son espectaculares, pero más parece un parque que un castillo», afirma Juan Villegas, un madrileño que acaba de subir por la pasarela. «Me acabo de cruzar con unos chavales que bajaban en patinetes, casi nos chocamos», añade.

Opinión parecida tiene María Ruiz, que ha «descubierto» hace poco que la puerta por la que se accede a la pasarela está abierta. «Voy al conservatorio y ahora, a veces, bajo por aquí porque me fascinan las vistas, sobre todo al atardecer, pero hay gente con sus perros paseando y no lo entiendo, esto no es un parque canino», reprocha.

Obligación por ley

Sorprende, además, está falta de conservación en un castillo catalogado como Bien de Interés Cultural desde el año 2001. Y es que el capítulo III de Ley de Patrimonio Cultural Valenciano recoge meridianamente que los propietarios de los BIC «tienen la obligación de conservar el monumento y mantener la integridad de su valor cultural». 

La nueva pasarela de acceso, con el Castillo de Santa Bárbara al fondo

La nueva pasarela de acceso, con el Castillo de Santa Bárbara al fondo / Jose Navarro

Son funcionarios municipales, precisamente del departamento de Parques y Jardines, quienes de lunes a viernes se encargan de abrir y cerrar las puertas, hasta ahora la de los Leones y desde hace unas semanas la de la pasarela. Pero del mantenimiento de la atalaya nada se sabe.

Los fines de semana y festivos son agentes de la Policía Local los responsables de abrir y poner el candado

El de San Fernando fue construido durante la Guerra de la Independencia como baluarte defensivo. Fue diseñado con máxima urgencia por el ingeniero Pablo Ordovás ante la rapidez del avance francés, entre los años 1809 y 1812. Estas circunstancias forzaron al ingeniero a adaptar la fortaleza a las irregularidades del terreno del Monte Tossal.

Acceso al foso

Acceso al foso / Jose Navarro

Queda por ver si el Ayuntamiento, en la próxima legislatura, acomete la última fase, adecenta el foso y abre el centro de interpretación de visitantes. Mientras, el BIC seguirá recibiendo visitas, pero también, si el gobierno local no se pone manos a la obra, manteniendo sus paredes y bancos pintarrajeados y el foso del terror.