Quejas por desperfectos en el mobiliario urbano en la zona de Rabasa

Los residentes señalan que las infraestructuras no tienen mantenimiento y exigen su reparación

La estructura de una canasta en la plaza principal del barrio.

La estructura de una canasta en la plaza principal del barrio. / PILAR CORTÉS

Alberto Losa

Alberto Losa

El barrio de Rabasa sigue causando molestias a sus vecinos por la falta de mantenimiento de su mobiliario público. Algunos de ellos lamentan que las calles se encuentran llenas de desperfectos y que se puede mejorar su mantenimiento: «Hay elementos que no están cuidados como el parque, en el que hay bancos rotos», lamenta Ventura Fernández, residente en el barrio.

Fernández apunta que no es lo único que falta por cuidar en la zona, ya que hay «baldosas que llevan meses y meses rotas», en lo que considera «una cuestión de dejadez».

El vecino subraya que pese a que el barrio está bien dotado en cuanto a plazas, en ninguna hay fuentes para refrescarse.

En la plaza principal de este distrito se encuentran distintos bancos rotos, alcorques vacíos e incluso lo que antes era una canasta y ahora es un palo en el que no hay siquiera tablero para sujetar un aro.

Alcorques vacíos en Rabasa.

Alcorques vacíos en Rabasa. / PILAR CORTÉS

El problema de los alcorques vacíos lo refleja desde hace meses otra vecina a través de las redes sociales: «En mi Whatsapp intento mostrar las cosas que veo bien y las cosas que no veo bien. Ahora me fijo mucho en los árboles. Donde los plantan dejan un agujero si quitan el árbol y no lo cubren. En algunos sitios dejan cemento o una placa que está al nivel de la acera, pero en otros no», lamenta.

Unos problemas que se unen a otros ya recurrentes en el barrio, como los solares sin mantenimiento o los escombros que dejan algunos incívicos en el camino que rodea a las Lagunas de Rabasa y que se acumulan llegando incluso a tener llena la antigua fábrica de cerámica.

No es el único problema que tienen las afueras de Rabasa. Desde hace casi un año, la ordenanza de mendicidad también ha desplazado a numerosas personas a los descampados cercanos. Los vecinos insisten en que no tienen nada en contra de estas personas, pero que es necesaria una solución.