Caos en el tráfico de la Rambla de Alicante: coches por el carril bus y en sentido contrario

Multitud de vehículos incumplen a diario las normas por la confusión de las señales de circulación, tanto verticales como horizontales, tras la reorganización del tráfico de principios de 2022 a raíz de las obras de peatonalización del eje Constitución-Bailén 

Caos circulatorio en la Rambla de Alicante

Jose Navarro

C. Pascual

C. Pascual

El tiempo no siempre ayuda. El año y medio transcurrido desde la reorganización del tráfico no ha sido suficiente para que se normalice la circulación en una de avenidas más emblemáticas de la ciudad. La confusión por la señalización, tanto la horizontal (el embrollo de las líneas sobre la calzada) como por la vertical (en postes y semáforos), provoca que sean innumerables las infracciones que se cometen a diario, la mayoría por transitar por el carril exclusivo para autobuses y taxis de la Rambla de Méndez Núñez. Basta por apostarse, por ejemplo, en el cruce con Altamira para observar cómo un coche tras otro, además de furgonetas y motocicletas, circulan por donde no pueden, exponiéndose a las multas de la Policía Local, que habitualmente se imponen a través de la «captación de imágenes» por alguna de las numerosas de cámaras instaladas en la avenida que conecta la Explanada con Alfonso el Sabio. 

Que en el pavimento se mezclen fácilmente las señales que se ven entre mal y regular (y que deberían observarse con nitidez) y las que aún se identifican (y que tendría que ser ya cosa del pasado), es decir, que se confundan las líneas actuales con las existentes antes de la reorganización del tráfico que se realizó hace veinte meses tras el inicio de las obras de peatonalización del eje Constitución-Bailén no ayuda en nada a unos conductores a los que se les ve entre desorientados, por la falta de claridad en la señalización, y sorprendidos, cuando descubren que circulan por donde no deben a su paso por la Rambla. También los hay que recorren la avenida a lo largo de todo el carril bus, con tranquilidad absoluta, sin volantazo incluido, al no darse cuenta en ningún momento de que están avanzando incumpliendo la normativa, exponiéndose por tanto a unas sanciones que alcanzan los noventa euros. 

Pero las numerosas infracciones que se cometen en la Rambla, de lo que dan fe conductores tanto alicantinos como visitantes objeto de las multas -que no son pocas-, no se circunscriben al carril bus, sino que también hay otras, como circular en sentido contrario, y no siempre por voluntad propia. Estas se producen fundamentalmente entre vehículos que transitan de bajada. Ahí solo hay un carril, que es compartido por los vehículos privados, taxis y autobuses. Esa densidad, unida a los embotellamientos que se generan cuando los autobuses paran a la altura del Portal de Elche para recoger y dejar viajeros, lleva a que no sean excepción los conductores que deciden invadir el carril contiguo, de único subida de vehículos privados, para rebasar al autobús de turno en su parada y seguir circulando sin tener que aguardar más. Por evitar esperas también se producen invasiones del carril prohibido -del bus- en sentido subida, ya que en el vial reservado para el vehículo privado se producen también paradas puntuales cuando conductores quieren -porque pueden- girar hacia la calle Gerona pero deben aguardar al haber tránsito en sentido bajada. 

Igualmente, hay conductores que circulan en sentido contrario, pero sin darse cuenta. Esta infracción sucede principalmente en la manzana previa al cruce con la Explanada. Ahí existe un semáforo que obliga a girar hacia la izquierda, al ir en bajada, para continuar la circulación a través de la calle San Fernando. En ese punto, no son pocos los vehículos que se detienen, cuando el círculo está en rojo, en el carril habilitado para la subida de los vehículos privados, obligando a éstos, que proceden de San Fernando, a invadir el carril contiguo, el reservado para autobuses y taxis. Así que hay unidades del transporte público que, a su vez, deciden superar ese tramo a través del carril habilitado para la parada de autobuses, situada al principio de la Rambla, justo antes del cruce con la calle Altamira. Efecto dominó. Todas estas infracciones no son excepcionales, simplemente basta con parar y observar. Ahí también se ve a camiones que para descargar aparcan directamente en el carril de bajada, que es el único vial de circulación en ese sentido, inhabilitándolo por completo.

Un coche y una moto circulando por el carril bus, esta semana en la Rambla

Un coche y una moto circulando por el carril bus, esta semana en la Rambla / Jose Navarro

No extraña, por tanto, que alicantinos, además de turistas, reciban multas por vulnerar normas de circulación a su paso por la Rambla, buena parte de ellos sin ser conscientes de la infracción cometida. La mayoría de las sanciones, al detectarse a través de las cámaras, se ponen por circular por el carril bus, siendo menos aquellas por invadir el carril contrario en sentido bajada. En esas multas «automáticas», la policía señala como hecho denunciado: «Circular por carriles reservados a determinados usuarios (bus y taxi), no respetando las marcas viales que así lo indican o delimitan». Ese texto justificativo, al margen de la cuestión económica, provoca tal enfado entre los afectados que son numerosas las llamadas que se reciben en el Ayuntamiento, según confirman fuentes municipales, de quejas por la señalización, sobre todo por la pintada sobre el pavimento, que genera confusión ante la falta de nitidez. 

Todos estos problemas en la circulación, con invasión del carril bus y tránsito en sentido contrario, se acumulan desde que a principios de 2022 el Ayuntamiento tuvo que reorganizar el tráfico por las obras de peatonalización del eje Constitución-Bailén, que sumado al proyecto -ahora en ejecución- de la retirada del tráfico del conocido como fondo de saco (la confluencia de la Rambla con la Explanada), obligaba a cambiar el recorrido de numerosas líneas de autobús. Entonces se optó por una solución transitoria, mientras se decidía qué hacer con la Rambla, una cuestión aún sin resolver: si peatonalizar, dejarla para el transporte público o mantenerla sin cambios significativos.  

Imagen en la que se puede ver "convivir" señales actuales y antiguas, como las del carga y descarga o la del sentido de la circulación

Imagen en la que se puede ver "convivir" señales actuales y antiguas, como las del carga y descarga o la del sentido de la circulación / Jose Navarro

En febrero de 2022, la Rambla estrenó imagen. Desde entonces, la avenida tiene un solo carril de bajada, que comparte todo el transporte (privado, autobuses y taxis) y que ocupó el aparcamiento exclusivo para motos y la zona de carga y descarga, que se trasladaron al lado opuesto. En esa subida, en cambio, se habilitaron tres carriles con usos bien distintos: el más próximo a la acera, de parada de taxis, situada frente al Portal de Elche, y para la regulación de las líneas de autobús, además de trasladarse el aparcamiento de motos y la zona de carga y descarga; el del medio, el más conflictivo, limitado -sobre el papel- a los autobuses y taxis, y el tercero, para el tráfico general. Con todo, veinte meses después, todavía reina la confusión en la circulación por la Rambla. No hay minuto en el que no se detecte una infracción.