La proliferación de jabalíes lleva a que causen seis accidentes en las carreteras de Alicante cada semana

Los siniestros con animales implicados siguen en aumento y el año pasado se registraron casi medio millar en la provincia, sobre todo de noche

Señal advirtiendo de la posible incursión de animales en la calzada en la N-340 en las proximidades de Alcoy.

Señal advirtiendo de la posible incursión de animales en la calzada en la N-340 en las proximidades de Alcoy. / Juani Ruz

La proliferación de jabalíes en la provincia de Alicante ha dado pie a que provoquen cada semana seis accidentes de tráfico en las carreteras y autovías de la demarcación. Así lo reflejan los datos de siniestralidad con animales en 2023 en las comarcas alicantinas que han facilitado a este periódico fuentes de la Jefatura Provincial de Tráfico: en todo el año se registraron 311, lo que viene a dar una media de un percance cada aproximadamente 28 horas. Son datos provisionales, todavía no consolidados, pero dan una idea de la magnitud que está alcanzando este problema.

El incremento de los siniestros con jabalíes implicados ha contribuido de manera decisiva a la cifra de accidentes con animales siga en aumento, y a que el cómputo total de 2023 supere, al menos de forma provisional, al del año anterior. El pasado mes de octubre, este periódico publicó que desde enero y hasta esa fecha se habían producido 343, y que era previsible que al término del ejercicio no llegaran a estar por encima de los 447 que se produjeron en 2022, un dato que ya era bastante alarmante. Sin embargo, el dato de hace dos años no solo se ha superado, sino que además ha sido de forma amplia: 495.

Así, de media se registró el año pasado un accidente con algún animal implicado cada 18 horas en la provincia. Y los jabalíes son, con mucha diferencia, la especie que más preocupa. De hecho, la circunstancia de que causen el 63% de los accidentes con animales que se producen en las carreteras alicantinas es solo una pata más de los problemas que estos mamíferos salvajes generan en la demarcación. Hace apenas unos días, este periódico habló de los estragos que están causando en los municipios alicantinos, algo que no se limita a la circulación viaria. En la agricultura, por ejemplo, provocan daños al entrar en los campos de cultivo y comerse frutos y tallos o escarbar. A eso se añade su cada vez mayor presencia en zonas habitadas o en los alrededores, por el temor a que puedan hacer daño a alguien.

Un jabalí atropellado en una carretera del norte de la provincia, en una imagen de archivo.

Un jabalí atropellado en una carretera del norte de la provincia, en una imagen de archivo. / Lucio Abad

En lo que se refiere a los accidentes de tráfico, conviene señalar que ninguna zona de la provincia está a salvo, ni tampoco ninguna carretera o autovía en particular, por muy buenas condiciones en las que se encuentre. De hecho, las cifras facilitadas por la Jefatura Provincial de Tráfico señalan que la vía donde más percances con animales se produjeron el año pasado fue la AP-7, con un total de 71. De ellos, 51 fueron con jabalíes, y aunque se observa una mayor incidencia en la mitad norte, desde el límite con la provincia de Valencia hasta Benidorm, lo cierto es que la siniestralidad se repartió por todo el territorio. Lo mismo puede decirse al observar en qué puntos se produjeron los 35 siniestros con animales en la A-31, o los 36 de la A-7. El tramo más septentrional de esta autovía, entre la boca norte de los túneles de la Font Roja y el límite con Valencia en Muro, se ha señalizado como de especial conflictividad por la posible presencia de animales en la calzada.

Cabe hacer hincapié en que la proliferación de los jabalíes y su cada vez mayor aproximación a zonas urbanas afecta a todo el territorio. Lo ponen de manifiesto accidentes como los ocurridos en octubre de 2023, con solo dos días de diferencia, en el entorno del enlace entre la A-70 y la A-77, a las mismas afueras de Alicante, o el que se produjo en julio cerca del acceso a Sant Joan d’Alacant y El Campello desde la A-70. También en la A-31 ha habido percances en entornos muy urbanizados como el del polígono del Pla de la Vallonga. Otra vía con accidentes casi en zona urbana es la N-340 en Cocentaina, que bordea la localidad y acumula seis siniestros en 2023, la mayoría con jabalíes.

Tráfico en la A-7 a la altura de Muro, tramo que destaca por su conflictividad por la posible presencia de animales en la calzada.

Tráfico en la A-7 a la altura de Muro, tramo que destaca por su conflictividad por la posible presencia de animales en la calzada. / Juani Ruz

Hay, eso sí, un denominador bastante común: la noche. De los 495 accidentes registrados durante el año, 381 se produjeron entre las ocho de la tarde y las siete de la mañana, cuando la oscuridad provoca que el tiempo de reacción una vez que se vislumbra el animal es muy corto. Si a eso le sumamos las altas velocidades que se alcanzan en las autovías, y el exceso de confianza que pueden sufrir los conductores que transitan mucho por un mismo tramo, puede darse una combinación de fatídicas consecuencias.

Más atropellos a perros y 27 personas heridas

El abandono o el extravío de mascotas es también un problema al alza en lo que a siniestralidad vial se refiere. Si ya a principios del pasado mes de octubre se contabilizaban 61 siniestros con perros, el año 2023 terminó con 94 sucesos de este tipo. Es decir, prácticamente uno cada cuatro días. Los canes son la especie doméstica que más se ve involucrada en accidentes de tráfico, lo cual resulta lógico porque puede darse el caso de que se trate de un animal de gran envergadura, que por el impacto del atropello ya cause daños materiales en el vehículo, al margen de la suerte que pueda correr el malogrado ejemplar. En cambio, en todo el año pasado tan solo hubo cinco siniestros viales con un gato implicado, que quizá en algún caso pudieran deberse a volantazos para no arrollar al animal.

Por otra parte, cabe destacar que 23 de los 495 accidentes con animales tuvieron consecuencias sobre la integridad física de alguna persona. En total, al cabo del año se registraron 27 heridos, tres de ellos graves, aunque por suerte no hubo que lamentar ningún fallecido humano. Uno de estos siniestros de gravedad tuvo lugar el 12 de mayo en el kilómetro 735 de la AP-7, en el término municipal de Catral. El atropello de un conejo provocó heridas graves a una persona, mientras que otro individuo resultó herido leve. Este suceso, como tantos otros, se produjo durante la madrugada.

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