El jabalí y el arruí ponen en jaque la provincia de Alicante: daños en la agricultura y alarma social

Ambas especies causan graves daños en la agricultura y además la superpoblación del cerdo salvaje atemoriza poblaciones, ya que se dejan ver en zonas urbanas y playas creando alarma social

La Generalitat prepara una nueva orden con medidas para frenar la expansión del jabalí y por primera vez va a establecer un protocolo para actuar en ciudades

Un grupo de arruís en La Carrasqueta, en Xixona

Un grupo de arruís en La Carrasqueta, en Xixona / JOAQUÍN ALBORS

Una provincia en jaque por dos especies que no paran de crecer y que cada vez se acercan más a entornos urbanos. El jabalí y arruí están en el punto de mira de cazadores, agricultores y Generalitat. Ambos causan graves daños en el campo alicantino. Y además este cerdo salvaje está atemorizando a poblaciones, ya que se deja ver sin ningún rubor en zonas urbanas y también playas, como los casos registrados en los últimos meses en El Campello, Torrevieja o l'Alfàs del Pi. Y provoca también accidentes de tráfico.

Jabalíes cazados en una batida el pasado fin de semana en la Marina Alta

Jabalíes cazados en una batida el pasado fin de semana en la Marina Alta / INFORMACIÓN

La Conselleria de Medio Ambiente estima que en la Comunidad Valenciana hay 271.000 ejemplares de jabalíes, donde el norte de Alicante y sur de Valencia concentra la mayor parte de los problemas. En cuanto al arruí, esta especie catalogada como exótica invasora está localizada mayoritariamente en la provincia de Alicante, donde se estima que hay unos 2.500 ejemplares.

Los datos de la temporada de caza 2021/2022, se capturaron en Alicante más de 10.000 jabalíes, cuatro veces más que 10 años antes. Y en cuanto a los arruís, la cabra montesa procedente del norte de África que fue introducida en España hace medio siglo, se cazaron más de 1.000, cuando una década antes fueron apenas 26, ya que entonces no estaba catalogada como especie exótica invasora. Y el crecimiento de esta caza mayor también ha sido espectacular en los últimos años, pasando de 318 en 2018/2019 a 706 en la siguiente temporada, 881 en la 2020/2021 y los 1.085 de 2021/2022.

Ante el imparable crecimiento de la población de jabalíes, la Generalitat ha tomado ya cartas en el asunto y acaba de sacar a exposición pública una nueva orden que va a facilitar y mucho la labor de los cazadores, incluyendo además por primera vez un protocolo para actuar en entornos urbanos. Y es que hay gran preocupación por ejemplo en ayuntamientos de la Marina Alta como Pego, Gata, El Verger o Els Poblets, que denuncian que tienen a los jabalíes dentro de los pueblos, atemorizando a los vecinos, que no quieren salir a la calle. Sin ir más lejos el pasado fin de semana se realizaron cinco batidas en la Marina Alta en la que se mataron 65 jabalíes para tratar de atacar el problema que están sufriendo.

Capturas de arruí entre 2017 y 2022

Capturas de arruí entre 2017 y 2022 / INFORMACIÓN

Principales cambios

Desde la Generalitat han explicado a INFORMACIÓN que los principales cambios que contempla la orden en proyecto, que se espera entre en vigor en mayo tras el proceso de alegaciones, son la posibilidad de permitir el cebado -poner alimento para que se paren a comer y aprovechar ese momento para disparar-, siempre de forma limitada, y para mejorar la eficacia de las esperas nocturnas, circunstancia antes no autorizada en municipios calificados con sobreabundancia, atendiendo así la demanda trasladada por el colectivo de cazadores;  la simplificación administrativa, ya que se elimina la obligación de comunicar la celebración de cacerías colectivas con 10 días de antelación a aquellos espacios cinegéticos que hayan presentado un calendario de cacerías antes de comenzar la temporada; para facilitar e incrementar el esfuerzo de control, se ha eliminado la limitación a 4 días hábiles semanales en las modalidades de batida, gancho, caza al salto o en mano, y se ha prolongado el período hábil para las mismas durante la primera quincena de marzo; y se incluye un artículo para regular la captura de jabalíes en entornos urbanos a fin de dotar de mayor seguridad jurídica a las actuaciones en los mismos y servir de base para el desarrollo de un futuro protocolo específico de acción.

Unos jabalíes en una sierra del interior de la provincia

Unos jabalíes en una sierra del interior de la provincia / JOAQUÍN ALBORS

En cuanto al arruí, no se contemplan por ahora medidas adicionales a las ya existentes, que los cazadores consideran adecuadas pero que los agricultores alertan no han resuelto el problema, sobre todo en zonas de montaña. La Conselleria explica que al tratarse de una especie declarada exótica invasora no se puede someter a un aprovechamiento cinegético ordinario.

Daños en cultivos de la Vega Baja por el jabalí

Daños en cultivos de la Vega Baja por el jabalí / TONY SEVILLA

La normativa valenciana que establece las medidas de control y erradicación de arruí contempla dos tipos de situaciones, las zonas donde se encontraba antes de 2007 (zona de control, que abarca el área entre Alcoy, Elda, Alicante, Benidorm y Pego) y el resto (zona de exclusión). En la denominada zona de control se puede realizar el aprovechamiento cinegético enfocado a evitar que se extienda fuera de la misma; en cambio en la zona de exclusión y pronta erradicación se debe evitar la entrada y expansión de la especie y por ello no es posible el aprovechamiento cinegético, es decir la venta de permisos para cazar esta especie, ni su precintado y homologación.

Desde Asaja Alicante su presidente José Vicente Andreu alerta que "la fauna salvaje supone un grave daño en los cultivos de la provincia de Alicante, que afecta tanto a leñosos como a otros como el cereal. Además supone un peligro también en el ámbito sanitario, ya que transmiten enfermedades a la ganadería e incluso a las personas". Y sobre las medidas que impulsa hora la Generalitat señala que "esta estrategia para reducir la población a través de la caza y el trampeo es absolutamente necesaria, ya que el jabalí no tiene depredador natural. Y si no se controla podría suponer la destrucción de la ganadería si infecta a sus animales". 

Unos arruís en la Sierra Mariola

Unos arruís en la Sierra Mariola / JOAQUÍN ALBORS

Enfermedades

Y apunta al riesgo de trasmisión de enfermedades al ganado o las personas por parte de los jabalíes, que llevaban décadas erradicadas. “Es necesario controlar este problema económico y sanitario ya que además destrozan cultivos y todo lo que encuentran a su alcance, incluso las gomas de goteo. La propuesta de Ley es absolutamente necesaria que desde Asaja Alicante llevamos reivindicando mucho tiempo. A la cantidad de problemas a los que tenemos que enfrentarnos se suma este, y la agricultura no tiene más músculo para soportar adversidad. Necesitamos de forma urgente la ayuda de la administración". Sobre la cuantía de los daños, Asaja señala que "son valoraciones son difíciles de hacer, pues la realidad es que están acabando con muchos cultivos como el cereal y dañando cerezos, almendros, olivos y todo lo que pillan. Arrasan los cultivos".

"Se lo comen todo"

Y es que la situación para muchos agricultores es muy grave, ya que se ven abocados a no plantar ante la certeza que los jabalíes, y sobre todo los arruís, van a "arrasar con todo". Vicent Sellés, un agricultor de Relleu, explica que quiere plantar un millar de almendros en su finca junto a Cabeçó d’Or, pero no lo hace porque afirma que “es tirar el dinero”. Y es que advierte que “los arruís se lo comen todo, almendros, olivos… un solo arruí se puede comer un bancal, imagínate una manada”. Apunta que otros agricultores que cada año plantaban 50 almendros más en sus fincas han visto como de la noche al día estos animales han acabado por completo por los árboles.

El origen del arruí: introducido hace medio siglo en Murcia desde dos zoos

El origen del arruí: introducido hace medio siglo en Murcia desde dos zoos 

El arruí o carnero de berbería es un bóvido de la subfamilia Caprinae nativo de las zonas rocosas del Sáhara y el Magreb. La introducción del arruí comenzó en los años 70 por el Parque Natural de Sierra Espuña, en la región de Murcia, a partir de ejemplares previamente recluidos en los zoos de Casablanca y Frankfurt. El objetivo era dar mayor valor económico a la zona e incrementar la diversidad cinegética de la Península ante la pérdida de la cabaña ganadera. La abundancia de comida que encontraron en el medio natural, la ausencia de depredadores y su alta tasa de natalidad han determinado su rápida expansión en muy poco tiempo. En el provincia de Alicante también se escapó de vallados cinegéticos en los años 90 un grupo de arruís, al parecer de la zona del Monforte del Cid. Desde entonces, se han adaptado a la perfección a la provincia de Alicante.

La especie ha sido incluida en el Catálogo Español de Especies Invasoras y se diferencia de la cabra montesa por su capa monocroma, la barba y por tener una cornamenta relativamente más pequeña. Entra en celo en otoño y los partos son en primavera, generalmente de mellizos o tres crías, lo que la convierte en una especie muy prolífica.

Señala que “no sirve de nada avisar después de los cazadores para que hagan batidas, porque el daño ya está hecho. Y si aviso ahora para plantar, dentro de uno o dos años, volverán a bajar, y cuando avise a los cazadores, ya no quedarán almendros. Aquí, de Aitana hacia abajo, en Relleu, Sella, La Torre de les Maçanes, Xixona, Tibi… tenemos un problema muy grande con los arruís. Y cada vez se acercan más a las poblaciones. Tienen que hacer batidas en marzo y abril” y dar todas las facilidades posibles a los cazadores. 

Jabalíes en La Carrasqueta

Jabalíes en La Carrasqueta / JOAQUÍN ALBORS

Miguel Miró, que cultiva cereal y olivar en la zona de Alcoy, explica que "es una plaga de jabalíes y arruís. Siembras el cereal y va el jabalí a labrar el campo. Y cuando crece lo que queda, viene el arruí y se lo come. También soy cazador, y puede abatir un jabalí o un arruí, están una semana sin venir, y vuelven por la noche y te hacen el destrozo. Los arruís se comen hasta los olivos, y acaban matando a los árboles jóvenes".

Cazadores

Por su parte desde la Federación de Caza de la Comunidad Valenciana también valoran positivamente las medidas que impulsa ahora la Generalitat, destacando el cambio en el talante del nuevo ejecutivo autonómico. Carmen Soriano, ingeniera del gabinete técnico de Alicante de la Federación, explica que “ha mejorado la comunicación con la Generalitat. Lo que hacía antes era imponer, sin atender en muchos casos las demandas del sector, con alegaciones que se presentaban año tras año en los consejos de caza y que no se atendían y que en muchas ocasiones estaban consensuadas con los agricultores, perjudicados por las normativas que dificultaban la caza de una forma efectiva".

Así, destaca el hecho de que se permita el cebado, "ya que aseguras que el animal va a entrar en el puesto de la espera", lo que consideran clave. También celebra que se amplíen los días de caza y se extienda hasta el 15 de marzo -15 días más-, lo que permite que se pueda cazar dos o tres fines de semana, depende como caiga el mes, recordando que por mucho que dejen cazar ente semana, la gran mayoría de cazadores trabajan, por lo que cuando hacen las batidas es el fin de semana

Capturas de jablí entre 2017 y 2022

Capturas de jablí entre 2017 y 2022 / INFORMACIÓN

Señala que por primera vez se establezca un protocolo para actuar en zonas urbanas es un gran avance, recordando la situación que por ejemplo se vive en la Marina Alta, con poblaciones atemorizadas con los jabalís que bajan por las ramblas y entran en los parques. 

Comercializar la carne

De todas formas, la Federación de Caza va a alegar para introducir mejoras y matices a la norma, y resaltan que “se necesita un plan integral”, ya que no se puede comercializar la carne de jabalí y “los cazadores tienen los frigoríficos llenos, ya no les cabe más”. Por ello reclaman ayudas para pagar las analíticas obligatorias para poder comer su carne, que puede costar entre 30 y 50 euros, y que se regule su venta para incorporarla a la cadena alimentaria, con salas de despiece, acuerdos con empresas cárnicas… Y es que “nos obligan a hacer cacerías pero luego no podemos hacer nada con la carne”, lamenta.

Recuerdan que por ejemplo las batidas, en las que necesitan contratar rehalas y personal, son efectivas, pero caras (mantenimiento de los animales, munición…).

En cuanto al arruí, la Federación señala que la caza mayor del muflón, ciervo y arruí está aumentando. Y destacan que la administración no tiene problemas en dar permisos en verano para su caza cuando se advierte de daños en el campo, que reconoce son importantes también. Así, cuando los arruís bajan a cultivos en verano, los agricultores avisan a los cazadores y en 4 o 5 días tienen los permisos para abatirlos, por lo que no lo consideran un problema grave como el jabalí.

Incremento en todo el mundo

Por su parte Vicente Urios, catedrático de Zoología de la UA, apunta que la clave de cualquier medida es el objetivo que se busca, y en cuanto al jabalí, señala que la normativa impulsada por la anterior administración era “muy conservacionista, muy animalista”, por lo que para su objetivo era adecuada. Pero ahora señala que los cambios obedecen a que el objetivo ha cambiado. Urios destaca que “la población de jabalíes ha aumentado muchísimo en todo el mundo y desde hace décadas. Y con la pandemia estuvieron un año los montes sin visitas, por lo que hemos detectado una expansión” tanto de arruís como jabalíes, apuntado que además la sequía ha podido influir en que cada vez se vean más el entornos urbanos o playas. En cuanto a la causa de este crecimiento generalizado en todo el mundo, Urios apunta que “no se sabe muy bien”, señalando que ha podido beneficiarles el hecho de que ya no estén en contacto con los cerdos y por tanto ya no se contagien de determinadas enfermedades, y también por el abandono generalizado del campo, lo que les da más espacios para ellos. 

Así, destaca que las medidas que había hasta ahora “no eran buenas para el control de su población, con trámites muy farragosos, se prohibía cebar, se tenían que apresar para matarlos en otro sitio en una pseudocacería… Así, ahora llega una nueva normativa con nuevos objetivos. Y son medidas correctas para controlar esta especie, ya que se agilizan trámites, se permite en cebado, se amplían días y límite, se pueden cazar crías, autorizaciones especiales en zonas protegidas, uso de faros, atrayentes, visión térmica... Con todo esto la situación irá a mejor”.

Superespecie

En cuanto al arruí, destaca que se ha adaptado al ecosistema mediterráneo de una forma extraordinaria, ya que procede del norte de África, de zonas muy secas y áridas. Este catedrático califica el arruí de “superespecie”, ya que puede pesar 100 kilos, que se defiende bien y se enfrenta por ejemplo a perros, come de todo, a las 9 de la mañana a se esconde como un conejo y es difícil de cazar, puede aguantar mucho tiempo sin beber, por lo que el cambio climático está haciendo que la provincia sea un entorno aún más propicio para el arruí.

Del mismo modo señala que “el impacto sobre la vegetación no está demostrado que sea demasiado” y el control que se lleva a cabo es “bueno”, aunque reconoce que “hace mucho daño en los almendros, se come hasta la corteza y los mata. Así, advierte que no se puede erradicar y es “una pieza de caza muy apreciada”, pero apunta que su presencia puede ser beneficiosa en pueblos de la serranía, ya que “en lugar de cuatro bancales que nadie quiere cultivar, se puede hacer una buena gestión cinegética” y aprovechar de esta forma su presencia para la caza.

Conservacionistas

Desde la Asociación Defensora de Herbívoros contra Incendios Forestales (Adhif) su presidente Carlos Sapena ha lamentado la “pésima gestión” que se realiza del jabalí, ya que “no sirve de nada que sigan contratando y gastando dinero si en la práctica no se actúa”. Y es que exige que se hagan batidas exclusivas del jabalí, ya que “se incluye también a cualquier herbívoro, y un cazador prefiere un ciervo, muflón o arruí antes que abatir un jabalí y que espantar a los otros”. 

Visión nocturna o térmica

Por ello, para facilitar el control, reclama que se pague a los cazadores por cada jabalí y que se permita la incorporación de su carne a la cadena alimentaria. Pero lamenta que “es un negocio el tema del jabalí y no se quiere acabar con él”, ya que facilita la caza de otras especies. Y destaca que la nueva norma permite el uso de miras telescópicas con visión nocturna o térmica, así como aparatos de visión por rayos infrarrojos y atrayentes, que advierte están prohibidos por la legislación estatal. Y se pregunta quién controla que estos elementos solo se usen para los jabalís, y para los ciervos, cuya población macho alerta está al borde la extinción en la provincia. Así, señala que solo “se beneficia al furtivismo”, insiste en que en “Adhif no está en contra de la caza, entre los miembros hay cazadores, pero siempre que sea una caza sostenible, y lo que se está haciendo es exterminar a los herbívoros”, en lugar de controlar la población de jabalís. 

Además, sobre el jabalí advierte que “se caza, pero no lo necesario, y para sobrevivir al acoso que está sufriendo desde hace 10 o 15 años”, ahora las hembras tienen camadas dos veces al año en lugar de una, ya que son conscientes de que muchas crías mueren, explica. Y esto hace que las medidas no funcionen, según Adhif, que se muestra también partidario de usar pienso medicalizado para la esterilización de los jabalís. 

Defensa del arruí

En cuanto al arruí, esta entidad conservacionista defiende a la especie, ya que “es una especie exótica, pero no invasora", "un herbívoro como el muflón o el ciervo". Y advierte que se han creado lagunas legales que están facilitando que "se comercialice con la caza del arruí pese a estar prohibido", responsabilizando de ello a la Generalitat, que lo permite en las zonas de control. Y es que un vistazo en internet se puede ver que se venden recechos para el arruí por incluso más de 3.000 euros, pese a la prohibición estatal de hacer negocio con esta pieza de caza mayor, según denuncia Adhif.

Así mismo la asociación ha recordado que el arruí es un ramoneador, es decir que se alimenta de hojas, brotes tiernos o frutos de plantas de alto crecimiento, generalmente leñosas, como los arbustos, por lo que este herbívoro "no se lo come todo" ni causa daños en zonas de montaña porque allí no hay cultivos. "Y por supuesto el arruí no transmite enfermedades". 

Del mismo modo, Adhif ha señalado que los datos proporcionados a esta asociación por la Generalitat sobre las capturas de arruís en la provincia, su número se eleva a 1.454 entre las temporadas 2017/2018 y 2021/2022, una cifra que nada tiene que ver con 3.013 que refleja el documento "Estado de las poblaciones cinegéticas con mayor potencial de daños e impactos", también de la Generalitat. Según este documento hubo 1.085 capturas en 2021/2022.