Las puestas de sol más bonitas se viven desde Santa Pola

Su proximidad a la Isla de Tabarca hace que su puerto esté frecuentado por multitud de visitantes que parten en barco hacia este paraíso marino para amantes del buceo

Santa Pola, una joya de la Costa Blanca.

Santa Pola, una joya de la Costa Blanca. / ED

I. D. N.

El mar ha marcado la historia de Santa Pola, municipio turístico y pesquero que destaca por la excelencia de sus playas, sus paseos marítimos, su paisaje y una rica gastronomía mediterránea.

Ingredientes a los que se suman una bonitas puestas de sol que permiten a sus visitantes almacenar en sus retinas grandes imágenes y realizar instantáneas de calidad. 

A lo largo de sus 15 kilómetros de costa se puede disfrutar de 11 kilómetros de playas de fina arena orientadas al sur. Su litoral también esconde diversos elementos naturales como el cabo, la sierra, el importante puerto pesquero y deportivo y el Parque Natural de las Salinas, donde conviven a lo largo del año más de 150 especies de aves, entre las que destaca el flamenco rosa.

Dispone de 11 kilómetros de playas de fina arena.

Dispone de 11 kilómetros de playas de fina arena. / Vicente López

A tres millas de distancia del cabo se encuentra la Isla de Tabarca, lugar idílico para la práctica del buceo y reserva marina cuyas aguas cristalinas son de un espectacular azul turquesa.

Un lugar al que se puede viajar desde Santa Pola en la gran cantidad de barcos y excursiones que parten a diario y en un amplio abanico de precios y horarios.

Tabarca es un paraíso marino de aguas cristalinas y espectacular fauna y flora que hace las delicias de los amantes del buceo.

En este municipio turístico también se puede encontrar un moderno club náutico y una bahía protegida que invitan al visitante a practicar windsurf, kitesurf, vela, natación o submarinismo, entre otras actividades acuáticas.

Parque Natural de las Salinas.

Parque Natural de las Salinas. / Carlos Durà

En su catálogo gastronómico destacan los guisos, platos de gran colorido en los que la base es el pescado y el arroz.

Desde la gamba roja, la quisquilla, la cigala, los salazones o el pescado con denominación de origen «Peix de Santa Pola» desembarcado a diario en el puerto hasta los platos típicos como la paella, el caldero de gallina, la caldereta de bogavante, el «arrós i gatet» o las ostras cultivadas en la bahía, son estrellas gastronómicas que no dejan indiferente a ningún paladar.

Una amplia y variada oferta turística apta para todos los gustos y edades, así como para todo el año.