Un verano de hostelería a tope en Benidorm: colas para sentarse, 20 minutos de cortesía o consumición mínima

Cada negocio gestiona de una manera las reservas que hacen los clientes para tener una mesa para comer o cenar para optimizar al máximo el espacio en los salones y terrazas | Los empresarios luchan contra los comensales que no acuden a la hora concretada

Clientes esperando mesa en una de las terrazas del centro de Benidorm.

Clientes esperando mesa en una de las terrazas del centro de Benidorm. / David Revenga

Benidorm está a tope. La ciudad vive uno de los meses con más afluencia de turistas de los últimos años y eso se traduce en que los bares, restaurantes o cafeterías están al completo en pleno agosto. Un lleno que hace que encontrar una mesa para comer o cenar a veces se convierta en misión imposible y que haya que ser previsor antes de salir de casa. Reservar con antelación o acudir a una terraza sabiendo que habrá que hacer cola porque precisamente no reservan están entre las opciones; además de saber que si no se llega a tiempo puede suponer quedarse sin espacio o que al sentarse habrá que hacer un gasto mínimo.

Los locales de Benidorm tienen algo que se podría llamar "normas" a la hora de gestionar sus negocios. Todo para que el servicio que se presta al cliente sea el más adecuado y más rápido posible, además de que nadie se quede sin ser atendido o también evitar las "mesas muertas", es decir, aquellas a las que no acuden los que las habían reservado. Con una ciudad por la que pasan cerca de 400.000 personas al día, gestionar salones y terrazas tiene que hacerse casi con un orden establecido.

"Cada local organiza su trabajo como puede y considera", indicó Alex Fratini, empresario y miembro de Abreca (Asociación de Bares, Restaurantes, Cafeterías y Ocio Nocturno de Benidorm). El objetivo es "optimizar al máximo las mesas que tienes disponibles", todo "sin dejar de atender y servir a los comensales". En la variedad está el gusto y cada negocio hostelero de la capital turística tiene un modo para hacerlo.

Los visitantes que llenan la ciudad en estos días de verano son de lo más variado. Están los más previsores que no salen a cenar sin asegurarse que tendrán mesa en uno de los restaurantes elegidos. Hay quien es más "impulsivo" y decide dónde disfrutara de un buen plato de comida viendo lo que ofrecen los establecimientos: "Hay mucha gente que no reserva y elige sobre la marcha". Por lo que cada vez más negocios optan por no aceptar reservas en pleno verano. Es decir, van llenando las mesas disponibles según los comensales van llegando al local.

Un local hostelero de Benidorm lleno de comensales.

Un local hostelero de Benidorm lleno de comensales. / David Revenga

Y eso hace que a veces se formen largas colas frente a las puertas de las terrazas o salones: "En Benidorm se puede ver mucha cola, pero se intenta atender a todo el mundo y que el servicio sea rápido", indicó Fratini. Así, aquellos más "madrugadores", es decir, los que van a comer o cenar a horas más tempranas "tendrán más posibilidad de encontrar hueco". Porque a determinadas horas, sobre todo por la noche, la afluencia de clientes se incrementa.

Evitar los No Show

No reservar es un sistema que algunos negocios han incorporado para evitar "quedarnos con las mesas vacías porque no acuden los comensales". Este es uno de los problemas a los que se enfrenta el sector casi cada día: personas que han cogido hora para comer y cenar y deciden no ir. Son los conocidos en el sector como los No Show , una tendencia a la que se le intenta poner coto: "A los restaurantes y bares nos genera mucho trastorno y, sobre todo, nos perjudica".

De hecho, cada vez se toman más medias para evitar estas situaciones. Aquellos que ofrecen la posibilidad de reservar a sus clientes también tienen esto en cuenta y casi todos han establecido 15 o 20 minutos "de cortesía" con aquellos que pidieron una mesa por teléfono o a través de otros servicios como las páginas web o aplicaciones. "Cuando un cliente reserva a una hora se suele esperar ese tiempo para que acuda al establecimiento", indicó Javier del Castillo, empresario de Benidorm y presidente de Abreca. Si no, la mesa se ofrece a aquellos que esperan en la puerta que quede un hueco libre.

La tecnología se ha convertido en una aliada también para estos casos. Fratini explica que hay sistemas informáticos que tienen históricos de reservas hechas en los locales con los datos de los clientes y "se puede saber si no es la primera vez que deja una mesa vacía". Además existen programas que las reservas hechas por internet se pueden reconfirmar a través de mensajes enviados al cliente.

Las opciones son muchas. "Hay quien sí llama para avisar y se agradece", explicó un empresario local. "Nosotros pedimos el teléfono y se suele llamar para confirmar si van a venir, para que no se quede ninguna mesa 'colgada'", explicó otro hostelero. "Si aquel que reserva no llega, esa mesa no se puede quedar vacía, hay que aprovecharla", indicó Javier Bautista, propietario de un negocio en la zona de Poniente. "Lo más lógico es que los comensales avisen si no van a venir o si van a venir más tarde", añadió. Pablo González, hostelero, también pone en práctica los minutos de cortesía: "Doy 15 minutos y, si no llegan, ocupo la mesa".

Los locales de Benidorm eligen si pedir reservas para llenar las mesas o no.

Los locales de Benidorm eligen si pedir reservas para llenar las mesas o no. / David Revenga

Este empresario es uno de los que usa un sistema híbrido: "Suelo reservar casi todo aunque se dejan unas mesas para aquellos que llegan. Voy jugando con los turnos también". Aún así, tampoco evita tener cola para sentarse en pleno verano con la ciudad tan llena. Así, otro empresario explicó que "reservamos normalmente el 70% del local y el resto se va llenando sobre la marcha".

Las "normas" de los negocios hosteleros en pleno verano son similares a las de otros años. ¿Se pide consumición mínima por persona? Sí. "No puede ser que haya una mesa con ocho personas y solo haya una de ellas tomando un café", indicó Fratini quien explicó que "siempre hay que poner a la vista cualquier cosa que tenga que saber el cliente, como lo de una consumición mínima". Así no hay error. Y esa norma de un gasto mínimo se traslada a otra cuestiones como la comida. Por ejemplo, es habitual ver en las cartas de los restaurantes que sirven arroz la frase "mínimo para dos personas". Fratini añadió que estas cuestiones "se ponen siempre en la carta y está en la elección del cliente sentarse o no". Y también hay negocios que piden un mínimo de un plato por cada persona que esté sentada en la mesa.

Del Castillo explicó que "sí solemos pedir una consumición mínima de los comensales que tenemos en la mesa". Y además, en su caso, ha añadido otra "norma": "No dejamos que traigan comida o bebida de fuera". Porque se han dado casos en que, "mientras esperan a ser atendidos, están con una bebida que han traído de casa". Ejemplos hay muchos como niños que acuden con productos de establecimientos de comida rápida en la mano mientras los padres piden en el sitio donde han reservado.

Turnos de servicio

Los negocios hosteleros llevan años utilizando un sistema por turnos de comida que cada vez se extiende más. Es decir, se ofrecen servicios por ejemplo a las 13.30-14 horas y a las 15-15.30 horas; porque el cálculo de tiempo en el que se ocupa una mesa es de unas dos horas de media. "Se explica antes al cliente que reserva esta cuestión, que si elige el primero debe saber que la mesa tiene una reserva posterior a esa hora", indicó Fratini. "La gran mayoría de clientes lo entienden y no supone ningún problema", afirmó a este diario un empresario local con varios negocios en la ciudad.

Con todo, a veces se crea polémica sobre si se atiende o no a determinadas horas del día, sobre todo las más cercanas al cierre. Desde el sector son claros: "Cuando un cliente se va a sentar hay que avisarle de si hay más reservas o hasta que hora se sirve o está abierta la cocina para evitar conflictos". Así indican que "eso no responde a que no se quiera trabajar o atender sino a que hay que buscar el equilibrio con la conciliación de los trabajadores y también tener en cuenta los horarios de cierre que marca la normativa".

En las últimas semanas, la noticia de que restaurantes de Barcelona rechazaban a los clientes que acudían solo a los negocios a favor de los grupos grandes ha creado cierta polémica que en Benidorm rechazan. "Aquí se atiende a todo el mundo, vaya solo o acompañado", indicaron empresarios del sector quienes no entienden esa medida tomada en otra zona de España.