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Galería Aural, veinte años de amor por el arte

Un centenar de creadores han expuesto en esta sala, que en 2019 abrió sede en Madrid

Deltell, Juana de Aizpuru, Cayetano Ferrández y Gordillo, en la apertura de Aural Madrid. Sinaga cerró la sala de la calle Churruca en 2007; y visita del exministro Uribes, la directora de ARCO y el director del Museo Reina Sofía a Aural Madrid. | INFORMACIÓN

La culpa fue de la galerista Carme Cazaña. Begoña M. Deltell había gestionado durante una década Espiral Centro de Arte, con un concepto sin fronteras en todo lo referente a la creación. Pero en 2000 cerró sus puertas y Cazaña, que acababa de poner fin a Galería 11, la convenció para abrir una sala de forma conjunta. Al final, se desligó del proyecto y Deltell inició sola ese camino. Aural abrió sus puertas el 1 de diciembre de 2001 en la calle Churruca de Alicante como una de la grandes apuestas en la ciudad por el arte contemporáneo emergente.

Begoña M. Deltell, en la primera galería Aural, en 2005. | GUILLERMO SALUS

De esa exposición con unos jovencísimos Susana Guerrero e Ignacio Chillón han pasado dos décadas, más de un centenar de artistas y un fructífero pero duro camino que le ha valido el respeto del sector a nivel nacional. Por el medio, cambio de local en 2009 para trasladarse al corazón de la ciudad, en un antiguo palacete en la calle Labradores, y salto a Madrid en 2019 para abrir una sede de Aural en Chueca, «con una vocación clara de ampliar la visibilidad del trabajo de los artistas a nivel nacional», asegura. Y manteniendo el local de Alicante pese a la soledad de ser prácticamente la única galería de arte de la ciudad.

Galería Aural, veinte años de amor por el arte

«Mi idea -apunta Begoña M. Deltell- era apostar por la ciudad, abrir un canal de proyectos que visualizaran el trabajo de artistas jóvenes, con especial interés en mujeres, y con una idea de relaciones intergeneracionales entre ellos, artistas de trayectoria con artistas emergentes».

Galería Aural, veinte años de amor por el arte

Así ha seguido a lo largo de estos 20 años. Y algunos artistas han sido fundamentales para ello. Luis Gordillo es uno de ellos, con el que empezó a trabajar en 2005 y con el que inauguró Aural Madrid. Otro es Fernando Sinaga, que cerró la galería en Churruca en 2007 y luego ha expuesto en varias ocasiones. Lo mismo Anna Bella Geiger, Ángeles Marco o Concha Jerez. «Han sido nuestros masters hasta hoy», afirma. Además de Javier Vallhonrat, Pep Agut o Maldonado. Y alternando, artistas que ha seguido desde muy jóvenes, como Juan José Martín Andrés, Judith Egger o alicantinos como Jesús Rivera, Susana Guerrero o Aurelio Ayela.

«Trabajar con artistas jóvenes supone un esfuerzo enorme, pero para mí era fundamental crear una plataforma de visibilización de los trabajos y ese diálogo con artistas de otro nivel y edad».

Una nueva dimensión

Y llegó Madrid en 2009 con Gordillo y con Juana de Aizpuru como madrina. «Una galería de provincias en Madrid con uno de los artistas más internacionales», destaca Deltell. «Era un paso que había que dar tarde o temprano; teníamos la mayoría de clientes en Madrid, pero era un riesgo enorme no solo a nivel económico sino también de trabajo mental y físico». Sin embargo, «era fundamental porque los artistas veían otra dimensión de galería y podían llegar a exponer en Madrid».

Allí han recibido la visita del anterior ministro de Cultura, José Manuel Rodríguez Uribes; del directro de Museo Reina Sofía, Manuel Borja-Villel, o de la directora de ARCO, feria en la que Aural comenzó a participar desde Alicante en 2014.

Cerrar la galería de Labradores no fue una opción, a pesar de que las visitas que tiene en Madrid «las tenemos aquí en un mes». «Han venido a Alicante coleccionistas que conocimos en Madrid y al mismo tiempo conocen la ciudad y se van encantados».

Le puede, dice, la responsabilidad. «No podía hacerlo porque hay una responsabilidad, de compromiso conmigo misma porque es mi proyecto de vida; de compromiso con los artistas a los que no podía abandonar y dejarles sin galería, y también con los ciudadanos y la ciudad. Siempre he intentado pelear por conseguir que esta ciudad tenga una dinámica y una atención hacia el arte contemporáneo para hacerlo accesible a los ciudadanos».

Cree que Alicante tiene muchas posibilidades y lamenta que no haya más galerías. También echa de menos la iniciativa privada. Pero eso es otra historia. «La cuestión es seguir trabajando y hacer las cosas bien».

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