Lola Blasco analiza la feminización de la locura en su nueva obra para el CDN

La dramaturga alicantina escribe y dirige El teatro de las locas para el Centro Dramático Nacional que se estrenará en febrero de 2024. La obra revisa el trabajo realizado por Charcot en el siglo XIX con mujeres tratadas como histéricas cuando eran rebeldes

La dramaturga y directora alicantina Lola Blasco.

La dramaturga y directora alicantina Lola Blasco. / INFORMACIÓN

Bastaba con ir contracorriente, rebelarse ante una situación injusta, denunciar un abuso sexual o simplemente ir del brazo de la persona equivocada. En el siglo XIX todas esas mujeres eran consideras «histéricas», es decir, enfermas de histeria. Así lo canalizaba Jean-Martin Charcot, precursor de Freud y creador de un trabajo pionero que le llevó a ganarse el reconocimiento en toda Europa

Otra cosa es lo que pensaban esas mujeres, muchas de ellas simplemente rebeldes es un mundo opresor, y algunos sectores de la sociedad que veían como el hospital de La Sapêtrière se convertía en un instituto neurológico de reputación, pero también en un sistema en el que las enfermas, si lo estaban, eran sometidas a vejaciones y obligadas a ofrecer representaciones disfrazadas como Ofelia o Lady Macbeth para ofrecer lecciones abiertas al público que se convertían en un espectáculo más que en un método de curación.

Este episodio histórico llamó la atención de Lola Blasco para trabajar sobre «la feminización de la locura, de la histeria». Consiguió una ayuda a la movilidad del Ministerio de Cultura y después una residencia en La Chartreuse (Centro Nacional de las Escrituras del Espectáculo) de Avignon. Allí investigó, visitó el hospital de La Sapêtrière -«uno de los escenarios más aberrantes de la historia reciente», dice- y empezó a dar forma a El teatro de las locas, obra que el Centro Dramático Nacional va a producir dentro de su programación para 2024.

El cuadro "Une leçon clinique à la Salpêtrière" (1887), de André Brouillet, que representa una de las lecciones de Charcot.

El cuadro "Une leçon clinique à la Salpêtrière" (1887), de André Brouillet, que representa una de las lecciones de Charcot.

Autoría y dirección

La dramaturga alicantina se pone también al frente de la dirección de este proyecto, en el que participan también los alicantinos Juanjo Llorens en la iluminacion y Luis Crespo en la escenografía. «Lo he cogido con muchas ganas, sobre todo por el tipo de trabajo que quiero hacer y ver que un texto mío no sufre tantas modificaciones», asegura. «Tiene que ver con que quiero que se representen mis historias como yo las he concebido; es verdad que también me ha gustado ceder a otros directores la posibilidad de interpretar lo que ven en mi obra, pero ahora he sentido la necesidad de verlo como yo quiero».

Blasco destaca que su obra revisa los inicios del psicoanálisis «y cómo tuvo que ver mucho con lo femenino y la histeria, que además proviene de la palabra útero».

Una historia metateatral

La historia de las locas es una obra metateatral, que cuenta cómo una compañía va a montar una obra de teatro sobre la locura y el encierro, «pero acaban repitiendo alguno de los roles con los que funcionaba Charcot, que era como un director de teatro». Tanto es así, afirma que en sus sesiones abiertas al público «como si fueran un espectáculo acudía hasta la actriz Sarah Bernhardt».

El sanatorio de La Salpêtriére.

El sanatorio de La Salpêtrière.

Habla Lola Blasco también de los casos tan diferentes de la escultora Camille Claudel y el pintor Van Gogh. «En el hospital donde estuvo recluida se puede ver todo el archivo de lo que hacía, de la medicación que tomaba, es como su historial clínico; sin embargo, en el caso de Van Gogh si vas al psiquiátrico donde estuvo lo que ves son sus obras plastificadas explicando cuándo hizo cada una».

En este sentido, la Premio Nacional de Literatura Dramática 2016 por su obra Siglo mío, bestia mía considera que «hay una lectura de género en mi obra, pero no desde un lugar simple sino que habla sobre una enfermedad que prácticamente se inventa». 

Decían que la histeria se curaba con un consolador. «La histeria trata siempre de lo genital», asegura Lola Blasco recordando las palabras de Charcot. «A lo largo de la historia lo que entendemos por locura siempre se ha asociado a rasgos que tienen ver con lo femenino».