Un jarro de agua más fría que una mañana de enero. Así se puede definir la respuesta que recibió un vecino de Elche después de mandarle un mensaje a su novio. El contenido del mismo no era nada del otro mundo. Solo su autor sabe si había en él cierta intención de introducir la idea de una futura compra inmobiliaria, o si por el contrario, fue solo una inocente opinión sobre unos pisos de nueva construcción que hay en la ciudad.

"Me encantan estos pisos", era lo que decía su mensaje, ilustrado con una fotografía del edificio de viviendas en cuestión, que está ubicado en la calle Pere Joan Perpinyà. Palabras y foto componen la primera parte de una conversación tenida (como se tienen la gran mayoría de conversaciones en la actualidad) por WhatsApp. El intercambio de mensajes ha sido compartido en Twitter a modo de pantallazo por el usuario @CollLupa, que -por lo que parece- fue el iniciador de la charla y el que acabó recibiendo la tan áspera como realista contestación por parte de su novio.

Es el propio autor del tuit el que mejor define la situación y titula la instantánea en la que queda reflejada la conversación con su pareja como "mi novio el mente fría". El mensaje enviado por este le delata como tal, ya que al detectar el entusiasmo mostrado por su pareja al ver unos pisos (y ante la posibilidad de que esa ilusión se traduzca en un deseo de compra), él es capaz de en solo dos minutos (tal como se observa en la imagen, es el espacio de tiempo que hay entre los mensajes) de construir una respuesta tan racional como la siguiente: “Bueno, está bien, solo te falta un contrato indefinido de uno o dos años, el 20% del valor del piso ahorrado más los gastos notariales para el estudio de una hipoteca”.

Su réplica, que seguramente sea la gran responsable de que el tuit haya logrado más de 300 interacciones y una cascada de comentarios, fue rematada con un mensaje final que siguió la gélida línea de lo escrito en el texto anterior: "Pero puede que te guste la fachada, pero falta ver cómo son por dentro”. Sus palabras, envueltas en papel de lija y cargadas de razón, reflejan a la perfección la difícil misión que es en estos momentos comprar una vivienda, y también, lo útil y sana que puede ser la sinceridad en una relación de pareja.