La demoledora historia de las aparadoras de Elche ante el Parlamento Europeo

Isabel Matute reclama en Bruselas inspectores fiscales en las empresas para comprobar las plantillas y advierte que la asociación ha denunciado taller por taller

La presidenta de la Asociación de Aparadoras de Elche ante el Parlamento Europeo

La presidenta de la Asociación de Aparadoras de Elche ante el Parlamento Europeo / INFORMACIÓN

A. Fajardo

A. Fajardo

En solo tres minutos, la precariedad laboral y la esclavitud que han sufrido las aparadoras del calzado de Elche llegó hace unos días hasta el Parlamento Europeo. Allí, la presidenta de la asociación ilicitana, Isabel Matute, pronunció un demoledor discurso, harta de tocar las puertas de todos los ministerios para denunciar la injusta situación que han sufrido cientos de trabajadoras de la industria zapatera y para reclamar unas pensiones dignas.

"Me he indignado porque jamás pensé que íbamos a venir aquí a realizar una petición y escuchar tantas mentiras como hemos escuchado y las bondades del calzado. Hay un estudio de la Universidad Miguel Hernández de Elche donde demuestra que el 80% de la industria sumergida es clandestina, sin control, y lleva 50 años establecida en toda la comarca del Vinalopó y no hay manera de romperlo". Así arrancó la portavoz del colectivo que nació en 2018 para visibilizar a las mujeres que han visto recortar sus derechos laborales y que ahora se enfrentan a una jubilación sin haber cotizado prácticamente ningún año.

El discurso de la presidenta de la Asociación de Aparadoras de Elche, en Bruselas

A. Fajardo

"Simplemente ha habido un pequeño avance desde que nació esta asociación de aparadoras, lo que hizo temblar a los empresarios porque vamos denunciando taller por taller, pero no hemos conseguido nada porque si nos tapáis la boca con la falta de iniciativa volverá a ocurrir lo que ocurrió en los años sesenta. Todo clandestino, mujeres esclavizadas, no precarias, porque estamos al mismo nivel de las maquileras de El Salvador", aseguró Isabel Matute, quien avanzó que están grabando un reportaje sobre las similitudes entre las trabajadoras del calzado y las del textil, que "dentro de poco vais a ver".

Un euro y medio la hora

La representante ilustró a los parlamentarios la situación que atraviesan o han atravesado las aparadoras con su propia historia. "Yo misma, 44 años trabajados y 6 cotizados, con pinzamiento de tendones, jornadas de once horas, la última vez que trabajé fue por 1,50 la hora y son condiciones generalizadas". Isabel Matute advirtió haber pasado a la ministra de Empleo todos los nombres de las empresas que están en esa situación.

Sin ocultar su enfado e indignación, la portavoz del colectivo lamentó haberse dirigido al ministerio de Empleo, al de industria y al de Seguridad Social y reconoció que ya no les queda ninguno y por eso se han dirigido al Parlamento Europeo, donde reclamaron una comisión "que demuestre que no estoy mintiendo".

El rostro visible de las aparadoras cerró su intervención en Bruselas, con el mismo dato con el que empezó la audiencia pública: "El 80% de la industria del calzado se hace sumergido, porque las plantillas no está en las fábricas, están en los talleres donde no hay controles. No necesitamos inspectores de trabajo, sino inspectores fiscales que vayan a las grandes firmas y vean que no tienen plantilla", apostilló Isabel Matute.