La vida en bici en Elche es posible

Circular en bicicleta todo el año, con niños incluido y dejar aparcado el coche en la medida de lo posible para combatir la emergencia climática. Es la filosofía de un grupo de ilicitanos conocido como "30 días en bici", con el lema "la vida en bici", que reivindica la movilidad sostenible como una necesidad urgente para luchar contra la contaminación que originan los vehículos en una ciudad donde cada año el parque móvil bate récords.

Para concienciar sobre la importancia que incorporar este medio de transporte a la rutina, este colectivo acaba de iniciar el reto de utilizar la bici 30 días seguidos. Una experiencia que viene de Estados Unidos y que lleva una década realizándose en ciudades españolas como la de Gijón. Puede participar todo el mundo.

«La idea es que cada día a lo largo de un mes la gente utilice la bicicleta, ya sea para ir al trabajo, para ir a comprar o para ir al colegio. Lo que se pretende es que se adquiera un hábito», explica Fernando Sáez, uno de los promotores de la iniciativa, quien defiende que «quien la integra en su día a día consigue que le cambie la vida».

Este colectivo, que comenzó a rodar hace años a través del movimiento reivindicativo conocido como «bici crítica» organiza asiduamente actividades para motivar a la gente para que esta forma de moverse por la ciudad sea un transporte cotidiano. Y es que una de las premisas que defiende esta agrupación es la de que «cuantas más bicicletas circulen por la ciudad habrá más seguridad para sus usuarios», explica Fernando Sáez.

Menos coches

De ahí que los integrantes de este grupo consideren que unas medidas restrictivas hacia los coches sean la fórmula para reducir el tráfico y conseguir que cada vez más gente se apunte a la movilidad sostenible. «Crear más zonas verdes, más zonas peatonales, cortar carriles de circulación en favor de las bicicletas, aunque pueda parecer antipopulista, tendría mayores efectos», explica el portavoz de este colectivo.

En base a este argumento, para este movimiento reivindicativo, la transformación de la calle Corredora o la de Olegario Domarco Seller, en Carrús, así como la supresión de un carril para los vehículos en el puente de la Generalitat en favor de un vial ciclista, son perfectos ejemplos que han marcado un antes y un después en la movilidad sostenible.

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Para este colectivo no existen alternativas para evitar menos tráfico que no sean esas y por eso los carriles bici consideran que son vitales para cambiar el día a día de la movilidad de las familias, «ya que les aporta mucha más seguridad que ir entre coches, lo que hace que cada vez más gente se sume», sostiene.

Por este motivo, estos activistas son firmes defensores de que la ciudad siga por este camino de expandir la infraestructura ciclista para conectar los barrios y dar una mayor facilidad, confianza y seguridad para que la gente pueda integrar la bici en su forma de vida.

Defensa de los carriles

Frente a las críticas de algunos sectores hacia el diseño y la proliferación de los carriles bici en la ciudad, los integrantes de este colectivos señalan que la mejor opción es la que el Ayuntamiento ha escogido, hacerlos por el centro de las avenidas y con bordillos «porque permiten reducir la sensación de miedo que a día de hoy siguen teniendo muchos usuarios, uno de los principales motivos que les frena a utilizar la bicicleta», admite Fernando Sáez.

Es por eso por lo que la existencia de viales ciclistas en las rotondas de la avenida de la Universidad y del Ferrocarril tampoco sean vistos con buenos ojos por este colectivo por el riesgo de accidentes.

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Ampliar la red ciclista, dar ayudas o incentivos para montar en bicicleta y también que todos, y en gran parte los partidos políticos, vayan a una para conseguir transformar el modelo de ciudad son las principales peticiones de estos valientes ilicitanos. «No podemos ser unos conductores innecesarios, eso es lo que hay que cambiar», indica el portavoz de "30 días en bici".

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