Entrevista | Andrés Chessa Favre Director provincial área de Socorros de Cruz Roja

«Todavía me sorprende que gente que vive encima de una falla no conozca esta realidad»

Días después de la catástrofe que se llevó miles de vidas en el país vecino de Marruecos, el representante de la Unidad de Emergencias ofreció este martes una charla en Elche para explicar los medios de los que dispone la población y cómo protegerse ante un terremoto

Andrés Chessa Favre durante la ponencia en el MUPE, ayer.  | ANTONIO AMORÓS

Andrés Chessa Favre durante la ponencia en el MUPE, ayer. | ANTONIO AMORÓS / Antonio Amorós

J. R. Esquinas

J. R. Esquinas

Prevención para saber cómo actuar ante un terremoto. Esa fue la clave principal que dio ayer en Elche Andrés Cheesa Favre, director provincial del área de socorros de la Unidad de Emergencias de Cruz Roja. Apenas doce días después del fuerte seísmo que azotó partes de Marruecos dejando miles de muertos, la organización humanitaria participó este martes en una ponencia desde el Museo Paleontológico (MUPE) para abordar el impacto de los fuertes temblores, todo en la línea de unas jornadas que se realizan por universidades y centros sociales.

El hilo conductor era si podría volver a repetirse en Elche el terremoto de 1829, que tuvo su epicentro en Torrevieja y destrozó decenas de viviendas dejando a los municipios devastados. En respuesta el profesional sostuvo que hay que tomar medidas ya porque los seísmos son fenómenos que cada vez se replican más rápido. Destacó que es necesario protocolizar qué hacer cuando una situación así ocurre «y hay un hecho objetivo que es que el terremoto suele afectar de peor manera a aquellas personas mal favorecidas».

Preguntado sobre si Elche podría volver a sufrir una catástrofe como la de hace dos siglos, Cheesa detalló que la nueva diferencia a aquel entonces «es que ahora contamos con todos los soportes para tener herramientas y estar más preparados» enumerando medios como observatorio de seguimiento de terremotos.

Zonas sensibles

En cuanto a la arquitectura, el profesional reconoció que hay zonas más sensibles que otras a sufrir las consecuencias de un seísmo, y que a pesar de que la reglamentación ha ido cambiando «no siempre la normativa de edificación se cumple», atajó. A este respecto, el responsable de Cruz Roja reiteró que la sociedad civil también tiene una responsabilidad importante «de saber donde viven», de si se trata de una zona inundable o con otros riesgos. «Todavía me sorprende que gente que lleva toda la vida encima de una falla donde una vez por semana hay pequeño seísmo no conozca esta realidad», aseveró.

De igual modo, el experto indicó que lo positivo de vivir en la provincia de Alicante es que «es muy proactiva» a la hora de coordinar medios entre la Subdelegación del Gobierno, el consorcio de bomberos o incluso la UME ante una emergencia.

Asistentes a la jornada de sensibilización.  | ANTONIO AMORÓS

Asistentes a la jornada de sensibilización. | ANTONIO AMORÓS / j.r.esquinas

Refirió que la mayoría de ayuntamientos se están moviendo por tener planes de emergencia ante este tipo de situaciones y que Cruz Roja está asesorando en muchos municipios. «Me da la sensación que cada vez se escribe más, se analiza más y se entiende que algo va pasando, que los desastres naturales se repiten con más frecuencia y cada vez complican más las cosas».

«Es fundamental que colegios e institutos hagan simulacros sobre seísmos»

El ciclo de ponencias este martes se desarrolló en el Museo Paleontológico de Elche, espacio icónico para hablar desde el punto de vista geológico sobre cómo se producen los terremotos. La directora del museo, Ainara Aberasturi, participó en la jornada haciendo un repaso a la situación de las fallas que están activas, lo que hace que la provincia de Alicante esté en zona de riesgo sísmico por encontrarse entre placas tectónicas africanas y asiáticas. 

Por ello la profesional destacó que «tras lo de Marruecos no debemos olvidar que estamos en una zona de alto potencial» y que no es descartable un nuevo terremoto de gran magnitud. La profesional señaló que sería positiva una concienciación sobre cómo actuar desde edades tempranas, e incidió en la necesidad de que colegios e institutos preparen simulacros exclusivos sobre estos movimientos bruscos en la Tierra. 

La profesional entiende que los daños materiales y humanos de un futuro terremoto de gran magnitud no serían tan elevados como en el país vecino o comparado con el terremoto de 1829 por los tipos de construcciones que ahora existen, ya que hay muchos edificios preparados desde el esqueleto contra impactos naturales de este tipo. Sobre el terremoto de Torrevieja del siglo XIX que azotó a la ciudad hay documentos en el Archivo que arrojan que 25 casas quedaron totalmente destruidas en Elche, y 119 con daños graves.

Alertas

En otro orden de cosas, propuso que se empleen mecanismos de alerta masivos para avisar a la población como ocurrió con las notificaciones al móvil en Madrid durante el último temporal, y recurrir a la Inteligencia Artificial como aliada de la prevención. A este respecto, destacó que Cruz Roja ya manda mensajes cuando hay alertas meteorológicas entre socios, voluntarios y personas que lo pidan, «y como esta herramienta hay muchas más como las píldoras informativas en centros de estudios».

Pautas

Sostuvo que sería necesario que políticos y funcionarios que acceden a un puesto tengan nociones para evitar riesgos. Asimismo, el profesional respaldó la idea de enseñar a la población a autoprotegerse siguiendo pautas básicas antes, durante y después de un terremoto. El director de Emergencia indicó que debería existir un botiquín en el hogar y realizar «microsimulacros» en casa para interiorizar que mantener la calma y no correr sin pensar es crucial.

En caso de que se detecte un seísmo de gran magnitud, el experto sugirió acudir a los dinteles de la casa, donde se soportan los cimientos, por ser un elemento estructural de la vivienda más seguro, así como debajo de mesas robustas, lejos de ventanas y artefactos de cristal. Incidió en la importancia de evitar coger el ascensor por si se para el suministro eléctrico.

Si el usuario está al aire libre debería guarecerse lejos de la fachada de edificios, alejarse de puentes eléctricos y zonas de desprendimientos, expuso. Durante la cita el responsable del área de socorros también aplaudió el papel de los silbatos, un elemento «que multiplica por mucho el alcance» para pedir auxilio.

En cuanto al trabajo después de una catástrofe, Chessa enunció que Cruz Roja atiende de forma transversal, con seguimiento durante años, a quienes sufren la desgracia prestando alimentos, higiene, asesorando para lidiar con los seguros u ofreciendo psicólogos y traductores.