Una marea rosa imparable en Elche: más de 8.000 solidarios contra el cáncer de mama

La carrera de Amacmec vuelve a atraer a innumerables familias de la ciudad y otras localidades para contribuir en las terapias y nuevas líneas de investigación de la enfermedad

J. R. Esquinas

J. R. Esquinas

"Hace siete años, con 32, tuve cáncer de mama y desde entonces sigo corriendo". Cristina Martín llega a línea de meta con una sonrisa de oreja a oreja y lágrimas en los ojos mientras su madre grita "guerrera". Para ella es una carrera más superada. Esta alicantina es enfermera del departamento de Oncología del Hospital General de Alicante y para hacer ejercicio, en todas sus expresiones, la ha ayudado mucho en el tratamiento incluso para paliar el dolor.

Una marea rosa imparable en Elche

Matías Segarra / J. R. Esquinas

Aportación

Ella era una de los más de 8.000 participantes que este domingo, corriendo o en marcha, han querido hacer su aportación a la lucha contra esta enfermedad con la tradicional carrera de Amacmec, que supone la principal línea de ingresos para este colectivo con 800 socias para prestar apoyo asistencial y psicológico, desarrollar terapias y contribuir a nuevas líneas de investigación.

Con esta se cumplían 19 ediciones y aunque el Paseo de la Estación es siempre el punto de meta, y el recorrido por la Avenida de la Libertad se mantiene sin variaciones, hay algo que hace diferente a esta prueba que se ha convertido ya en un icono ilicitano.

Participantes en la avenida del Ferrocarril este domingo

Participantes en la avenida del Ferrocarril este domingo / Matías Segarra

Alta participación

La marea rosa es diversa ya que en ella se pueden ver a afectadas por la enfermedad visibilizándose, a familiares y amigos dejando el aliento en apoyarlas, los que hacen la promesa de seguir corriendo por las que ya no están y los que se amparan en la jornada para tener fuerza. Está padres con los hijos, el tío con los sobrinos, los peques en los carros, perros con pañuelos reivindicativos y emoción en las caras de todos. Este diario ha hablado con varios participantes y todos tienen a alguien cercano por quien correr, o incluso han vivido la enfermedad en sus propias carnes.

Humo rosa

Eran las 10 horas cuando un intenso humo rosa ha marcado la cuenta atrás desde la avenida de la Libertad. En el punto de meta para dar el pistoletazo Manuela Agulló, presidenta de Amacmec, que tras la salida ha estado esperando paciente la llegada de los participantes porque por estar en la organización tiene que quedarse en línea de meta.

La palabra que más le sale del alma este día es "gracias, gracias". Se emocionaba al ver que la gente, un año más, se ha volcado de corazón y deja bien claro: "se puede, queda mucho por vivir". Parte de la corporación municipal estaba enfundada en el chándal como el alcalde, Pablo Ruz, que participaba por primera vez como regidor.

Este día se vive a dos velocidades. Están quienes marcan en el calendario deportivo esta prueba de 10 kilómetros y quienes la realizan sin fijarse en las marcas, en el caso de la marcha, en la que incluso también han participado personas con movilidad reducida gracias al sistema de triciclo que ha ofrecido el Parque de Tráfico.

La jornada lúdica y reivindicativa termina pasado el mediodía con la prueba infantil, sesiones de yoga y zumba y la entrega de premios. Este año se ha incorporado un stands en el que se reparte café a los asistentes y alumnos de Fisioterapia de la Universidad CEU Cardenal Herrera de Elche han atendido a los corredores cuando cruzan el último punto de avituallamiento.