Pastelerías de Elche prevén vender un 10% más de roscones pese a subir los precios

Faltan horas para que miles de niños acudan al encuentro de los Reyes Magos en la Cabalgata y los hornos de Elche están a pleno rendimiento para ofrecer roscones. Algunas de las principales pastelerías de la ciudad coinciden en que este 2024 se nota más alegría en el consumo que en la pasada temporada y el pronóstico que hacen es notable: esperan vender un 10% más que en 2023 de este típico dulce que cada 5 y 6 de enero se lleva todo el protagonismo. Aunque se empiezan a preparar con una semana de antelación, especialmente los rellenos, desde prácticamente Nochebuena están recibiendo encargos y algunos establecimientos han tenido que reforzar el personal para sacar adelante tanta faena. 

Subidas

Y lo cierto es que las expectativas están siendo positivas pese a que muchos de los establecimientos que lo ofrecen han tenido que optar por subir los precios entorno a un 8% para compensar el incremento de los costes de producción, debido a que hay materia prima como la mantequilla, esencial en esta receta, que se ha encarecido hasta un 50%, tal y como señala Fran Castell, propietario de la confitería de Carrús que lleva su apellido. 

El profesional sostiene que han procurado «aguantar el tipo» para que la variación de los precios sea lo más mínima posible, de dos a tres euros según el tamaño. «La campaña de Navidad no ha ido mal pero con la subida de materias primas se ha visto mermada», sostiene José Luis Lozano, representante de Productos Lozano, firma ilicitana con décadas de trayectoria que también ha tenido que recurrir a encarecer entre un 8 y un 10% los más de 15.000 roscones que en parte se están entregando estos días a grandes superficies. 

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Receta

Aunque cada negocio guarda en secreto la receta que les hace singulares, los roscones deben seguir unos pasos claros para lograr consistencia y sabor. Y la magia se hace una vez se integra la mantequilla, el azúcar, las harinas de fuerza, los aromas, cítricos y la masa madre. Así, de esa primera masa que se deja reposar en forma de bola saldrá, tras prácticamente un día de fermentación, una base perfecta sobre la que trabajar la creatividad. Una vez reposa la masa en forma de roscón puede empezar a ponerse el relleno, la fruta escarchada y las figuritas. Es aquí cuando el ingenio y esmero de cada casa es clave para que las familias se terminen decantando. 

Sabores

Los hornos consultados refieren que el tamaño mediano suele ser el que más salida tiene y que la mayoría de clientes cada vez optan más por roscones rellenos. Y aquí en la variedad está el gusto, ya que además de la clásica nata también se viene apostando en los últimos años por la trufa, la crema pastelera, la crema tostada o incluso el pistacho, apunta Castell, que, particularmente, es de los que cree que el roscón como producto clásico es mejor no tocarlo demasiado para no alterar su esencia. 

Donde sí procuran la mayoría variar cada año es en los regalos que incluye el roscón, de manera que el haba de la suerte está cada vez más eclipsada por figuritas no sólo de Sus Majestades de Oriente si no del mundo de los dibujos animados , pulseras e incluso sorteos.