Entrevista | Pablo Más Serrano Mestre de Ceremonias del Misteri d'Elx

«La escena del Misteri es como es, pero si los ensayos son cómodos y se transmite unidad sale mejor»

Tras quince años como suplente, el cineasta ilicitano, Pablo Más, coge las riendas de un cargo imprescindible en el control escénico para que la Festa salga a la perfección. Agradece el camino que le han abierto sus antecesores y reivindica que el drama asuncionista es, ante todo, una celebración.

El cineasta y ahora Mestre de Ceremonias del Misteri, Pablo Más, en la basílica de Santa María.  | ÁXEL ÁLVAREZ

El cineasta y ahora Mestre de Ceremonias del Misteri, Pablo Más, en la basílica de Santa María. | ÁXEL ÁLVAREZ / Áxel Álvarez

J. R. Esquinas

J. R. Esquinas

¿Qué rumbo quiere darle a la dirección de la escenografía ahora que tendrá control total?

Está mal decirlo, pero no creo que haya que hacer mucho, mi intención no es hacer cambios en algo casi intocable, lo que me gustaría es ayudar a dirigir para que todo fuese lo más divertido y fácil para todos. La escena es como es, los movimientos son como son, me encantaría ayudar a que participantes, actores, entiendan que hacen lo que hacen y por qué los abrazos se dan de una forma, cómo entramos. No va a cambiar nada pero si se hacen ensayos cómodos y se transmite unidad sale mejor. No creo que el Mestre de Ceremonias sea una dirección de escena creativa, es más de coordinación. No puedo decir cómo va a entrar la Judiada, las cosas son como han sido siempre y cuando le das un carácter organizativo y haces un poco de guía la gente tiene seguridad para que la atención esté en captar y disfrutar de lo que están haciendo.

¿Qué puede decir del equipo de consuetas actual?

La escena, sin tener desde el punto de vista audiovisual grandes complejidades, sí las hay de organización porque todo ocurre en un lugar muy grande y se desplazan muchísimo, dirigir la escena es imposible sin estar en muchos sitios al mismo tiempo, ese es el papel de un consueta, ser capaz de estar en distintos lugares. Van comunicados por walkies, antiguamente se hacía con pañuelos, y no dejan de ser fundamentales, son como una especie de extensión del Mestre de Ceremonias, los consuetas son esa gente que no se ve, el trabajo invisible pero imprescindible para que todo el mundo esté más tranquilo.

¿Ha aumentado el número?

Desde que entré era uno en cada sitio y ahora hay dos, siempre hay alguien que tiene algo más de continuidad y otros van aprendiendo, funciona como un equipo, nos hemos hecho amigos, y la renovación ha salido de la misma cantera. Desde que Joan (Castaño) lo empezó a montar estuvo Vicente Pérez y Antonio Antón y de todos hemos aprendido, es verdad que lo de Joan es mayúsculo desde el punto de por qué se hacen las cosas y la investigación, ha sido un fuera de serie.

El Mestre de Ceremonias en una de las azoteas de la basílica de Santa María

El Mestre de Ceremonias en una de las azoteas de la basílica de Santa María / Áxel Álvarez

¿Ha hablado con los consuetas tras la designación?

Ahora los tengo que renovar, tengo que hablar con todos, preguntarles si quieren seguir, y espero que sí, espero que estén contentos. Hasta ahora está Miguel Sansano y Antonio Pérez en la puerta mayor, en el cadafal José Vicente Castaño y el año pasado se incorporó Angela Castaño, hija de Joan, mientras que en el cielo José Vicente Bonete y Asunción Tormo. Antes el consueta del cielo era yo y estuvo conmigo Héctor Cámara, que como ahora es patrono y presidente de la comisión de representaciones está más a otras cosas, pero el equipo somos todos esos. Tendré que hablar con todos los departamentos, ahí está la responsabilidad del equipo de dirección de escena de que todo esté en su sitio.

¿Desea ocupar esta posición muchos años?

No lo he pensado. Mi idea es servir al Misteri mientras haga falta, no tengo un proyecto a diez años vista para transformar algo, quiero disfrutar y soy un tipo que trabaja.

¿Qué es para usted el Misteri?

Es nada más y nada menos que las fiestas de mi pueblo. Es un vínculo de unión y encuentro de vecinos en torno a unas fechas, es lo más importante y lo que más hay que cuidar, que no deje de ser una fiesta. No tenemos una obra de Shakespeare que hemos conservado si no algo que los vecinos hacen, no es una obra de teatro con espectadores que miran sino una representación en la que la gente celebra y a la que le dan el papel de copartícipe.

¿Cuál fue su primera incursión en el drama asuncionista?

Como vecino e ilicitano desde niño, como tantos de nosotros, me llevaban mis padres a verlo. Hay un momento clave en mi, tendría unos 15-16 años, cuando empiezo a ir solo y hay un momento en el que entiendo la historia y ese componente de participación social, y me acompaña como cineasta en la mirada del espectador de que son vecinos quienes lo hacen. Dejo entonces de ir como algo familiar, si no como algo intelectual, empiezo a aprender que dentro del Misteri hay canciones entre las que distan muchos años e incluso siglos, que la obra es como un yacimiento arqueológico con restos de muchas épocas y las distintas generaciones han ido dejando algo que no es intocable.

Pablo Mas está inmerso en un documental sobre la Festa y ahora se encargará de la dirección escenográfica

Pablo Mas está inmerso en un documental sobre la Festa y ahora se encargará de la dirección escenográfica / Áxel Álvarez

Nuevas generaciones

¿Siente que los adolescentes de ahora pueden llegar a tener ese interés que en su caso tuvo por la Festa?

Con la emigración de los años sesenta hay muchas generaciones que son ilicitanos pero sus padres y abuelos no lo fueron y esa tradición no pasó, sí que hay otras tradiciones como los Moros y Cristianos que han ido creciendo. No quiero hacer una lectura negativa, pero se suma el hecho de que el Misteri se representa en unas fechas determinadas y el aforo es el que es. Tenemos una ciudad de 230.000 habitantes y como mucho caben 5.000 personas durante las representaciones en la basílica, hay muchas generaciones que no lo viven, pero es verdad que aunque seamos una ciudad grande y la globalización está ahí sigue sin desaparecer, siempre hay gente que lo mantiene, niños, jóvenes y adultos que tienen las ganas de preservar, y se está haciendo una divulgación en centros escolares por esfuerzo de los patronos.

El ex mestre Joan Castaño dijo recientemente que convertir La Festa en una atracción turística masiva puede alterar su sentido. ¿Lo comparte?

Creo que hablamos de algo no diferente cuando decimos que evidentemente hay que preservar la representación, pero por encima está la fiesta. Preservar o garantizar la obra de teatro no es preservar la Festa, preservarla es que se sigan sintiendo identificados por una celebración en honor a la patrona de la ciudad, y creo que todas las fiestas están pensadas para acoger visitas. Las fiestas siempre son abiertas, una cosa es compartir tu fiesta y tu celebración y otra es preservar sólo la obra de teatro, perdería mucho de su esencia. La música sería la misma y los movimientos escénicos pero hay algo alrededor, que es la motivación por la que el pueblo en Elche lo sigue haciendo. Misteris hubo muchos, muchísimos, en Francia, València, Cataluña, todos desaparecieron y en esa perseverancia del pueblo de Elche de mantenerlo está la diferencia.

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