Elche medirá la contaminación de los vehículos y leerá matrículas de lunes a viernes en 5 puntos

El equipo de gobierno contratará por 21.700 euros dispositivos móviles capaces de cuantificar cuatro gases diferentes

La medida se pondrá en marcha para cumplir con la ordenanza de Bajas Emisiones aunque no habrá restricciones ni multas

La calle Ángel del centro de Elche, donde se han instalado medidores de contaminación años atrás

La calle Ángel del centro de Elche, donde se han instalado medidores de contaminación años atrás / Antonio Amorós

A. Fajardo

A. Fajardo

La implantación de la Zona de Bajas Emisiones (ZBE) va a implicar que Elche tenga medidores de contaminación de lunes a viernes, en jornadas de ocho horas y en cinco puntos de la ciudad, que por ahora se desconocen. Aunque la puesta en marcha de este plan obligado por Europa para las ciudades con más de 50.000 habitantes va a carecer de consecuencias en el municipio, porque el equipo de gobierno de PP y Vox, por un lado, ha decidido situar la ZBE sobre todo en zonas peatonales y, por otro lado, ha descartado las restricciones y las multas, los responsables municipales han activado la maquinaria para impulsar otra de las medidas requeridas para vigilar el tráfico.

A las cámaras que va a contratar el Ayuntamiento por 3,8 millones de euros como máximo, se sumarán los dispositivos de teledetección capaces de medir, al paso y a la distancia, sin que el vehículo se detenga, las emisiones, su velocidad y su aceleración.

Recientemente, se ha sabido que Elche es una de las cuatro grandes ciudades del país con mejor calidad del aire, según un informe elaborado por Ecologistas en Acción. Un documento que el Ejecutivo de Pablo Ruz ha aprovechado para defender su política ambiental en la ciudad, mientras, en el otro extremo, Compromís ha advertido de que se superan límites aprobados por la UE y la Organización de la Salud con respecto al dióxido de nitrógeno.

Tráfico en la calle Virgen de la Cabeza, en el centro de Elche

Tráfico en la calle Virgen de la Cabeza, en el centro de Elche / ANTONIO AMOROS

De cualquier manera, los medidores que van a tener que instalarse en la ciudad permitirán también captar una fotografía de la placa de matrícula del vehículo para su identificación mediante algoritmos de procesamiento de imagen. El dispositivo será móvil, por lo que el Ayuntamiento podrá cambiar las calles en las que lo coloca y se instalará en los laterales de las vías de circulación sin que sea necesaria ninguna obra ni el corte del tráfico.

El coste de estos artefactos apenas tendrá trascendencia para las arcas municipales, se está licitando por 21.700 euros, pero su implantación podrá arrojar datos muy relevantes sobre los efectos que tiene el parque móvil en una ciudad con más de 159.000 vehículos (según los últimos datos municipales referentes a 2022).

Y es que este contrato va a permitir evaluar cuáles son las emisiones medias de los vehículos que circulan, en su conjunto y según el tipo de modelo, motorización u otras características técnicas, tal y como recoge el pliego de condiciones del contrato.

Esto hará más sencillo, por ejemplo, determinar si hay algún tipo de vehículo más emisor que otros, qué impacto tienen diferentes grupos de vehículos sobre las emisiones totales (tanto turismos, autobuses, taxis…), hasta qué porcentaje de vehículos individuales se han identificado como extremadamente contaminantes, etc.

Tipos de gases

En concreto, los medidores ópticos tendrán la capacidad de detectar y de cuantificar los gases emitidos por los vehículos en su tubo de escape desde el monóxido de nitrógeno (NO), dióxido de nitrógeno (NO2), monóxido de carbono (CO) e hidrocarburos inquemados (HC, expresados como propano, C3H8).

De este modo, con esta medida el Ayuntamiento obtendrá resultados detallados sobre las emisiones atmosféricas y por tipos de vehículos. Y además, según el contrato que se está licitando, un informe final en el que se verán identificadas las actuaciones que el Ayuntamiento tendrá que llevar a cabo en relación con los diferentes colectivos afectados en la implantación de la Zona de Bajas Emisiones. El plazo de ejecución de todas tareas es de tres meses, tal y como fija el contrato.

Por otro lado, el sistema de gestión que también tiene en vías de contratación el equipo de gobierno consta de tres actuaciones principales. Para empezar, se requiere el despliegue de una infraestructura que permita la detección de los vehículos y el tratamiento automatizado de los datos, lo que implica cámaras, sensores de aforo, redes de comunicaciones y sistemas informáticos, entre otros.

El 45% de los coches que circulan en la ZBE son diésel

El 45,68 % de los vehículos que circulan por las Zonas de Bajas Emisiones de Elche son a diésel y el 53,01% son a gasolina, hay pocos vehículos eléctricos (0,16%) y un 0,16% utilizan otros tipos de carburantes. Así lo expone un documento municipal que acompaña la licitación del nuevo contrato para adquirir medidores de contaminación en Elche.

Los ciclomotores y motocicletas son mayoritariamente de gasolina (un 98 y casi el 100%, respectivamente). Las furgonetas y camiones son principalmente diésel, con un 90,6% por un 9,3% que funcionan con gasolina. Respecto a los tractores, el 100% son de diésel y el 99% en el caso de los autobuses. Finalmente, un 56,7% de otras tipologías de vehículos utilizan otro tipo de carburante sin especificar.

El área «ZBE Centro» tiene una superficie de 1,15 kilómetros y comprende el casco histórico, el Parque Municipal, huertos como l’Hort del Monjo, l’Hort de Dins, el Huerto del Cura, l’Hort de la Mareta, la parte este de El Raval, y edificios de interés como el Ayuntamiento, el Centro de Congresos, el Palacio de Altamira, o el Museo Paleontológico de Elche, entre otros. En una siguiente fase, sin especificar cuándo, el Ayuntamiento pondrá en marcha una segunda área, la «ZBE Elche», que tendrá una superficie de alrededor de 3,75 kilómetros cuadrados y que encierra las zonas del Pont Nou, Santa Teresa, El Pla, la zona del Candalix, la Vila la Barrera, El Salvador, El Raval, la zona de Altabix y parte de Ciutat Jardí. En este perímetro destacan puntos de interés del municipio como la plaza Obispo Siuri, la parroquia Sagrado Corazón de Jesús, o el Centro Cultural Miguel Hernández, entre otros.

La población residente en estas dos zonas, tanto la céntrica como la perimetral, según el proyecto de la ordenanza municipal, es de 84.808 habitantes y cuenta con 39.187 viviendas.