Entrevista | Ángel Urbina Presidente de la Junta Central de Usuarios del Vinalopó

Ángel Urbina: «En un plan hidrológico no se pueden anteponer los sentimientos a la realidad y la inteligencia»

Ángel Urbina, en una 
imagen tomada 
en la Glorieta de Elche. | ÁXEL ÁLVAREZ

Ángel Urbina, en una imagen tomada en la Glorieta de Elche. | ÁXEL ÁLVAREZ / M.alarcón

M. Alarcón

M. Alarcón

Quizá sea un accidente que acabara siendo una de las personas que, de tocar tanto el terreno, más sabe de agua en la provincia. No en vano va camino de cinco décadas en ello. Recuerda el día que vio llegar las aguas del trasvase Tajo-Segura a la provincia y, siendo una persona muy positiva, no lo es cuando habla del futuro que le aguarda a esta conducción. Presidente de la Junta Central de Usuarios del Vinalopó, l’Alacantí y del Consorcio de Aguas de la Marina, de la SAT San Enrique, miembro de Riegos de Levante, del SCRATS, de Fenacore,... asegura que va a ir dando pasos atrás hasta acabar donde empezó, aunque aún hay temas importantes, como las reglas de explotación del Júcar-Vinalopó en las que está metido hasta las trancas.

«En un plan hidrológico no se pueden anteponer los sentimientos a la  realidad y la inteligencia» | ÁXEL ÁLVAREZ

«En un plan hidrológico no se pueden anteponer los sentimientos a la realidad y la inteligencia» | ÁXEL ÁLVAREZ / M.alarcón

¿Cómo acabó metido en temas de agua?

Por amor. Mi suegra tenía unas tierras en La Peña y lo que pasa. San Enrique (la comunidad de regantes) iba mal, siempre estaban los pozos estropeados, las cuentas no cuadraban y sin querer te dicen: «Ese chico que sabe leer...». Al final empiezas a meterte y, mira, acabé de secretario. Empiezas a ver las cosas y la problemática.

Usted venía de unas tierras con agua por todas partes, con ríos, su madre lavaba en ellos. Un paisaje distinto...

Sí. Lo que más me asombró es que los embalses estaban aguas abajo. Yo siempre he creído que debían estar arriba o te tocará estar siempre bombeando para regar.

¿Pero qué hace un ingeniero de Telecomunicaciones metido en temas de aguas?

Los flujos de las aguas y de electrones son lo mismo (sonríe). Las mismas matemáticas. Yo he sido ingeniero en una empresa como jefe de producción y lo he compaginado con la gestión del agua. En las tierras de mi mujer hay poca cosa, cuatro limoneros, cuatro naranjos... Yo nunca he sido un agricultor, he sido un gestor de aguas. Aquí falta el agua y es como un veneno, ves que se hace un proyecto, como una bomba, se empieza a gestionar todo un poco mejor y ves que todo va llegando y mejorando. Tuve la suerte en 1979 de ver entrar las primeras aguas del Tajo-Segura del Talave. Fue el mismo día que se votaba a Adolfo Suárez como presidente del Gobierno. La mujer del presidente de la CHS las bautizó con agua del Jordán, porque habían vuelto días antes de un viaje.

¿Y qué recuerda de cómo era entonces la agricultura?

Era precioso. Todo estaba lleno de almendros, también de granados.

¿Hay agua para todos?

Sí la hay. Antes del agua se hablaba más en sentido técnico. Ahora se valoran las cosas ideológicas y sentimentales. Eso no puede ser. Un plan hidrológico debe ser algo sólido, no se pueden anteponer los sentimientos a la inteligencia y la realidad.

¿Y eso es lo que está ocurriendo?

Un plan tiene que ser algo sólido. Gestionar el agua es como gestionar la luz o el gas, pero el agua encima es la vida porque hablamos de abastecimiento y regadío. Esta es una zona en la cual lo pasamos mal, pero en Elche no hay problemas ni de abastecimiento ni de regadío. Mira en cambio a Cataluña, con los Pirineos encima, con el Ebro a 50 kilómetros. Es vergonzoso.

¿Lo dice por la falta de infraestructuras?

Lo digo porque ha primado la ideología y los sentimientos a la inteligencia y la técnica. Si los técnicos dicen lo que hay que hacer y los políticos no quieren...

¿Tiene el agua color político?

La fórmula es H2O y no tiene color. Es transparente. Lo que hace falta es una buena gestión nacional, que no la hay y creo que sí se puede hacer. Es inconcebible que a Andalucía le falte agua porque no le falta, le faltan infraestructuras. Hoy en día los embalses del Duero están todos llenos porque llueve y se retiene. Aquí el agua se retiene poco. No sé qué sería de nosotros sin el pantano de Crevillent, el de José Ramón García Antón, los de la Peña, Cuarto de Levante... Hay que poner en valor el trabajo de los técnicos, que para eso estudian el uso del agua. Nadie discute por dónde pasa una tubería del gas ni una línea eléctrica, pero sí por dónde pasa o de dónde viene el agua. El agua se ha utilizado como una piedra política por unos y por otros.

Usted ha hablado con muchos políticos sobre el problema del agua y todos le han prometido soluciones...

Los políticos tienen un sentimiento tribal, pero algunos ya han comenzado a entender que tienen que quitar los sentimientos y hacer las cosas con racionalidad, por eso ya piden informes técnicos, aunque otros, como la ministra, se ha negado a hacer una mesa técnica con el Tajo-Segura.

Y eso es otro paso atrás con el trasvase.

Totalmente atrás. El que debería hacer las reglas de explotación es uno que sabe y los que saben no son los políticos, son los ingenieros y la gente que sabe. Que molestarán a unos y a otros, pero tendrán un criterio técnico que es imprescindible para todo.

Le enfada esta situación...

El agua es mi ramo y la gente habla sin criterio técnico del tema. Yo puedo tener una opinión de los tumores, pero no tengo conocimientos médicos y ahora todo el mundo sabe del agua. Se opina con el corazón, con sentimientos y sentido político.

¿El presidente de Castilla-La Mancha, Emiliano García-Page, habla desde el sentimiento cuando dice que sufren sequía?

En Castilla-La Mancha no hay sequía. García Page tiene dos temas. En primer lugar, sigue la lección de (José) Bono. Este nos dijo en una ocasión en el Club Siglo XXI que él tenía que hacer una comunidad autónoma en Castilla-La Mancha con agravios comparativos: nos roban el agua y el AVE tiene que pasar por muchos sitios. Castilla-La Mancha tiene garantizada el agua, pero ese mensaje de los políticos ha calado. Page dice una cosa y hace la contraria al día siguiente. Se queja de que los catalanes no quieran repartir impuestos pero se niega a compartir el agua que prefiere tirar por el río. Yo tengo amigos agricultores en Castilla-La Mancha y a nadie le falta el agua. Tienen entre Entrepeñas y Buendía 400 hectómetros cúbicos que nunca han utilizado. En España hay 17 trasvases y del único que se habla es del Tajo-Segura.

¿Le han pedido muchos políticos asesoramiento?

Yo me llevo bien con todo el mundo. Todos me han preguntado y después han hecho lo que han querido. He tenido muchos desengaños. Después los ves con cierta mirada de pena, porque se nota que su partido les dicen lo que tienen que hacer, que es lo contrario de lo que deberían. Pero eso no es una justificación.

Pero aunque le ha pasado sigue asesorando a todos sobre aquello que le preguntan.

Yo creo que un político está por su territorio. Lo primero son sus votantes y después, lo que sea. Pero lo vuelvo a decir, ha primado, más que el territorio, el pueblo y la comunidad las indicaciones de los partidos, su ideología y sentimientos sobre las necesidades.

¿El trasvase Tajo-Segura se acabará?

El trasvase como está concebido y si no lo remedian los jefes se va a quedar en 120 o 130 hectómetros cúbicos, que es prácticamente lo que se necesita para el abastecimiento. Pero para el regadío va a quedar muy poca agua.

¿Pero habrá agua desalada para la agricultura?

Ese es otro mensaje. Las desaladoras son un veneno que han puesto envueltas en una cosa bonita, que es la subvención. ¿Y eso que nos hace? Nos hace personas menos libres porque dependemos de una subvención y tendremos que reírle las gracias al que nos la dé o un día nos la quitarán. Entonces no hay que fijarse en las envolturas de los venenos porque todas son bonitas. Hay que fijarse en lo que va dentro y el agua desalada para el regadío es puro veneno.

¿Cuál ha sido el peor ministro del ramo que ha conocido?.

(Se queda pensativo) Hay dos ministros, Cristina Narbona y Teresa Ribera. La primera cambió la toma del Júcar-Vinalopó. Nos dijo en Villena que sería para más agua y más barata. Estaba Andrés Martínez allí conmigo. Hoy en día por esa decisión estoy luchando para ver cómo lo resolvemos con fotovoltaicas para que sea a un precio asequible, pero de más barata, nada. De eso hace ya veinte años.

¿Y hay algún buen ministro?.

Miguel Arias Cañete en su primera fase, impulsamos el Plan Hidrológico Nacional, pero luego...

¿Cree en el cambio climático?

Claro que sí pues es un ciclo de la naturaleza, pero no como lo vende esta gente. Las estadísticas dicen que en la Península Ibérica está lloviendo lo mismo que hace 80 años. Las influencias que tiene el urbanismo o por el ser humano hace que ya no llueva en los mismos sitios.

¿Entiende a todos esos agricultores que están alquilando sus tierras para plantas solares?

Claro, es una solución humanamente entendible. Pero de placas solares no comemos nadie y convertiremos en un desierto lo que está debajo.

(Ángel Urbina no ha parado de recibir llamadas durante la entrevista). ¿Teme al día que su teléfono deje de sonar?

Aún me quedan muchas cosas por hacer y muy importantes, como las reglas de explotación del Júcar-Vinalopó. He tenido la suerte en cuarenta años de ver muchas cosas y de participar en ellas. El Tajo-Segura, la explotación de los acuíferos, los reglamentos, el memorándum, los planes hidrológicos. Todo lo he visto evolucionar. Hoy en día hay medios y legislación para hacer las cosas bien, pero no se hacen. El ser humano está fallando. Los que tienen que gestionar no lo hacen. El futuro de las infraestructuras debería de depender de las personas más preparadas, como pasa con las carreteras. Han dejado el agua y la agricultura en manos de los reglamentos pero las decisiones no las toman los técnicos. ¿Qué grandes proyectos se han hecho en estos 40 años? Ninguno quitando los cuatro o cinco embalses de aquí, sin eso el Camp d’Elx estaría desaparecido.

¿Ha hecho más amigos o enemigos?

Uno hace enemigos cuando dice lo que piensa. Yo creo que hay que estar donde hay que estar para decir lo que hay que decir. Todo ello para traer agua. Explicar las cosas para que nadie se oponga. Hay que contar nuestras historias porque todos somos compañeros de penas y deben entender que el agua que yo u otro trae no es para quitársela a ellos. (Carlos) Mazón ahora va a hacer una mesa autonómica del agua y será importante para que todos los problemas se escuchen en el mismo sitio.

«Aquí, que caen cuatro goticas, nunca ha faltado agua para beber; no hay milagros, son gestiones»

Ángel Urbina ve el lado positivo, reclama educación y considera que el campo dará trabajo y oportunidades 

¿Sirven de algo las protestas de los agricultores?

Claro que sí. A nivel europeo se está notado en ciertas cosas. Además, ahora hay elecciones europeas y tendrán que tomar buena nota los candidatos.

Pero igual luego se olvidan.

Es posible. El problema es que los ciudadanos nos hemos olvidado de que el sector agrario es el que produce nuestros alimentos y no tiene un apoyo suficiente de nadie, tampoco de Europa. Las condiciones laborales, los tratamientos y entra producto de fuera, que no tiene estas exigencias. Aquí cuidamos hasta el agua, que procede en gran medida de depuradoras, certificamos el producto, y es vergonzoso que después naranjas de fuera entren por el Puerto de València. Lo que no puede ser es que por el beneficio económico de unas entidades se esté perjudicando al sector. Nadie se acuerda de quién llenó las neveras durante la pandemia. Para los agricultores nunca ha habido aplausos. La sociedad ha cambiado mucho y la gente no se preocupa cómo le llega el plato a la mesa. Los niños en el colegio deben saber de dónde y cómo viene la leche a sus casas, pero no se preguntan cómo llega el agua y habría que decírselo: «De este embalse, de esta depuradora...». 

Falta educación del agua... 

Claro, hay que empezar a enseñar que aquí, en este sector, que no llueve nunca, cuatro goticas, no ha faltado agua para beber y regar. ¿Qué se ha hecho? No hay milagros, son gestiones. Gestiones poco a poco, generación tras generación, de gente que se ha dejado media vida. En Elche hay 14 comunidades de regantes. Cada una con su historia, de aquí para allá. Pero no hay ya menores de 60 años o muy pocos.

Pero sin agua, sin gente joven en el campo, no hay futuro. 

Agua va a haber de una forma u otra. Pero muchos agricultores están temblando. No saben si sus hijos van a querer seguir. Ellos son agricultores hijos de agricultores y los suyos ven que serán periodistas, médicos... Pero en Ingeniería Agrícola hay muchos estudiantes y muy capacitados, chicos que tienen ilusión. El mundo está cambiando y hay que darles ilusión y decirles qué agua va a haber.