La conjunción de la Luna y Júpiter en la cámara del eldense Jordi Coy

El astrofotógrafo consigue captar tres de las Lunas Galileanas en una imagen en la que también hace de figurante

La conjunción de la Luna y Júpiter en la cámara del eldense Jordi L. Coy.

La conjunción de la Luna y Júpiter en la cámara del eldense Jordi L. Coy. / JORDI L. COY

Pérez Gil

Pérez Gil

La espléndida conjunción de la Luna y Júpiter de la madrugada del miércoles ha sido captada con todo lujo de detalles por el astrofotógrafo eldense Jordi L. Coy.

"Es la conjunción más bonita que he podido ver y fotografiar", ha comentado tras explicar que lleva ya un tiempo fotografiando conjunciones de la Luna con varios planetas del sistema solar. Pero la de anoche ha sido la que más le ha sorprendido hasta el momento.

Se pueden incluso apreciar en la imagen tres de las cuatro Lunas Galileanas que fueron descubiertas en el año 1610 por Galileo Galilei. Les dio los nombres de Ío, Europa, Ganimedes y Calisto y son los más grandes de todos los satélites de Júpiter, siendo visibles incluso con telescopios de baja potencia. Y, en este caso, con una cámara.

Toda una noche sin dormir para poder captar con su cámara el espectáculo espacial y tenerlo todo preparado para cuando llegase el momento.

"La noche fue muy agradable, oscura, sin nubes, ni viento y un cielo estrellado hicieron que la espera para disfrutar de este evento fuese para recordar", comenta.

La imagen la captó a las 4.40 horas pero estuvo en el lugar desde las 3 horas y con anterioridad toda la tarde preparando la escena, ya que es él el "agricultor" que aparece en la foto que él mismo hizo.

Siete minutos

La cámara estaba a 160 metros del punto donde tenía que colocarse. Eso requería un preparación previa y con luz para hacer pruebas de posicionamiento y dejar señas sobre el terreno. "En la noche es difícil ver y se necesita tenerlo todo controlado para, cuando llegue el momento, salir corriendo y colocarte en el punto exacto, ya que sólo disponía de siete minutos para llegar tras correr por el monte y subir una pequeña pendiente. Todo sería más fácil teniendo un figurante, pero en el día que era y las horas no había nadie disponible", explica Coy.

Era consciente de que no tenía margen de error porque no había forma de visualizar el resultado a medida que la cámara disparaba después de haberla configurado. Así que tuvo que "jugársela" y aguantar bien la postura durante los 15 segundos que duraba cada foto.

"Fue increíble cuando antes de salir a correr vi que la Luna aparecía justo por el lugar exacto tal y como había planificado, pero aún más fue mi alegría cuando volví donde estaba la cámara y vi que estaba todo como quería", indica el astrofotógrafo calificando la experiencia como "un nuevo reto superado".

Satisfacción

Una hora más tarde, la conjunción llegaba a su máximo acercamiento pero sin posibilidad de alinearse con el paisaje debido a su altura. Pero para ello tenía Jordi Coy preparada a unos cuantos metros otra cámara montada sobre un seguidor de estrellas. De este modo pudo capturar el momento con más detalle.

Confiesa que después de conseguir "cazar" con su cámara la conjunción de la Luna y Júpiter regresó a casa con una satisfacción que le sobrepasaba. El trabajo salió a la perfección después de prepararlo con mucho tiempo y "la experiencia fue extraordinaria" para un apasionado de las estrellas como Jordi L. Coy.